lettera tre 💌

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3 de septiembre
Roma, Italia.

Al fin, estoy en mi dulce hogar, después de pasar unos días en Venecia pude regresar a mi bella casa, cielos! Mi sofá ya me extrañaba y yo a él, es que dormir ahí es tan cómodo.

Sin más...tengo cosas que escribir por qué las tengo atoradas en mi corazón, maldición.

Si, si tienen que ver con el bastardo del tomate.

Estábamos caminando tranquilamente sin hablar, obvio no había necesidad de hablar además yo ni queria hablar con el bastardo sin más...¡Él bastardo me tomo de la mano joder!

Q-Qué quede claro algo! Yo no quería seguir manteniendo su mano con la mía ni mucho menos haber estado caminando con el! Pero es que ¿Qué podía hacer yo?

El muy bastardo se me quedaba mirando como...como si yo fuera hermosa, o como si fuera una maravilla, el paraíso o la persona
Más bella del mundo. Me miraba con esos ojos verdes tan dulces y esa sonrisa sincera en sus labios... Yo ame que el me mirara así...

Maldición...

Sentí vértigo cuando me enteré que me había enamorado de él, tuve esa sensación que uno tiene cuando sube a la montaña rusa, la sensación de que puedes morir pero aún así quieres intentarlo...

Es que... Simplemente se acercó y me dió la mano. De todas aquellas manos, la suya era la única que me transmitía vida...

Odio lo que me hace sentir...

Atte: Chiara Vargas

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