la mansion

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Pasaron un par de meses en los cuales viví con el duko.

Al principio pensé en dejar la escuela, ya no había nadie que me obligará a ir todos los días.

Pero Mauro y Alejo, el cual también vino a vivir en lo de duki unas semanas después de que llegara, ellos me lo prohibieron, dijeron que lo mínimo que podía hacer con mi vida era terminar quinto años, me decían que a comparación de ellos, yo era lista y valía la pena el título, a diferencia de ellos.

—Ysy, donde estas boludo?— Apenas me levante busque al chico —Alejo, la concha del pato— me pare frente a su puerta y golpe —Alejo! Boludo, vos tenes mi cuaderno con las letras, dámelo, estoy inspirada.

El cuaderno en sí era una libreta universitaria, la cual compartíamos duki, ysy, Neo y yo para escribir las canciones de modo diablo.

Ahora lo necesitaba y el tarado no daba señales de vida.

–Alejooo— empeze a golpear más fuerte, hasta que la puerta se abrió —Al fin wacho.

—Quien sos?— pregunto la rubia con el ceño fruncido.

—No hablo con las putas de mis amigos, perdon— dije pasando a su lado y entrando al cuarto.

Busque en los cajones de ysy, sin preocuparme por desordenarlos, total, más de lo que ya estaba su pieza.

—Acá 'tas— sonreí cuando encontré el cajón —Que pajero sos Alejo— dije al verlo dormido en la cama, en cuero, me arrodille a su lado y golpe su cabeza con el cuaderno lleno de escritos.

—La concha de la gorra, Lola— dijo enojado mirándome.

Suspire y salí de la pieza, dando un portazo.

Simplemente está era mi vida viviendo con estos dos, todas las noches trayendo mujeres, día y noche consumiendo droga, escribiendo y haciendo ruido.

Creo que cada vez tenemos menos espacio acá, así que tendría que hablar con los chicos.

Me metí a mi pieza y puse música a todo lo que da, no importaban mucho lo vecinos, no sería la primera en recibir una queja por la música.

Pase gran parte de la tarde escribiendo, escuchando a los barderos, sin duda era mi grupo favorito, después del modo diablo.

Cuando sacie mis ganas de escribir, salí de la pieza, encontrándome a mis dos amigos sentados en el sillón riendo y fumando.

—Ag, chicos, ventilen un toque, nos vamos a morir intoxicados— dije abriendo la ventana, había cosas que no cambiaban.

—Vamos a morir en algún momento Lolita— dijo Alejo mirándome con una sonrisa —solo adelantamos el proceso.

—A veces pienso que fuman demasiado— dije con pesar.

—Yo a veces pienso el por que vos no fumas.

—No pienso hacerlo.

Era verdad, jamás había siquiera probado sus cosas, si había tomado pastillas, o muy de vez en cuando inalado sus mierdas, pero fumar, jamás, no podría.

Todo ese humo de mierda, me recuerda a mi madre, el como murió, sin siquiera haber fumado una vez ese aire tóxico, no quería arriesgarme.

—Chicos, justo quería hablar con ustedes— cambie de tema y me senté en la mesita ratona, frente a ellos.

—Que paso nena, Te molesto la chabona?— pregunto Alejo, refiriéndose a lo de esta mañana, yo negue —'tonces?

—Siento que el depto nos esta quedando chico— dije y ellos me miraron sin entender —Chicos, somos tres, hay una ventana y no tenemos balcón, ustedes fuman como desgraciados, hay mucho eco, y si, es bueno para grabar de vez en cuando— admiti —pero las paredes son de papel, y no me gusta escucharlos toda la noche.

Ellos rieron cuando dije eso, chocaron las manos.

—Continuo— segui molesta —hay veces que no me dejan concentrarme, cuando necesito estudiar no puedo hacerlo, el punto es, necesitamos cambiar de casa.

Finalize y ellos quedaron callados, pero terminaron accediendo, la cosa era.
A donde nos íbamos ahora.

Dejamos el tema por ahora, luego veríamos donde nos vamos.

En la tarde llegaron un par de amigos, se pusieron a escabiar mientras reían y se drogaban.

—Que pasa nena?— pregunto Neo sentándose al lado mío —Que buscas?

—Estoy buscando casas para alquilar— dije mostrandole el celu.

—Te quere' ir?

—Nos queremos— corregi —hable con los chicos y decidimos mudarnos a una casa más grande y espacio para los tres.

—Che, yo conozco, una casa con un re espacio para alquilar— dijo y lo mire interesada.

—Y como sabes vos de casas?

—Porque yo también quiero cambiar de house— dio una calada a su porro y me miro —quere'?

—No, quiero saber más de la casa, capaz nos sea útil.

—Busca, yo te dicto— dijo y yo abrí el Google maps —era Antezana ehh, dos cuarenta y siete.

Busque y apareció una casa, era blanca y se veía linda, busque más fotos de la casa por dentro y se veía espaciosa.

—Me gusta, después le muestro a los chicos— le sonreí a Neo.

—Si arreglan algo me avisan— pidió —capaz me voy con ustedes si me queda espacio.

—Dale, gracias Neo.

El chico se fue, yo seguí en la mía, con el celu y ajena a la fiesta a mi alrededor.

Entre a YouTube para ver videos y sonreí cuando me apareció en recomendados un video de Tomi.

Me puse a pensar en cuanto lo extrañaba, el fue muy importante para mi, no es que lo nuestro haya terminado mal.

De hecho, lo nuestro nunca termino.

Un par de meses antes de que falleciera mi vieja, Tomi me pidió ser su novia, claramente acepte, pasamos mucho buenos momentos, vi otra parte de él, más allá del pibe chamuyero que se hacía el copado conmigo, en realidad era un nene que le gustaba divertirse, era cerrado y introvertido, creo que eso fue lo que más me gustaba de él.

Cuando le dije que me iba a mudar, el quedó mal, pues no quería que me vaya, me pregunto si había alguna forma de quedarme con el, pero no.

Simplemente nos despedimos, ambos sabíamos que no era un adiós, si no un hasta luego, pero igual dolía, éramos solo dos adolescentes enamorados.

Ahora me ponía a pensar, hasta el día que me fui, en jamás me dijo que nuestra relación terminaba, solo me fui.

Aun que era más que claro que el ya abra hecho su vida con alguna otra chica, más novias y haciendo la suya, lo cual está bien, pero no puedo decir lo mismo de mi.

Desde que llegue no me enteré por ningún chico de acá, y eso que estoy rodeada de ellos, pues son amigos de mis amigos, pero ninguno me gustaba.

Ninguno era el.

Ninguno era mi Tomás Campos.

ℜ𝔢𝔦𝔫𝔞 𝔅𝔞𝔯𝔡𝔢𝔯𝔞 | 𝔠.𝔯.𝔬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora