Clima||Souliz

I. Frío.

Matías se encontraba acostado, pasó toda la tarde en la habitación del hotel en el que residía la selección argentina.

Se había decidido por dormir la siesta después del entrenamiento que tuvo a la mañana pero, por el contrario, no pudo pegar un ojo.

Estaba confundido. Hacía dos días que venía dándole vueltas al asunto que no dejaba a su cabeza en estado de paz.
El asunto con nombre, apellido y bonita sonrisa.

Tomó su celular de la mesita de luz que se encontraba al costado de su cama para ver la hora; las ocho.
Resopló cansado, perdió una tarde de estar con los chicos por supuestamente dormir y ni siquiera eso hizo.

Observó la barra de notificaciones, tenía un par de mensajes en whatsapp del grupo de su familia, otros del grupo de la selección y uno de su mejor amigo. Al ver que no se trataban de nada importante los ignoró, ya respondería más tarde.

Siguió mirando las notificaciones y fijó la vista en una en particular de instagram que lo hizo acomodarse mejor en la cama: "aleeveliz_ te mencionó en su historia".

Le llevó unos segundos decidirse si abrirla o no. Lo hizo.
Observó la imágen, en ella se apreciaba a Brian, Alejo y a él en los vestuarios. La foto se la habían sacado ese mismo día a la mañana al finalizar los entrenamientos por pedido del más alto de los tres.

El morocho los había arrobado a ambos seguido de un texto que decía "mis hermanos", un corazón y el típico emoji de carita con lentes de sol.

Suspiró al leer aquello para después repostearla en su cuenta, sin agregarle nada.

Tuvo el impulso de entrar al perfil del nueve de la selección y, aunque trató de retenerlo, ya se encontraba deslizando su dedo por el feed, observando con detenimiento cada imágen y haciéndoles zoom -inconscientemente- cuando lo creía necesario para apreciarlas aún mejor.

De tanto bajar, llegó a una foto en específica, en ella se veía a Alejo con la camiseta de Rosario Central, haciendo una "M" con sus dedos.
Su mente le jugó una mala pasada y se imaginó siendo él al que le dedicaba aquel gol, recibiendo un mensaje del santafesino después del partido haciendoselo saber; hasta que el tag en la foto, con el nombre de una chica, lo bajó de su nube de pedo.

Apagó el celular y lo volvió a dejar en la mesita para después pasarse las manos por la cara frustrado. Realmente se iba a volver loco.

Unos golpes en la puerta de la habitación lo hizo salir del trance en el que había entrado y se levantó muy perezosamente para dirigirse a ella y abrirla, encontrándose con el capitán del equipo del otro lado.

-¿Qué onda? Desapareciste todo el día.-Dijo Agustín, para después ingresar a la habitación cuando el castaño se hizo a un lado y le hizo un movimiento con la cabeza en señal de que pasara.

-Es que no me sentía muy bien, así que decidí tirarme un rato.-Mintió un poquito. Realmente no le dolía nada, pero tampoco se encontraba con ánimo suficiente como para estar jodiendo con los demás como venía haciendo desde que llegó.-Igual ya me estaba por alistar para bajar a cenar, cargo una lijaa-Agregó estirando la última vocal mientras se dirigía a su ropero para sacar una campera con el escudo de la AFA y seguidamente ponérsela.

-Ah sí hablando de comida, a eso venía.-Soltó una risita el número cuatro de la selección por casi olvidarse de la razón que lo llevó al cuarto de Matías.-Me mandaron a decirles a todos que nos vamos a ir a otro recinto a cenar hoy, algo así como una pequeña celebración. Avisé por el grupo pero no lo leíste.-Dijo acercándose a la salida.-Salimos en media hora.-Terminó por concluir el de ojos verdes yéndose, no sin antes despedirse y cerrar la puerta.