Mientras se preparaba en el espejo de la luminosa habitación de un hotel italiano frente al mar y con un balcón blanco de arquitectura barroca, posaba el último cigarro en sus gruesos labios antes de comenzar la que sería la boda más comentada y en el punto de mira para toda la prensa. La de su padre y su madrastra. Solo pensaba en lo aburrido que iba a ser. Una boda. Otra vez. Solo había vivido una y fue la de sus padres, que en ese momento, ni eran famosos, ni tampoco se acuerda mucho. Era demasiado pequeño. No se hacía aún la idea de la importancia de esa boda, y en parte estaba nervioso por cumplir todas las exigencias que su padre había ido exigiéndole.
- Papá, ¿estás seguro que quieres casarte? Yo si quieres te cubro, por si te quieres escapar - dijo entre risas -
- Déjate de tonterias y arréglate ya, por una vez en tu vida intenta ser puntual. ¿Martina finalmente vendrá?
- Martina no podrá asistir papá, me comentó que lo lamentaba, pero por viajes que debe hacer con su padre no podrá venir -dijo con un semblante serio, toda la broma se había esfumado cuando la mencionó-
- Coméntale que no hay problema, la verdad debe ser agotador tener un padre diplomático. Vaya, un día vives en Japón y el otro en Dubai. Que no digo que no este bien, vaya, pero no sé...
- Papá me resulta irónico este comentario cuando me vas a alejar de toda mi vida de España para conseguir tu sueño de ser directivo con Lucía en Estados Unidos -dijo a regañadientes-
El chófer llegó a por ellos. El traje azul marino y la corbata verde de Lucas haría pensar a cualquiera que es el chico más sexy y atractivo del planeta. El sol que se reflejaba en sus mechones castaños hacía que su cabello brillase todavía más. Las fotos de los paparazzis harían que cualquier chica en la faz de la tierra, podría enamorase de él con solo mirarle. Iba espectacular. La corbata combinaba con sus ojos verdes y este detalle tan cuidado fue idea de Ana, conocedora de moda y de tendencias, ya que es la directiva de la mejor revista del momento sobre moda.
La boda iba a reunir a muchos invitados. Gente importante de todos los lugares del mundo. Desde diseñadores de prestigiosas marcas de lujo, hasta empresarios de multinacionales. Habían periodistas en todas las partes exteriores del hotel, por lo que resultaba difícil salir sin tener en cuenta que captarían el traje que llevaba Marcos, y por ende, se revelaría de que marca ha decidido vestir el dia de su boda antes de que lo pudiese ver la propia novia, Lucía. Una mujer de negocios, inteligente y astuta, y perfeccionista en su trabajo, directora de la revista más prestigiosa de moda de Estados Unidos. Iba a ser una boda sonada, por lo tanto todo tenía que salir perfecto.
Miles de cámaras, fotos, videos y críticas. La vida que gira en torno al lujo engloba mucho más que escribir artículos de las nuevas prendas que sacan las marcas o la distribución de los mejores bolsos del mundo. Va mucho más allá. Engloba una constante renovación, un mercado competitivo, innovación y presión. Mucha presión. Para dar la talla, para que cualquier acción ejecutada por personas influyentes en la moda sea positiva, hay cuidar tus pasos, las acciones propias y de las personas de tu alrededor. La discreción es la habilidad más trabajada y necesaria por cualquier personaje influyente en el mundo de la moda y la fama.
El "sí quiero" recíproco se materializó a las 11 de la mañana en una de las siete islas más bonitas de las Islas Eolias, Lípari, frente al mar y con una novia rubia, preciosa, que lucía un vestido de Jean Paul Gaultier, el más bonito jamás preparado, y un velo de gota de rocío, uno de los más caros jamás creados, mientras sonaba de fondo una maravillosa banda de músicos. El día era espectacular, no hubo ninguna nube. El novio lucía un traje negro que desde lejos permitía apreciar la calidad de ese perfecto conjunto.
El banquete fue en un enorme comedor, propiedad de la familia que acababa de formarse, la familia López, ya que anteriormente Marcos la adquirió para tener un lugar al que recurrir si era necesario crear algún tipo de banquete después de una cena de negocios. El comedor era grande, decorado con flores blancas y lazos blancos y rosas, que hacía creer a cualquiera que estaba en un sueño. El banquete fue espectacular y la distribución de las mesas fue acertada para todos los comensales. Todas fueron acertadas menos una. La de Lucas, Clara y los invitados más jóvenes, hijos de los mayores empresarios y famosos del mundo, que en su mayoría eran todos más mayores que ellos.
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Esencia de ángel
RomanceEl padre de Lucas, un prestigioso empresario de lujo, y la madre de Clara, directora de la más conocida revista de moda de Estados Unidos, celebran su boda en una de las 7 preciosas islas Eolias, en Italia, cuando apenas llevan dos años de relación...