reina bardera

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📍Neuquen, Argentina
2013.

La brisa fría chocaba contra mi cara, causandome escalofríos.

Pase por mi cara mi mano derecha, que casualmente estaba caliente, gracias a que se resguardada en el bolsillo de mi buzo.

Acomode mi gorra color lila, con la visera para atrás, de una manera que me quede bien.

Miraba a los chicos que se encontraban en el centro del círculos, formado por aficionados del barrio.

El chico de gorra de lana, el cual se hacia llamar 'Crackero', no era tan bueno que digamos, pero tenia estilo, por así decirlo.

—Ese wachin tiene una afición por los gordos— solte al aire cuando escuche que volvía a repetir la palabra 'gordito' a su oponente.

—La verdad es que si— hablo un chico al lado mío —el otro día vine y estaba el mismo chico y decía lo mismo.

Solte una risa —si usa tanto la palabra gordito, ya debería saber como rimarla.

Ahora el río era el.

—Lucas— dijo el chico, estrechandome la mano, yo la acepte —vas a competir?

—Soy Lola, y si, me toca ahora de hecho —conteste y el asintió.

—Que pase la siguiente pareja— dijo el chico que estaba dirigiendo.

—Ey, ese es mi hermano— dijo sonriendo el chico —suerte.

—Deseasela a tu hermano capo— choque puños con el y Lucas frunció el ceño —ya vas a ver porque.

Le guiñe el ojo y este sonrió.

Camine hacia el centro de la ronda, el pibe, que era seguro de mi edad, me sonrió con el ceño fruncido, ya que estaba hablando con su hermano mayor.

—La reina bardera llego a la casa— anunciaba el chabon, varios del público empezaron a aplaudirme.

Digamos que era bastante conocida por acá.

—Y en tres, dos, uno, tempo.

Fui la primera en improvisar, no tenía problemas a la hora de rimar, el chico se veía bastante serio, tal vez pensaba que iba a ser fácil esta ronda.

No me tengas miedo amigo, que esto es parte de mi trabajo y te digo, oh, que para entrar en lo mío, tene' que tener estilo propio y no, ser siempre un bandio.

—No le tengo miedo a la' wacha que no saben na', vos solo te dedica' a rimar, no lo lleva' en la sangre, esto no e' práctica eto es pa' profesionales, no para nenitas de papá.

¿Queres jugar así? Bueno, vamos a jugar.

Me parece que vo' estas confundio, amigo mío, que todas las putas con las que estuviste sean así, no e' asunto mio, acá no' dedicamos a hacer rap, no vayas con las jodas, que eso, no e' parte del plan, acá el único nene de papá sos vos, y te lo vo' a demostrar.

Al ver que todavía era mi turno, solo me dedique a rematar.

Quere' ver, a que nos dedicamos por acá? Si queres, yo te puedo enseñar. Quédate tanqui, te doy una muestra de la reina y vos, quedas to' fatality.

Pero no soy conocida con este nombre por nada.

Termino mi ronda y claramente gane, me acerque a Tomas y lo felicite por su participación.

—Te digo la verdad? Me sorprendiste reina— sonreí.

—Gracias, Troca?— el asintió —otro día tiramos barras vos y yo con tu hermano.

El chico río y yo me aleje del círculo, pues no iba a volver a improvisar por hoy.

—Ey, Reina Bardera.

Volte la cabeza y sonreí al ver al chico con el gorro de lana.

—Crackero.

—Ese soy yo— se paro al frente mío, dejando ver la diferencia de altura —no pensé que ibas a ser tan buena.

—Por algo soy la reina— sonreí y el me imito —también me gusto como rapeaste, aunque admito que me dio más risa que otra cosa.

El frunció el ceño.

—Por?

—No por nada en especial— volteé y seguí mi camino, poniéndome la capucha de mi buzo y metiendo mis manos en el bolsillo —estas siguiendome?

Mire de reojo y efectivamente, eso estaba haciendo.

—Te debo algo Crackero?— me pare de frente y lo mire seria.

—Nada, en realidad, pero me quede con ganas de seguir escuchándote.

Por alguna razón, cuando dijo eso, mire su carita de nene y ese pircing en el labio que llamaba toda mi atencion hacia esa zona, tentandome, con su gorrita de lana azul, me puse nerviosa.

—Vas a seguir con ganas entonces— me di vuelta y lo deje atras.

Luego de unos cuantos metros, mire hacia mis espaldas, asegurándome que no este.

—Que chabon perfecto— negué con la cabeza y me puse mis auriculares para escuchar música hasta llegar a mi casa.

Ese pibe seguramente tenia mi edad, no podía estar tan bueno el chabon.

Ahora, cada que recuerdo su cara, y el hecho que lo tuve a pocos centimetros, me quedé con la imagen de su rostro y perfectas facciones, sentí mi cara caliente.

—Me puso nerviosa ese chabon?— pregunte confundida.

Subí la mirada y cuando ya estuve a pocos centimetros de mi casa abrí la puerta.

—Vieja?

Camine por la casa, buscándola.

—Maa, donde andas?

Escuche una toz fuerte provenir de su cuarto, suspire y abrí la puerta. Estaba ella parada al lado de su cama, sosteniendo su peso en el palo de la escoba.

—Vieja, te dije que yo iba a limpiar la casa cuando llegue— frunci el ceño y le saque la escoba, sentandola en la cama —te pedí que descanses, bueno mira.

Saque de mi bolsillo un par de billetes.

—Gane la ronda y me dieron cincuenta peso', no es re bueno?— sonreí y ella trato de forzar una sonrisa.

—Estoy agradecida hija, pero soy yo la que trabaja para mantenernos, se que te gusta rapear, pero enfocate en la escuela, si?

Asentí, deje la plata en su mesita y salí del cuarto.

Abrí la puerta de la casa y salí, no me gustaba estar entre esas paredes, no tenía nada que hacer.

Me fui a la plaza que tenia cerca, me apoye contra un árbol, escuchando música, puse una pista de beat, cerré los ojos y empeze a improvisar sola.

ℜ𝔢𝔦𝔫𝔞 𝔅𝔞𝔯𝔡𝔢𝔯𝔞 | 𝔠.𝔯.𝔬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora