Young Alpha | Larry Stylinson

Capítulo 2

Young Alpha

El día fue eterno para Louis, como ningún otro día lo había sido antes. Confiaba plenamente en que su fuerte aroma de alfa cubriría a Harry, ya que siendo honesto, luego de que Harry usara su sudadera ni siquiera el mismo Louis pudo distinguir los toques suaves que desprendía Harry en el aire.

El joven alfa quería que Harry se concentrase en su primer día, ya que al parecer había estado bastante emocionado y necesitaba estar muy enfocado en su examen de evaluación que si bien a Louis le importaba una mierda, era muy importante para Harry ya que cada punto de cada examen sumaba para su calificación final que le haría llevar una impecable nota a la universidad, así que sí, Louis realmente quería que Harry se enfocara en lo que realmente le importaba y de todas formas, el que estuviese oliendo a Louis le mantuvo tranquilo.

La verdad era que también había estado compartiendo mensajes con Harry y haciendo llamadas cuando ambos tenían un pequeño descanso para asegurarse de que estaba bien y nada le dolía, ya que aunque Louis pensó que podría brincarse todas las clases para permanecer cerca de Harry, eso no ocurrió pues su mejor amigo le arrastró a sus propias siguientes clases sin dejarle tiempo para oponerse, argumentando que era inaceptable lo que trataba de hacer. Louis no tenía ganas de discutir, después de todo Zayn era un chico obsesionado con los deberes y responsabilidades que pasaba más tiempo leyendo libros que hablando con las personas.

Durante el día Louis realmente se mantuvo pegado a Harry lo más que pudo, y estaba siendo irracionalmente sobreprotector pero no podía importarle en lo más mínimo.

No cuando Harry llamaba tanto la atención con su bonita sonrisa y ojos brillantes. Todo el mundo le saludaba en los pasillos, le sonreía y algunos incluso tenían esa mala costumbre que Louis odiaba, que se trataba de acariciar los rizos de Harry, acompañando el gesto con lindas palabras sobre lo muy bonitos que eran.

Louis lo sabía. Él sabía lo muy lindos, suaves y perfectos que eran los rizos de Harry. Él había tenido la dicha de acariciarlos, peinarlos e incluso llenarlos de flores una vez que Harry y él estaban pasando el tiempo recostados en el césped de la casa de campo de los abuelos de Harry con cientos y cientos de pequeñas flores alrededor.

Así que sí, Louis estaba al tanto de que el cabello de Harry era simplemente encantador y no podía hacer nada más allá de mirar con ojos entrecerrados y dientes apretados a cada persona que se acercaba para tocar el cabello de su mejor amigo, desde atrás. Porque sí, cada que alguien se acercaba Louis simplemente se detenía detrás de Harry, metía las manos en los bolsillos de su pantalón y contaba mentalmente hasta diez para distraerse y no estar tentado a enseñar los colmillos.

Teniendo en cuenta que el rizado tendría su primer celo pronto, Louis estaba simplemente fuera de sí. Desconfiaba de todos y cualquier mirada encima de su amigo le molestaba. Sólo él quería verlo, sólo él quería hablarle, tocarle, olfatearle, mirarle. Él, él, y sólo él.

—Okay, suficiente —Louis dio un paso adelante y tomó la mano de Angelina, alfa y líder de las porristas, que se desvivía con una enorme sonrisa elogiando el brillo de los rizos de Harry—. Todos sabemos que Harry debería estar en un comercial de Pantene, sí, estoy de acuerdo, ahora deja de tocarlo.

La bonita castaña frunció el ceño sin dejar de sonreír, y jaló de su mano safándose del agarre del menor con molestia—. Niño, hazme el favor. Los mayores estamos teniendo una conversación privada aquí.

Louis parpadeó, algo ofendido. Claramente Angeline era mayor, ella cursaba el último año al igual que Harry.

—¿Niño? No es mi culpa que tú seas una anciana, la conversación se acaba ahora —volteó a ver a su amigo, quien tenía una pequeña mueca de incomodidad en el rostro—. ¿Harry, nos vamos ya?