Levi Ackerman había construido un vida estructurada con un proyecto futuro a seguir, sin embargo un simple favor los puso patas arriba.
"Una traición, un amor imposible y una supuesta amistad verdadera... Sólo de pensarlo hace que me den más quebra...
Tengo que pedirles mis más sinceras disculpas. Realmente pretendía regresar con las actualizaciones tras terminar las clases, pero sin proponérmelo sufrí un bloqueo y me fue imposible, por eso decidí tomar un par de semanas de descanso y mientras disfrutaba de la lectura me sobrevino la INSPIRACIÓN.
Por eso les traigo no sólo uno, sino cuatro capítulos nuevos. Los proximos no tardarán en llegar, lo prometo. Espero que los disfruten y esperen con ansias los siguientes, se vienen cositas.
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-Pero que- Qué leches- Eren no podía asimilar lo que estaba presenciando y la reacción de su cuerpo ante aquel "encantador" escenario. Todo había vuelto a la normalidad, o eso pensaba, pero ciertamente la vida nunca dejaba de sorprenderlo, aunque en realidad no paraba de preguntarse cuando las cosas fueron sencillas en primer lugar.
Pero quizás deberíamos explicar cómo Eren había llegado a la situación en la que se encontraba.
Habían pasado varios meses de lo ocurrido entre Levi y Eren, la paz y feliz monotonía se estaba instalando en sus nuevas vidas. Para el castaño todo era nuevo y distinto, pero por primera vez en muchos años no le temía al cambio y lo disfrutaba cada día. Cada día, sin importar lo ocupado que estuviese recogía a su adorable hija de la escuela, y en caso contrario la visitaba, y aún si fue impactante al inicio Levi rápidamente se habituó a su presencia, tanto fue así que decidió darle una copia de la llave.
Isa agradecía y esperaba eufórica cada visita o detalle suyo y cómo su familia se engrandecía con el nacimiento del nuevo retoño de Armin, y quizás el más extraño y desubicado de todos fuera Levi. Era un ambiente nuevo para él y en el fondo se sentía como un alienígena. Aquellas miradas que lo criticaban continuamente no cesaron, es más, se diría que aumentaron, pero la presencia de su hija y Eren mitigaban aquellas incesantes habladurías.
Ciertamente aquella situación era extraña, eran padres de una preciosa criatura pero entre ellos solo había una profunda amistad que después de tanto tiempo habían logrado recuperar. Pero los problemas llegarían más pronto de lo que pensaban. Pero aquella tarde mientras volvían y charlaban animadamente con la pequeña todo cambió.
La pequeña hablaba sin parar mientras mostraba orgullosa sus maquetas de artes plásticas, pero una figura inesperada apareció en escena.
Presa de la impresión aquella persona se despidió rapidamente de sus amistades y se dirigió a la feliz pareja aún manteniendo una distancia prudente. Es cierto que temía pronunciar palabra alguna, y más teniendo en cuenta quién lo acompañaba.
- ¿Levi? Eres tú ¿verdad? Eres tú Levi... - no era mucha la distancia que los separaba. El aludido se detuvo y dirigió su mirada hacia esa persona, pero aún si ella suspiraba de alvio, Levi sólo sentía miedo - H-He querido- pero antes de que pudiese acercarse, él se interpuso.
