Junto al estanque

6 5 2
                                    

- Quieres ser sano? -preguntó derrepente con aquella su sonrisa tan radiante

- ¿No ves que no tengo remedio? Nadie puede curarme, estoy condenado y no hay quien pueda ayudarme -me quejé evitando su dulce mirada que hacía estremecer mi ser entero

- Yo puedo..
pero solo si tú quieres

No me atreví a levantar la vista..el problema no era mi enfermedad, simplemente yo no merecía ser curado, merecía sufrir y estar mal, tal vez no había nacido para ser sano...aunque fuera el mejor médico del mundo, de todos modos, no valía la pena sanar a alguien como yo..

Quieres ser sano? - volvió a preguntar y se acercó para limpiar una lágrima que escapaba por mi mejilla.

- Por qué me toca? No ves que mi enfermedad es contagiosa? No ve que estoy sucio? Además, con esas llagas en las manos podrías infectarte por mi culpa.. Cualquier buen doctor sabe eso!

- Yo no soy cualquier doctor, y aunque lo fuera.. no me importaría morir por tí.

Mis ojos se llenaron, de lágrimas, quién era éste que se atrevería a morir por mí?, Acaso serían mentiras? Ciertamente alguno moriría por un justo quizás pero quién es este que se ofrece a morir por un pecador?

-Por qué? No ganarías nada con sanarme y mucho menos con morir por mí

- No es lo que yo ganaré, sino que prefiero tu bienestar a mi propia vida

Se sentó a mi lado pero ahora él también lloraba, se notaba que le dolía verme en aquel penoso estado pero me negaba a imaginar que alguien podía amarme, no me atrevía siquiera a pensarlo..

Quieres ser sano? - volvió a preguntar y su voz sonaba como un ruego - No puedo ayudarte si no quieres..
Me dejas... ?

-Pero por qué? Ni siquiera lo merezco- intenté nuevamente evitar su tierna mirada .

- No me importa

- Pero por qué? Por qué insistes en sanarme si eso costará tu vida?

- Porque te amo

Y entre lágrimas ése único argumento fue más que suficiente. Solo necesité escucharlo para creerle,
a pesar de todo.., a pesar de que nadie más me ame... Ese amor es suficiente para mi..

y me abrazó, me limpió, y me dijo:

-Sé sano..



Y ese día,
era sábado
(Juan 5:1-9)

Porque Te AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora