reto

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- Ya fue mucho yo nunca. Juguemos otra
cosa dijo la menor.

- No, no hay forma. ¿Tienes miedo de perder.ahora?

Sana volvió a reír, sacudiendo su pecho con
suavidad, y Jihyo no pudo evitar sentir calor al ver los senos de Sana moviéndose en su sujetador rosa.

- Para nada. Los castigos siguen, solo que
ahora haremos verdad o reto.

-¿Y cómo se supone que supone que alguien pierde una prenda?

- Si no contestas la pregunta o si no haces
bien el reto, pagas.

- Bien, pero yo comienzo. ¿Verdad o reto?

- Reto, por supuesto.

Jihyo aplaudió internamente. Ya no sabia cómo más conseguir lo que llevaba rato deseando.

- Te reto a que me des un beso.

- Ese es tu premio, Jihyo. No hay adelantos.

- Un reto es un reto.

- No.

-¿Por qué eres tan terca?- Jihyo suspiró, frustrada. Ya no le importaba disimular lo mucho que quería probar sus labios.

-Porque me encanta verte desesperada por mi, bebé. Solo espera un poco más, ¿si? Confía en mí.

-Bueno, es beso o prenda- la mayor cruzó los brazos y frunció los labios, y Sana se derritió. Amaba cuando Jihyo era caprichosa, porque eso era algo que jamás lo demostraba en público. Eso solo lo veía ella cuando estaban juntas en su habitación.

-Será prenda entonces. ¿Qué quieres que
me saque?

La expresión de Jihyo se suavizó automáticamente ante la pregunta. Miró el cuerpo de Sana, quien lucía preciosa con esa delicada lencería que parecía estar hecha solo para ella. Evaluó sus opciones, hasta que recordó el lunar del que habían hablado. rato atrás en la sala.

- El sostén.

-Lo presentía- contestó la menor con una sonrisa. Esta vez no se detuvo con provocaciones, fue rápida en llevar su mano a su espalda y desabrochar la prenda, para luego retirarla por sus brazos.

Jihyo no podía creer que por fin la estaba viendo de manera tan íntima de nuevo. Sus pechos estaban ligeramente más grandes de lo que los recordaba, y aquello le encantaba. Los pezones rosados se encontraban durísimos, se le hizo agua la boca al recordar cómo se sentían bajo su lengua. Y lo mejor de todo era el pequeño lunar bajo su pecho izquierdo, ese lunar que había aparecido en sus más secretas fantasías durante todos esos años.

- Ya, me toca, ¿verdad o...

-Espera- no pudo terminar su pregunta porque Jihyo la interrumpió. Sana no tuvo tiempo de procesar lo que estaba pasando, Jihyo se levantó como un resorte y se colocó casi sobre Sana, con las manos apoyadas en el escritorio a ambos lados de su cadera, inmovilizándola contra la dura madera.

- Jihyo...

-Espera- repitió en un susurro, y luego de mirarla brevemente a los ojos, se inclinó para acariciar con sus labios la base del pecho izquierdo de Sana, seguido de un suave beso sobre el lunar de la menor. Sana jadeó.

-¿Qué...?

-Shh- la cortó, y Sana obedeció al instante. Jihyo tenía ese efecto sobre ella.

Con sus labios aún unidos a su pecho, la mayor subió la vista y la miró a los ojos. El toque seguía siendo delicado, tan suave. como podía lograrlo, esperando el permiso de Sana para seguir. Cuando logró que el rostro de mejillas sonrosadas y labios entreabiertos le devuelva la mirada con seguridad, sacó la lengua y la deslizó burlonamente sobre el pezón rosado y duro. Sana gimió y llevó una mano al cabello de Jihyo para pegarla a su pecho, pero la pelinegra se puso de pie con su típica sonrisa de suficiencia en el rostro, y regresó a su lugar en la cama.

𝗧𝗲𝗲𝗻𝗮𝗴𝗲 𝗱𝗿𝗲𝗮𝗺 𖦹 SAHYODonde viven las historias. Descúbrelo ahora