Canción 1

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Comenzó con dolor, entumecido, sintió el palpitar de su corazón en la cabeza, congestiono una ahorcada, el aire se le había salido de adentro hacia afuera con el repentino dolor de sus entrañas, su cuerpo fue ligero, pensó, al caer contra el suelo, era liso al tacto, ahora que lo veía mejor, sentía que podía ver incluso un ápice de su reflejo si lo miraba bien.

Mejorando un poco la vision de su entorno, se volvio rojiza de a momentos, llevando su mano a su cabeza, moviendo sus dedos en el calor de un líquido cálido, menos fue una reacción de autoreflejo, cuando sus dedos le mostraron que era sangre la que corría por su rostro, emprendió un razonamiento sencillo cuando supo de donde venia esa primer sensación de dolor, estaba herido en la cabeza, un dolor que ahora podía identificar mejor.

Pero ausente de sus alrededores, escucho voces, pero ninguna estaba clara, sus ojos rondaron en círculos, su perspectiva giraba en todos lados, estaba mareado y eso sopesaba con dolor en el que era más apremiante al prestar atención, la herida de la cabeza, o atender el mundo que daba vueltas con náuseas subiendo a su boca con palpitaciones desmesuradas que le había recordado algún momento de su vida en donde se sintio asi, fue hace mucho...

Era tarde ya cuando el ruido de fondo empezó a tener coherencia a su comprensión.

"Maldito esclavo, ni siquiera puedes hacer eso bien? llevenselo antes que de por sentado la pérdida de su compra"

Era un hombre, esbelto en lo alto, como también lo fue en lo ancho, la túnica de una seda ostentosa y seguramente cara, escondía la grasa debajo, mientras el hombre de barba blanca recortada miraba con desprecio cada momento que se dignaba a verlo, pero con sus órdenes, sintió como sus brazos colgaron flácidos, y desde un lado el calor lo atrapó con fuerza, el agarre seguro y restrictivo lo empujo fuera de ese gran salon.

Su vista solo empeoro con lo que veía y no asociaba conocer, largos pasillos, luz de sol irradiando un mediodía espléndido, pisos de porcelana o parecida, adornaron todo su trayecto, con un solo ojo crítico, mientras el otro se había cerrado por la sangre, se esforzó por caminar por sí mismo, no quería depositar más esfuerzo a la persona que lo ayudaba.

Olvido el tiempo que tardó en llegar y perderse del camino, mientras unas habitaciones menos que rusticas, con algunos trapos tendidos en el suelo, la luz apenas entraba por unas aberturas, la puerta no estaba a la vista, simplemente barrotes con rejas en la extensión, dos hombres con armaduras de placas, y un casco, cada uno con una mirada imparcial sobre el mismo y la persona que lo ayudaba, de seguro tenían armas, pero no las vio, era la inconsciencia de a ratos la que dominaba su cuerpo.

No dijeron nada cuando los dos entraron, el ruido era menos que molesto, lo dejo en un pequeño rincón, y la persona se alejó, su visión comenzó a mejorar, lo borroso que todo observaba, empezó a ser más nítido ahora que se había quedado quieto, el dolor de su cabeza aun punzaba, pero ya se había acostumbrado, lo ignoro por encontrar razón a su situación.

Con unos segundos mas claros, pudo distinguir a la persona que lo ayudo, tenia prendas viejas y decoloridas, su cabello estaba medianamente mas limpio que el suyo, era un color negro, azabache, caia por su espalda atado con una pequeña linea de tela raiga, la figura poco a poco, contorsiono en su observacion a una mujer, no mayor de quince años, de ojos marrones, y piel morena, su rostro precario en los cuidados de una mujer como el habia visto en sus dias, no lo tenia en ella presente, piel seca, y descuidada, pero su rostro aun permanecio con el cierto grado de belleza natural de cualquier mujer.

La miro, y luego ella a él, tenía unos trapos, los había recogido desde unas sábanas o mantos que estaban tendidos no muy lejos de donde él se encontraba.

Se le acercó, y limpió un poco sobre su cabeza, la sangre manchó con creces los remiendos que habia traido, un fruncimiento de sus cejas y la calidez de una preocupación dedicada momentáneamente hacia el, lo dejo silenciado, mientras espero sin hacer ruido, aun confundido.

Fire, Ice And FateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora