Capítulo 1

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Un día, estaba jugando con mis amigos y mi madre en el lago, hasta que de repente, unos hombres se acercaban peligrosamente al lago donde yo estaba jugando. Mi madre lloraba; parecía que ya sabía lo que pasaría a continuación. Todos los demás volaban y me gritaban que yo también lo hiciera.

Pero por desgracia, no llegué a hacerlo a tiempo, solo recuerdo la mano de un humano armado sobre mi diminuto cuerpo y mientras me retorcía intentando librarme de su agarre, solo llegué a ve cómo me ponía una inyección y acontinuación caer  en un profundo sueño.

Cuando desperté, estaba agotada, apenas podía ver nada, no se si a causa del líquido que me inyectaron o por culpa de la venda vieja, desgastada y agujereada que tenía alrededor de mis ojos y mi boca; en cuanto se dio cuenta de que estaba consciente fue rápidamente a avisar a su compañero.

-Un monstruo de esos se ha levantado y se está intentando quitar la mordaza y la venda, ¿qué hago? - Pregunto el único que se había dado cuenta de mi existencia.

Si, ese monstruo eres tú.

Gracias consciencia, no me había dado cuenta.

Denada, para eso estoy.

-Muy fácil, vuelve a pinchar-le la anestesia más potente que tenga el jefe por aquí. - Respondió despreocupado el segundo.

Y acto seguido, el primer hombre me volvió a pinchar en el cuello, solo que esta vez quedé dormida al instante, no me dio tiempo ni de resistirme.

Podrias haber sido más disimulada.


Cuando volví a despertar, estaba agotada. Por suerte no tenía esa venda alrededor de los ojos, solo la mordaza, pero solo había un pequeño problema; estaba colgada por los brazos, en lo que parecía un mercado, pero mucho menos decorado. Todas las hadas que estaban a mi alrededor lloraban, y por hacer eso, les esperaba un doloroso latigazo. Yo también me lleve un par o tres por la misma razón, hasta que aprendí la lección.

Por desgracia a las malas.

Cuando por fin estuve despierta del todo, me di cuenta de algo; mi madre estaba estaba allí, a mi lado, pero quieta, inmòvil, como si no pudiera procesar que nosotras dos estuviéramos allí enganchadas, con tantas sonrisas por parte de los humanos alrededor.

Justo antes de poder decirle nada, ella se me adelantó.

-Aqua, no te preocupes por mí, recuerda que yo te quiero mucho. Lo mejor será que te lleve un humano y lo más importante: hazle caso en todo lo que te ordene y sobre todo no te opongas. - Dijo mi madre.

-Porque no me puedo oponer? - Pregunte casi inmediatamente.

-Por culpa de un malvado mago.

Y allí acabó la conversación, pero sabía que si seguia preguntando no obtendria respuesta así que decidí esperar. Al cabo del rato prosiguió.

-Hace mucho tiempo, un mago nos maldijo a todos los seres fantásticos con un encantamiento para que seamos los esclavos de los humanos, y si nos oponemos, nos puede pasar una gran tragedia. Incluida la muerte.

Decidí no decir nada así que para cortar la tensión en el ambiente le dije que estaría bien y que no se preocupara.

Pasaron los días, los del puesto que nos tenían atrapados casi no nos alimentaban, hasta que un día   un hombre de aspecto bondadoso, se llevó a mi madre.

-Lo siento hadita, pero tu madre está muy débil, yo la puedo curar, pero solo tengo dinero para llevarme a un hada. Te prometo que la salvaré.- Me dijo el hombre, no se porqué pero confié en el así que asentí.


Tampoco tenías más opción.

-Muchas gracias, señor. Me podría dar su dirección? Así cuando tenga oportunidad iré a visitarla - Le dije yo.

Acontinuación me metió en el bolsillo del pantalón con mucho cuidado una hoja de papel doblada.

-Denada pequeña, procura ponerte a salvo, si algún día te veo y tengo dinero te salvaré.- Volví a asentir, yo, sin saber porqué, era incapaz de hablar.

-Adiós mamá, no te preocupes por mi, estaré bien, te lo prometo.

-Te quiero mucho Aqua, hasta pronto.

-Adiós. - Y sin decir nada más, se marcho.

Y a partir de ese instante yo me quede sola, sin nadie con quien estar o pasar el rato.

Por suerte para mi, unos días después pasó un niño humano de aspecto adinerado. Estuvo un rato mirando a todas las hadas con superioridad, hasta que por fin decidió comprar un hada y por suerte para mi; fui yo.

Estaba muy asustada; solo tenía la esperanza que no me podía pasar algo peor que lo que me estaba pasando.

Al cabo del rato, yo ya estaba andando rumbo a la casa de aquel niño, ya que ni siquiera tenía fuerzas para volar. Al parecer, vivía solo y se llamaba Pedro.

Al llegar a su casa me mostró su hogar, y a mi me dio la habitación más pequeña de la casa pero suficiente grande para mi. Me dio unas telas para que me confeccionara vestidos y eso hice. Por suerte ya tenía algo que meter en ese armario.

Menos mal que al menos tendrás ropa y un lugar donde dormir tumbada.

Ese mismo día ya me dio mucho más trabajo del que mi cuerpo estaba acostumbrado y acabé muy cansada y dolorida.

Pues empezamos mal, Aqua.

Los días siguientes para mi fueron interminables; estaba harta de lavar, fregar, barrer, hacerle los deberes, hacer la comida... y el único descanso que yo tenía es cuando Pedorro (asi lo llamo yo) se echaba la siesta, ya que por la noche acababa demasiado cansada como para hacer nada.

Tengo ganas de hablar con mi madre y mis amigos del pantano.

Yo creo que solo tu madre se acuerda de ti.

¡Deja de ser TAN pesimista conciencia!

Pasaron los meses y yo estaba muy triste; no tenía a nadie con quien hablar, por culpa de mi depresión, también era bastante menos eficaz y por desgracia para mí, Pedro lo notó.

Un día me dijo que dejara de limpiar y viniera a comer con él; cosa que me pareció muy raro.

-Tengo una sorpresa para ti- me dijo Pedro.

-Muchas gracias, amo - Le dije yo enseguida aunque ni siquiera sabía de qué se trataba esa repentina sorpresa.

-Mañana mismo iremos a la compraventa de esclavos para comprar una nueva hada. - Concluyó Pedro con demasiada indiferencia para mi gusto, como si otra hada solo se tratara de un simple objeto.

-Muchísimas gracias amo, no sabe lo que significa esto para mi - Le dije yo enseguida intentando no mostrar mucho mi entusiasmo repentino.

-Pero a cambio, tendréis que trabajar de manera más rápida y eficaz.

-Sin problemas - Le aseguré yo.

-Ahora... ¡¡VETE A TRABAJAR QUE NO SÉ QUE SIGUES HACIENDO AQUÍ!!

Ese sí que es nuestro queridísimo Pedro, ya lo estaba hechando de menos.

No todo son ventajas porque tendré que acompañar a Pedro a ir a la compra - venta de seres fantásticos y eso quiere decir que tendré que ver a un montón de amigos de la infancia y seres fantásticos sufriendo.

Vamos a ir mañana, así que tengo que limpiar tanto como siempre, hacer las comidas de hoy y de mañana y además, tenerlo todo listo y preparado para la nueva hada. Tengo bastantes ganas de que sea mañana y darle buena impresión a la nueva hada.

Esperemos que sea tu amiga, porque si no, estarás tan sola como ahora...

Voy a intentar ignorar ese comentario tan desagradable, querida conciencia.

Y sin decir nada más, me fui a la cocina para empezar a preparar toda la comida.

La poderosa varitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora