Capítulo 3

15 2 0
                                    


Sara LaRosa

Malentendidos, si, esas situaciones que nos traen problemas innecesarios, y que por lo general ocurren muy seguido, como ahora.

Un chico que apenas conozco sin camisa frente a mí, ese otro chico por el cual suspiro observándome junto a su nuevo interés amoroso desde la entrada. Y mi cara de como si me hubiesen pillado haciendo algo ilícito no ayuda, dando cabida a aquel malentendido.

—Parece que interrumpimos — comenta Hannah aumentando la tensión, mientras observa Nicolas buscando una mirada de complicidad, sin embargo, él mantiene su mirada fija en mí y Tate.

Vuelvo mi mirada a Tate quien se remueve incómodo.

—¿Creí que estabas enferma? —Escucho cuestionar a Nicolas, lo ignoro.

—¡Tate! —Llamo al rubio que da un saltito sorprendido por la situación— Acompáñame a mi habitación.

Aún más silencio.

Más silencio incómodo.

El rubio pestañea como si no lograra entender lo que digo, pero al ver que no se mueve, tomo su mano y observo fijamente a Nicolas.

—Mentí—zanjo, a la vez que intento sonar despreocupada y jalo de Tate hasta mi habitación sin mirar a atrás.

Al girarme luego de cerrar la puerta me encuentro con Tate mirándome aun sin entender.

—¿Por qué me siento envuelto en un lio amoroso?

—No digas tonterías—señalo—¡Y ponte ese abrigo!

Tate mira su abdomen y me observa con una sonrisa de medio lado.

—¿Acaso te pone nerviosa? —Ruedo los ojos—No te culpo, sé lo que ocasiono.

—Parece que el ego y alcohol te tostaron el cerebro. —Añado cruzándome de brazos. Tate me mira indignado.

—Eso no es lo que dicen—defiende colocándose el abrigo, cuando tocan la puerta.

—¿Sara? —Es Nicolas.

Tate rueda los ojos.

—Aquí vamos de nuevo.

Ignoro a Tate y abro la puerta. Nicolas me observa con su particular rostro de molestia.

—¿Qué sucede?

—Hay un hombre en la puerta diciendo que es el manager de un tal Tate.

—Okey—Intento cerrar la puerta, pero Tate aparece detrás de mí, deteniéndola.

—Es para mi—añade con un canturreo. —Ya sé dónde está la salida. —Dice saliendo y dirigiéndose a las escaleras bajo la mirada atenta Nicolas.

—¡Espera! —Pido—Iré contigo a la salida.

Tate asiente.

—Oye—Susurra cuando llegamos a la puerta —Ese tipo tras nosotros parece querer atentar con nuestras vidas—Tate voltea una vez más y agrega —Mejor dicho: ¡Contra mi vida!

—Yo quiero hacerlo desde que nos conocimos—Informo y abro la puerta antes de que proteste, encontrándome con un hombre joven como en sus treinta tocando sus gafas nervioso.

—Disculpe busco a...

—¡Sam! —grita Tate saliendo del apartamento, aquel hombre suspira aliviado.

—¿No te dije que te quedaras en el hotel?

—Solo quería conocer el lugar—Se defiende.

Sam se acerca y huele a Tate, suspira y niega con la cabeza en señal de desaprobación. 

¿Quién diablos es Tate Maslow?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora