capítulo 2

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Severus snape había tenido un día muy largo, aparte de ser un espía para la orden también tenía que fingir ser un mortífago, y aunque nunca había matado a alguien, A veces lo tenía que hacer para que el señor tenebroso confiara en él, y siempre que lo hacía lo hacía con una cara de odio y desprecio pero no hacia la persona que mataba si no hacía así mismo, estaba súper agotado había llegado de una misión persiguiendo a grupos de rebeldes, junto a la desquiciada de bellatrix Lestrange, Barty crouch junior, su mejor amigo lucius malfoy y Rodolphus lestrange, se sentó en el sofá color verde bosque de terciopelo, y de un chasquido hizo aparecer una botella de whisky de fuego junto con un vaso, suspiro se sirvió en el vaso y empezó a beber de poco a poco, recuerda que desde que albus dumbledore había decidido crear la orden del fénix él decidió unirse para ayudar al que es su mentor y considera el padre que nunca pudo tener, ya que su padre era un alcohólico borracho idiota y manipulador con él y su madre que en paz descanse, A diferencia de Tobías que nunca le prestaban atención, albus siempre se dignó a darle educación, aprendizaje, atención y cariño desde que su madre murió, en eso fue sacado de sus pensamientos al oír un golpe en la puerta se preguntaba ¿quién es?, Dejó su vaso en la mesita enfrente de él, se levantó y metió su mano en el bolsillo para sacar un fino reloj de oro con el sello de la familia Prince, lo abrió y descubrió que eran las 5:00de la tarde casi estaba atardeciendo, guardó otra vez el reloj en su bolsillo y salió de la sala para dirigirse a la puerta principal, abrió la gran puerta, se asomó pero no había nadie o eso pensaba, bajó la vista para ver a un bebé que lo miraba con curiosidad este último tenía una nota, Snape se sorprendió no esperaba encontrar un bebé en su puerta principal así que recogí al bebé junto con la carta con mucho cuidado, y entró a su casa cerrando la puerta tras de sí este volteó a ver al bebé con curiosidad y en su mente había muchas preguntas, ¿Quién es el? ¿Qué hace aquí? ¿Quién lo dejó? ¿Dónde están sus padres?, Esas y muchas otras preguntas rondaban por su cabeza, en eso se oyó el flu rugir desde la sala y después se oyó la voz de alguien que él conocía, en eso de la sala salió una mujer pelirroja, de unos grandes ojos verdes, que llevaba puesto una blusa de flores con una chaqueta de color negro y unos pantalones de mezclilla, esta se detuvo en el marco de la puerta al ver a su amigo con un bebé en brazos,

Wow, vaya severus no me habías dicho que tenías un hijo aunque no se parece en nada a ti,— dijo la mujer viendo al niño con curiosidad, estaba Claro que no era hijo de severus no se parecía en nada a él, y tampoco podría ser de algún hermano o hermana ya que severus no tenía— no no es mi hijo— dijo este con una voz tensa— de hecho es mi sobrinito y lo dejaron aquí conmigo,— dijo con sarcasmo y burla, viendo a la a la bruja que tenía enfrente.

Ya dime la verdad severus, ¿De quién es ese bebé?— dijo esta curiosa mientras se acercaba a su amigo que aún tenía al bebé en brazos—

No lo sé lo dejaron en mi puerta, tiene una nota pero aún no he podido leerla,— dijo este mientras veía la nota que tenía en la mano con una cara de curiosidad,—

Ay pobrecito niño,— dijo esta con lástima y dolor al ver al pequeño niño— ¡qué clase de padres dejan a su hijo abandonado en casa de un extraño!, eso es horrible ningún niño debe merecer eso, ¿puedo cargarlo?— dijo viendo a su amigo que estaba distraído observando la carta—

Claro— dijo severus dándole cuidadosamente al niño en sus brazos, Lily lo tomó con cuidado y empezó a mecerlo en sus brazos mientras le sonreía al hermoso bebé, luego cambió su mirada a la carta, tenía curiosidad de saber qué decía y sabía que severus también tenía esa curiosidad así que suspiró y dijo— lee la carta quiero saber por lo menos qué dicen los horribles padres de este hermoso niño, —dijo la mujer viendo a su amigo con una mirada de confianza pero a la vez con odio en sus ojos, snape suspiró y empezó a abrir el sobre, no fue sorpresa que el sobre no tuviera ni siquiera firma o nombre de la persona, suspiró pesadamente y empezó a leer.

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