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Cristiano había llegado al hospital después de haber descansado; al llegar al cuarto en el que descansaban su hija y esposo se encontró con Lewandoski y Andrés, quienes platicaban amenamente con Javier.
─Hola─ Saludo y aunque lo hizo con duda se podía percibir la alegría en su voz. ─Me da mucho gusto verlos aquí, pero yo dejé a Lionel y Guillermo─.
─Si pero al igual que tú, ambos tenían que descansar después de las nochecitas que han tendido tras la llegada de tu hija─. Andrés se acercó a saludar.
─Enserio me alegra mucho que hayan venido y que acompañen a Javi─ El portugués sonrió acercándose a dejar un beso en la frente de su marido.
─Hola Cris, ¿Y los niños?─ Pregunto el omega más joven de la sala.
─Hablé con la dirección del hospital y dijeron que mientras no sea horario de visitas los niños no son permitidos─ Explico.
─¿Y con quién están?─ Está vez quien pregunto fue Robert.
─Lozano y Acevedo llegaron a ofrecerse a cuidarlos─ En cuánto termino de formular su frase noto como una mueca de miedo se instaló en el rostro de los presentes. ─¿Qué? ¿Hice mal?─ Se preocupo.
─Amor, ¿Cómo se te ocurre dejarlos con mis hijos cuando ese par perdió en su propia casa a Edson?─ Y aunque Javier intento no alarmarse le fue inevitable.
La preocupación en el rostro de Cristiano fue evidente al recordar el mal rato que pasaron la primera y última vez que le pidieron de favor a la pareja que cuidara a los dos pequeños Dos Santos Hernández, sus hijos, ya que dentro de la casa de Hirving perdieron a Edson, y Luis casi se les caía de las escaleras.
─Creo que no fue tu mejor idea, Cris, pero no te preocupes, nosotros vamos y cuidamos a sus hijos y a ese par─ Lewan sonrió y miro a Andrés.
─Ay por favor, si me hacen ese gran favor les voy a estar agradecido toda la vida─ Javier los miro aún con preocupación.
─Entonces no se preocupen, nosotros nos vamos antes de que suceda algo en su casa─ Andrés se levantó para despedirse de sus amigos.
─Andy, enserio muchas gracias por viajar desde Barcelona hasta Argentina solo para acompañarnos─. Javier agradeció una vez más.
─No tienes que agradecer Javi, sabes que siempre vamos a estar para ustedes, lo prometimos─ Sonrió y se retiraron dejando a la pareja solos.
Cristiano y Javier sabían que sus hijos estarían bien con Andrés y Robert, ambos habían hecho un gran trabajo con su único hijo, Pedri.
─¿Cómo te has sentido, mi vida?─ El alfa fue el primero en hablar.
─He descansado, pero aún así me siento agotado, y sumando la preocupación de el estado de la bebé─ presionó sus labios creando una línea recta. ─Tengo miedo de que le pase algo Cris─ El miedo en sus ojos era evidente.
