2. Nervios.

19 11 0
                                    

Habían pasado dos semanas desde la fiesta de Jessi, dos semanas desde que tuve que volver a verle la jeta al idiota de Bray. No le conté nada a mis amigas sobre lo sucedido, y esperaba que Riker tampoco le hubiera contado nada a su prima, aunque dudaba de que lo hubiera hecho, porque conociendo a Jessi, ya me habría echado la bronca por no haberle contado nada.

Aún seguía pensando sobre mi futuro, y mi madre como de costumbre no paraba de molestarme con ello. Me sentía demasiado bajo presión. Mi padre en cambio siempre me decía lo mismo, pero mirando por el lado más tranquilo.

- Hija, te quiero mucho y lo sabes. Yo solo quiero que decidas lo que decidas, seas feliz y estés cómoda, sobre todo haciendo algo que te guste de verdad - dijo mirándome a los ojos y con una sonrisa delicada.

A mi padre era muy fácil sonsacarle las cosas, su mirada siempre delataba tanto lo bueno como lo malo. Y esa mirada era tan sincera como mis ganas de dedicarme a la danza.

- Lo sé papá, te lo agradezco mucho de verdad - dije agachando la cabeza.

Tenía muchas ganas de decirle lo que realmente me gustaría hacer, pero aún no tenía las ideas muy claras.

Me separé de él y subí a mi cuarto para ordenar mi ropa. Estuve como una hora ordenando y limpiando todo, y como no, dándole vueltas al tema.

Eché un vistazo a mi escritorio, donde aún tenía la nota que Riker había depositado en mi bolso aquella noche.

Por un pequeño impulso decidí meterme en Instagram y buscarle, lo encontré bastante rápido, ya que Jessi lógicamente lo seguía.

Tenía bastantes fotos y un perfil muy llamativo, también tenía doscientos mil seguidores, me imaginaba que todo se debía a su pequeña fama de bailarín.

Seguí investigando, y en una de sus historias destacadas vi que había un corazón de color amarillo; entré y pude observar varias fotos con una chica. Era muy guapa, rubia con ojos azules y grandes. Supuse que sería su novia y no se por qué me dio un pequeño revuelco en el estómago.

Estuve algo más de media hora pensando si seguirle o no. ¿Me devolvería el follow? Era una pregunta que me tenía bastante en dudas.

Respiré hondo, cerré los ojos y pulsé al botón de "seguir". Dejé soltar un suspiro bastante ahogado, no entendía el por qué de mis nervios. Lo apagué y lo metí debajo de mi almohada intentando relajarme. En serio, ¿qué narices me pasaba?


A la mañana siguiente, mi hermana me despertó a base de cosquillas, cosa que me hizo enfurecer bastante.

- Sharidaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan, vamooooooooooooos -decía clavándome los dedos en mis costillas.

- ¿Puedes parar de una vez, idiota? -dije con cara de enfadada y aguantándome la risa.

- Deja de quejarte y prepárate, lo de ir al gym no era ninguna broma. Hoy empezamos sesión juntas, ¿qué te parece? Es una ideaza eh -me guiñó el ojo y se levantó de la cama quitándome las sábanas de encima.

- Recuérdame no volver a soltar algún comentario respecto a mi cuerpo delante de ti NUNCA más - dije levantándome de la cama de mala gana. Dejé mis brazos caer y solté un suspiro grande -. ¿Puedo invitar a Jessi?

- Solo a Jessi - dijo rodeando los ojos.

Dato que se me olvidaba: mi hermana no soportaba a Sophi, y no me preguntéis por qué, porque jamás me dio explicaciones sobre eso.

Avisé todo lo rápido que pude a Jessi y sin duda alguna aceptó la propuesta, pues quería cuidarse sus curvas para impresionar a Paul, cosa que yo no entendería nunca. Se supone que una persona debería quererte por tu personalidad más que por tu físico, ¿no?

Mel y yo fuimos en busca de Jessi en coche; esta ya estaba esperándonos con su mochila deportiva. Subió al coche y nos saludó con una sonrisa de oreja a oreja.

- Pero si son mis hermanas favoritas -dijo dándonos un beso en la mejilla a cada una. Jessi también era muy cariñosa, llevábamos siendo amigas desde preescolar, así que había la confianza suficiente como para saludarnos de esa manera.

- ¿No vas a contarnos nada sobre Paul? - le dije con una sonrisa pícara. Desde esa noche no volví a verla, ni tampoco habíamos hablado del tema.

- Epa, fiera. Acabo de entrar al coche y ya me estás acribillando a preguntas de cotilleo.

- ¿Quién es Paul? - dijo Mel enarcando una ceja-

- Paul es el mejor amigo de mi primo Riker, y también el futuro padre de mis hijos -dijo poniendo ojitos-. Y pues... fue todo un poco desastroso la verdad, por eso he estado evitando hablar del tema. Creo que pensó que quería sobornarle un poco con el Ferrari -dijo apenada-. Pero no importa, no me daré por vencida.

- No creo que tenga ese pensamiento de ti, Jess. Eres un ser de luz, resaltas muchas más cosas, no solo un coche -dije resoplando.

Y así transcurrió el viaje hacia el gym, gracias a Dios que no me había preguntado por Riker delante de Mel, si no tendría con qué joderme el resto del día.

Mel decidió dejarnos solas con una sesión que para ella ya era demasiado... para principiantes, ella necesitaba algo más intenso.

Este fue el momento perfecto para atacarme por parte de Jessi.

- Oye Sharidan, mucho preguntarme por Paul pero ¿qué tal con mi primo? -me guiñó un ojo-.

- ¿T-tu primo...? -dije algo nerviosa-. Pues todo bien la verdad, me cayó mejor de lo que esperaba -forcé una sonrisa mientras levantaba dos pesas y miraba al frente.

- ¿Bien? ¿Solo bien? ¿Seguro que bien? - enarcó una ceja.

- ¿Qué más quieres que te diga? Tampoco pasó gran cosa, solo hablamos y...

- Te fuiste demasiado pronto -me interrumpió, parecía enfadada-. Cuando volví a ver a Riker me contó lo que pasó. ¿Por qué no me avisaste? - Mierda, la confianza depositada en Riker se me había esfumado en un santiamén.

- Bueno, no quería molestaros -esbocé una pequeña sonrisa para calmar la situación-. Sabía las ganas que tenías de estar con Paul, no iba a estropearte tu momento, Jess.

- Pues la próxima vez me avisas aunque esté follando, ¿me oyes? Además, no sé como pudo entrar, si ni estaba invitado -dijo con los ojos en blanco y yo me limité a soltar una pequeña risa.- Pero volviendo a lo importante querida Sharidan, me alegra saber que congeniaste con mi primo.

No pude responderle porque en ese momento llegó Mel. Había llegado la hora de marcharnos y la verdad es que lo agradecí, me sentía demasiado sucia a pesar de que se me hizo ameno gracias a Jessi.


Cuando volvimos a casa (después de dejar a Jessi), me apuré a darme una ducha relajante. No recordaba lo mucho que detestaba el gym, pero pasar tiempo con mi hermana era maravilloso.

Treinta minutos después, salí de la ducha y me puse mi albornoz acompañado de la toalla para mi pelo. Alcancé mi móvil para mirar mis notificaciones, y me quedé paralizada cuando vi la primera:

"@rikeercld a solicitado seguirte"

Mi respiración se agito muchísimo.

Esto solo acababa de empezar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 21, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

CONEXIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora