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Eran las dos de la madrugada, Ethan estaba en su cuarto revisando que todo estuviera en orden. Tenía su mochila en la cual llevaba un poco de ropa de más, desodorante, perfume, cepillo de dientes, pasta dental, etc. Lo único que le faltaba era su celular que se encontraba cargando en su cama. Quitó el cargador del enchufe y de su teléfono, lo metió en la mochila, mientras que a su celular, con la ayuda de la llave le quitó la parte donde se encuentra la sim, quitando la anterior y poniendo una nueva en su lugar, esperó a que su teléfono arrojará la señal y una vez que lo hizo, supo que estaba todo listo.
Abrió con lentitud la puerta de su cuarto, el pasillo estaba tranquilo y por debajo de la puerta de la habitación de sus padres no se encontraba la luz encendida, por lo que salió en silencio, bajó las escaleras y dejó en la mesa de la sala una nota. Abrió la puerta del frente y se dirigió a su carro, se trataba de una camioneta de un año anterior, su padre se la había regalado en su último cumpleaños una vez que sacó su permiso de conducir. Dentro de la camioneta ya se encontraban algunas maletas y varias cosas más que necesitaría para su viaje, por qué con cuidado, se subió al vehículo y lo arrancó, poniendo en marcha su salida.

Habían pasado ya algunas horas desde su partida, se encontraba a las afueras de su ciudad, Cancún. Su plan era seguir hasta encontrar un lugar donde descansar, el motivo de su viaje era llegar a los Estados Unidos y comenzar de cero ahí. Su motivación era alejarse de las personas que quería para no hacerles más daño, se sentía un inútil con su familia, con su pareja, no sentía apoyo de sus amistades cercanas y cuando intentaba expresarse no sentía un apoyo real de nadie, por lo que prefirió hacer este viaje y alejarse de todo aquello que le causaba dolor, ansiedad o estrés.
Un día había pasado de su salida, no había revisado los mensajes, ni nada que pudiera comunicarlo con su familia. Se había detenido en una estación de gasolina, necesitaba descansar, pues había conducido más de doce horas con pequeños descansos cada que podía. Ahora estaba comiendo una barra de cereal que había traído consigo, solo miraba el volante mientras la barra salía y llegaba a su boca, suspiró con pesadez y en su cabeza el pensamiento de volver lo molestaba pero sabía que hacer ese viaje era lo correcto, no quería dar marcha atrás. Decidió relajarse, se acostó en la parte trasera del coche, cerrando bien las puertas hasta que estuviera listo para partir. Luego de unas cuantas horas despertó, eran las diez de la noche, el lugar ahora solo estaba iluminado por las luces de la gasolinera en la que se encontraba, se sentía incómodo despertar así, se acomodó como pudo en el asiento del piloto tomó las llaves del coche y lo encendió para seguir con su camino, avanzar era su prioridad, había pasado apenas un día desde su salida, no quería que lo encontrasen en caso de que lo estuvieran buscando. Con la oscuridad como su compañía y las luces del auto para iluminar su camino, regresó a la carretera donde lo único que se podía ver era una parte de la misma  gracias a las luces frontales del vehículo y el hermoso paisaje que se presentaba ante el muchacho. Conducía cerca de la costa, a su lado derecho se podía ver un poco del mar, más no las playas, ya que estaba a una altura sino muy alta, lo bastante considerable para no poder ver la arena en sí. El sonido del mar le relajaba y en algunos momentos pensaba en detenerse en medio de todo, pero eso no podía ser debido a las limitantes de la carretera, como lo son aquellas barricadas en los costados de ambos lados para evitar la salida de los vehículos, ya tendría tiempo para visitar la playa.

Según su aplicación de mapas, él debería de llegar a la frontera de país vecino en unos siete días más de viaje, sin contar descansos, claro y asumiendo que se detenga bastante a retomar energías, su trayecto debería de ser de poco más de una semana para poder llegar a su destino sin complicaciones, de todas formas, en su mente ya está planeada la ruta, se detendrá cada que pueda y no se forzará a seguir sino lo quería así.

Luego de unas horas de estar en el camino, comenzó a sentirse algo agotado, quería detenerse pero la parada más cercana se encontraba en caseta de cobro, que estaba a unos treinta kilómetros de dónde él estaba y con suerte podría detenerse ahí y descansar, pensó en avanzar en la madrugada antes de que el sol saliera. Ya tenía su plan, una vez que llegara se tomaría ese día de descanso, necesitaba deshacerse del estrés que estaba cargando en su mente por lo que se centro únicamente en el objetivo de llegar a la caseta y esperar hasta mañana.
No le molestaba tomarse un día extra, también quería disfrutar del viaje que estaba realizando, en su mente pensaba que eso le ayudaría un poco a distraerse de las cosas que lo tenían atormentado desde que salió, el dejar a su familia, pareja y amigos, no quería sentir más eso, no quería esos sentimientos en él para evitar regresar, su cabeza estaba llena de esas ideas y de que era lo mejor para ellos y para él.
Cuando llegó a la caseta, se detuvo cerca de los baños, dónde los carros particulares podían aparcar. Una vez con el auto apagado, trajo su mochila y la puso en sus piernas, abrió el cierre de parte principal y buscó las barritas que tenía ahí para comer una, eso no lo llenaría pero al menos no le daría hambre hasta dentro de un rato más, observó que no había tampoco un lugar para comprar más comida por lo que tenía que aguantar con las barras y la botella de agua que ya estaba a temperatura ambiente. Se entretuvo con uno de los juegos en su teléfono de mientras y ahí espero a que anocheciera para poder descansar y avanzar en la mañana, sabía que si quería salir a una buena hora debía dormir temprano, por lo que a las diez le parecía una buena opción y despertar a las cinco de la mañana.

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