Do Do Sol Sol La La Sol ── [Humpty Dumpty Au]

Adagietto.

Adagietto: bastante lento, un poco más rápido que el adagio.
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Quackity no pudo tocar ningún piano durante la próxima semana. Los dedos le ardían: era la primera vez que experimentaba esta inactividad prolongada y forzada en los dedos. Trató de componer a pesar de esto, pero lo encontró casi imposible cuando no podía tocar las melodías por sí mismo. Por supuesto que necesitaba componer algo que él mismo pudiera tocar. Sin el piano a su disposición, con los dedos acalambrados y rebeldes y marchitos como estaban, no podía componer un solo compás. La frustración se acumuló dentro de él y no salió de su casa durante tres días. La música que siempre escuchaba se hizo más débil. Se distraía con libros que habían estado acumulando polvo en su estantería (se dijo a sí mismo que los leería algún día), se reencontraba con la música convencional y se odiaba a sí mismo por ello, escuchaba grabaciones únicas, poniéndose al día con la repostería francesa y japonesa. Comió demasiadas papas fritas y ramen, no bebió suficiente agua, ignoró a sus hermanos con demasiada frecuencia. Una respuesta ocasional a Tina y Karl, una breve conversación telefónica con Foolish. Ignorando al director de la escuela donde trabajaba, por completo.

La única persona con la que habló regularmente durante esos tres días fue Wilbur.

Hablar con Foolish con demasiada frecuencia era doloroso. Le hizo sentir la ausencia de Foolish y la inevitabilidad de su ausencia, demasiado profundamente. Cuanto más cerca estaba Quackity de él, más consciente era de la distancia que los separaba.

Quackity bebió mucho vino, para poder odiarse a sí mismo un poco menos.

Wilbur lo visitó al tercer día, estaba comenzando preocuparse por su amigo. Esta vez ningún hermano molesto o inquietantemete hablador lo recibió. Ya estaba subiendo las escaleras y a la mitad del pasillo a la derecha cuando se dio cuenta de que esto era extrañamente familiar. La habitación con el piano, y ​​el recuerdo de Wilbur asumiendo que la habitación de Q estaba al lado. ¿Esto no era irónico? No se sentía cómodo escabulléndose de nuevo por toda la casa. De hecho, ya estaba completamente seguro que de nueva cuenta, estaba pasándose del límite, aún seguía sin conocer al padre.