Capítulo ocho ScorSe y Quidditch

139 19 5
                                    

Capítulo ocho

ScorSe y Quidditch

El primer día de octubre Albus despertó apenas. La noche anterior cursó Astronomía de noche y se acostó muy tarde. De hecho, despertó porque Scorpius lo zarandeó.

—Ya voy... —balbuceó. Miró a los chicos. El otro que parecía más dormido que él era Thomas. Vincent y Scorpius siempre despertaban bien—. No entiendo como hacen... de verdad... Astronomía me mata —dijo, bostezando de nuevo.

Vincent se encogió de hombros.

—Mamá nos despertaba a Sophie y a mi temprano todos los días para darnos clases.

Albus hizo una mueca pero no dijo nada. Su padre de vez en cuando, okey, muchas veces los dejaba holgazanear hasta tarde en cama. Como pudo se acomodó los lentes y después de un aseo rápido en el baño se enfundó el uniforme. En la sala común los esperaba Sophie, fresca como una esfinge. Incluso había tenido tiempo de peinarse, tenía todo el cabello trenzado.

—Buenos días —dijo ella, con esa voz cantarina tan suya. Albus mantuvo su distancia. Podía ser muy cantarina y soñadora, pero tenía que mantenerse alejado de su puño. Sophie no necesitaba su varita para pegar.

—Buenos días —la saludaron todos al unísono. La chica se rió de él—. ya ¿Qué? ¿Es mi cabello? No tiene solución, ya te deberia de haber aburrido.

—No, no es tu cabello. Cómo dices, no tiene solución. Es que estás muy dormido. Thomas también. Vamos.

Salían de la mazmorra que es la casa de Slytherin y los recibió la sorpresa de la presencia de Rose. La chica parecía no haber pasado el peine por su cabello esa mañana, y hasta tenía mal puesta la corbata. Era raro ver a su prima de esa manera.

—Rose, ¿qué sucede? —debería de ser algo horrible. No solo por como estaba, sino por su expresión en su rostro. Ella se acercó, jugando con sus manos.

—¡Albus! ¡Ha pasado algo horrible! ¡Algo terrible!

Miles de cosas pasaron por la cabeza de Albus.

—¿Qué? ¿Le pasó algo a mi papá? —Rose negó—. ¿A los abuelos? —su prima negó. Exasperando le gritó—. ¿¡Qué!? Dime.

—Han atacado al tío Percy y a la tía Audry. La directora llegó a la torre de Gryffindor antes que salga el sol y se llevó a Molly y a Lucy. Se han llevado, Albus.

Nadie fue a la clase aburrida de Historia de la Magia, ni siquiera Rose, sino que se encaminaron a la oficina de la directora Mcgonogall para saber cómo estaba su tío y tía. Allí se encontraron a James, Fred, Louis y a Dominique Weasley. Por increíble que le pareciera, todos, absolutamente todos, miraron mal a todo slytherin. Sí, incluso a él.

Estaba harto de sentirse pequeño, afuera, separado por un velo.

¡Que les den!

Percy era su tío y tenía derecho a estar allí. Elevó la barbilla como le notaba hacer varias veces a Scorpius y se quedó allí, sin moverse. Sus fuerzas se hicieron más grandes cuando ninguno de sus amigos se fueron, sino que se quedaron a su lado.

***

El Profeta: ¡Muerte a los que apoyan a los mortífagos!

Anoche alguien irrumpió en el hogar de Percy Weasley, jefe del Departamento de Transporte Mágico, y su señora Audry Weasley. Además de destrozar les dejó un mensaje muy claro grabado en las puertas y paredes de la casa: Muerte a los que apoyan a los mortífagos.

Legado de Potter #2:  La maldición de los Malfoy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora