El sentimiento de sentirse muerto.

Capítulo 1.

El sentimiento de sentirse muerto es indispensable para mi día a día, con los ojos ojerosos y una actitud de sangre fría me enfrento a mi mayor adversario, mi propia vida, la cual siempre se rige por la sociedad y su deber de comportarse como una persona "normal"; aun cuando ni siquiera soy un adulto tengo que aprender a estar en el escenario, donde bailó al ritmo de la música y me mantengo en alto; sin embargo, quiero aprender a caer o siquiera saber lo que es fallar, sin ser humillado y reprimido solo por no lograr un objetivo.

Los humanos no nacemos sabiendo todo, experimentamos y fallamos... Pero ¿y si no fueras libre de expresarte por el miedo a la negación?:a pesar de que te dejan volar, pero te sientes obligado, tanto así que ves morir a personas preciadas, pero te obligan a no llorar, a no sentir, solamente para que las demás personas no se sientan peor; como si te convirtieras en una obra de teatro:divertida, sólida, vacía y repetitiva; con tal de que los espectadores se mantengan interesados, solamente tú y todos esos ojos mirándote y encontrando cualquier falla, para atacar y quebrarte, obligándote a seguir a paso desenfrenado.

Este sentimiento se vuelve tan común para los jóvenes, ya que se sienten obligados a ser diferentes, por la competencia que existen entre ellos, el resaltar, ser famoso y rico, solo por las apariencias, aun cuando el mismo se corrompe por dentro, excepto que sus pensamientos se vuelven su mayor miedo o el solo ser criticados por las personas que son tu "ejemplo" a seguir; de forma que la muerte se vuelve una salvación para nuestro propio reflejo, nuestra propia sombra y finalmente esta salida se vuelve un salvavidas para acabar con nuestro tormento.