Boys. Boys. Boys. (Vinnie Hacker)

Capítulo 14

Brandon y Vinnie llevaban tanta aceleración que cuando llegaron tropezaron y se besaron con lengua. No me puse celosa porque fue un accidente.
─ ¿¡Qué está pasando aquí!? ¡En mi propia casa Pablo Lorenzo! ¡Tu me estás engañandoo oo! ─ dijo un policía apareciendo de la nada.
─Este tío quiere pegarme por homosexual. Esto es un delito de odio que no pueden tolerar y menos en una comisaría tan seria y prestigiosa como lo es esta. ─ respondió Vinnie al policía.
Brandon miró de arriba a abajo a Vinnie al estilo Mean Girls.
El policía esposó a Brandon y se le llevó, pero antes de irse me dedicó unas dulces palabras.
─ Te encontraré, guarra. ─ me dijo con una mirada cargada de odio y de lujuria.
Yo me escondí detrás de Vinnie. Brandon se fue y nos quedamos nosotros dos solos.
─ Vinnie, yo... no sé cómo agradecerte lo que has hecho por mí.
─ Vámonos al Bershka.
Nos fuimos al Bershka y al salir no pude evitar derrumbarme. Empecé a llorar desconsoladamente y Vinnie me abrazó. No sé cuanto tiempo estuvimos abrazados, segundos, minutos, horas... Perdí la noción del tiempo entre sus brazos. Cuando nos separamos, pude ver que todo mi maquillaje había quedado plasmado en su camiseta blanca.
Y fue allí mismo, en la puerta del Bershka de las ramblas de Barcelona, donde me cambió la vida.
Vinnie se arrodilló hincando una sola rodilla en el suelo, y por un momento pensé que me iba a pedir matrimonio. De repente, sacó de su bolsillo un donut rosa que le había robado al policía de la comisaría.
─ ¡Sí, si quiero! ─ chillé. La calle entera, que había presenciado toda la escena, comenzó a aplaudir, vitorear y exclamar "¡Que vivan los novios!"
Yo estaba feliz, pero cuando miré a Vinnie lo vi tetraplejico, sin saber que decir.
─ Pero... Si no te he hecho la pregunta. ─ dijo Vinnie al rato.
─ Entonces... ¿no te quieres casar conmigo? ─ pregunté haciendo pucheros.
─ No. ─ dijo él cortante. Todos los que estaban aplaudiendo dejaron de hacerlo y se callaron.
─ Casarnos de momento no, pero quiero que seas la madre de mis hijos. ¿Quieres ser mi novia? ─ preguntó Vinnie.
─ ¡Sí, si quiero! ─ comencé a saltar y la gente a mi alrededor volvió a aplaudir.
Vinnie se levantó y me puso el donut en el dedo a modo de anillo
─ Comeme el donut. ─ le dije.
─ Menos mal que me has dicho que sí porque sino no me hubiera merecido la pena hacerme esto. ─ me dijo señalando su rodilla.
Cuando la miré, vi que tenía un tornillo clavado.
─ ¡Dios mío, tenemos que ir al hospital!
Y nos fuimos al hospital a la pata coja.