●•° 》♤ Capítulo uno ♤《 °•●

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-¿Qué esperas para largarte? Estás que nos haces perder el tiempo.

-Ya me falta poco. Solo...

-¿Cuándo? Porque nos vienen diciendo eso desde hace una hora. No tienes muchas cosas. Deberías irte con lo que llegaste.

-No tienes porque ser tan...

-Mejor vámonos A Xiao. Deja que la servidumbre se encargue de él. Además mi hermano te está esperando. No te gastes con este prostituto.

-sonriendo-. Cierto. Lo había olvidado. Vámonos. Debes ayudarme a escoger el vestido que me pondré para la fiesta de presentación. -mirándolo con malicia-.

-Serás la envidia de todos cuando te vean del brazo de mi hermano como futura Madam Wang.

Zhan solo pensaba en cómo se había convertido su vida en un instante. Hace meses estaba feliz por la llegada de su primer hijo, pero ahora fue despedido peor que al perro.

Lo que más me dolía era que ni había pasado ni un año de la muerte de su hijo y toda la desgracia llegó a su vida como un huracán arrasando con lo poco que le quedaba.

-¿Quieres ayuda? Si gustas puedo...

-No es necesario. No necesito nada de usted. Obtuvo lo que quiso. Déjeme en paz.

-tomando su brazo-. Sabes que puedo ayudarte ¿No creo que tus padres puedan recoger a su hijo prostituto?

Zhan estaba a nada de contestar, pero apareció su hermana y entendió mal la situación. Algo que se había hecho costumbre desde que vivían juntos.

-¿Por qué aún no te has ido? ¿Qué están haciendo ustedes dos?

-Nada mi amor. -abrazo a su esposa-. Solo le decía a tu hermano que debía irse lo más pronto posible. No queremos tener más problemas.

-Bueno. No quiero que estés cerca de él. -inquirió Xiao Gu-. Sabes que su reputación no es la más respetable. Podrían pensar mal.

-¿No debías ir a la galería? Se que a Dilmuraba odia la impuntualidad.

-Si. Estoy muy retrasada. Te veo más tarde querido. Y tú deberías estar afuera.

Xiao Gu se despedía de su esposo. No toleraba estar cerca de su hermano para nada después de la traición que le hizo a su ex cuñado Wang Yibo.

No entendía cómo fue capaz de hacerle eso a su devoto esposo, pero no le gustaba que estuviera hablando con él suyo.

Después del lío que se armó decidió cortar los lazos con el en definitiva y por respeto a sí misma no se rebajó a pelear. No era su asunto y tampoco le interesaba, pero no permitiría que le quitaran a su marido.

-No rechaces mi oferta cuñado. Todo se te pondrá difícil. -tocando sutilmente su cintura-.

-empujándolo-. Quizás ellos no puedan ayudarme. Pero tengo manos y un título con el cual puedo valerme por sí solo.

-sonriendo-. Tarde o temprano vas a venir a rogarme. No pienses que te esperaré por mucho tiempo.

-Mi tonta hermana es la única que puede tener tus migajas. No te confundas Huang Zi Teng. Algunos tenemos orgullo y dignidad.

-Tu orgullo y dignidad no te alimentarán. Piénsalo.

Zhan solo seguía arreglando su maleta, no sabía que haría de ahora en adelante pero no se dejaría vencer fácilmente. Con la mejor actitud que tenía se dispuso a bajar las escaleras lentamente aguantando el dolor en sus partes íntimas después de la despedida que le dio el maldito de su cuñado.

Odiaba con todas sus fuerzas a ese hombre, sabía que algo en él no era bueno y se lo dijo a su esposo. Pero como siempre pensó que eran ideas de un doncel hormonal. Lo peor de todo es que nadie veía lo que se avecinaba para su precaria vida que llevaría.

El ser un doncel divorciado y con la reputación que le hicieron sería difícil mantenerse por más de tres días solo, era carne de cañón asegurada para todos los pervertidos que habían por las calles.

Pero cual sea la vida que llevará desde hoy, sólo volaría por su pequeña vida que empezaba a crecer. Ese ser indefenso será luz en su camino oscuro y el motivo para soportar todo.

-Al final seremos tu y yo pequeño. -susurro-. No importa lo que tenga que hacer, pero te protegeré de todos. Incluso de tu mismo padre.

Alguien observaba desde una ventana a la figura que partía con solo lo que vino, Lulú le dijo que había dejado todo lo que él mismo le obsequió. No llevaba más que lo trajo ese día y era una pequeña bolsa con un diario.

Hasta su anillo dejó con una pequeña carta que solo decidió tirarla. Aunque un curioso joven decidió rescatarla por saber su contenido. Sentía que no debía tomarse de esa manera cruel algo que fue escrito con tal sentimiento como lo vio con sus ojos la noche anterior.

Esas lágrimas no se fingen tan fácilmente, sabía que algo escondía el lindo chico. Ji Li tenía cierta estima hacia Xiao Zhan, lo consideraba como una madre para él. Incluso lo cuido mejor que su propio padre y hermanos biológicos.

-Increíble lo que leen mis ojos. -miro con pena hacia la puerta-. Parece que nuevamente se repetiría la historia. -guardó el papel en su bolso-.

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Con un vaso de vodka en mano miraba por donde salía. Había algo en su interior que le mandaba a detenerlo, pero su orgullo de hombre herido era más fuerte que cualquier fundamento

La ropa que tenía era la misma con la cual lo conoció en la cafetería. Aún recuerda ese día y jamás podría olvidarlo. Yibo sabía que era amor a primera vista, algo que pocos puedan experimentar pero que pueden perderlo si no es cultivado debidamente.

Wang Yibo era celoso con su esposo aunque jamás le dio motivos, pero no se sentía tranquilo si alguien lo miraba con ojos lascivos su mente pensaba que quizás Zhan le dio motivos. Aquello había sido una maldición en su familia.

-¿Qué tanto piensas? .-tomo sus manos y se apoyó en el hombro-.

-Tardaste Cheng ¿Dónde estabas?

-Estaba con tu hermana arreglando algunas cosas. -se giró para tapar su visión de la ventana-. Debemos hablar. Hay algo que debes saber.

-¿De qué?

-entregando un sobre-. Léelo.

-¿Qué es...

-Seremos padres A Yi.

-¿Qué dices? No estás mintiendo.

-Para nada.

-sonriendo-. Gracias por esta gran noticia. -la abrazo y miraba hacia la puerta de salida de su mansión-. Ojalá hubiera sido tuyo.

-Seremos los mejores padres para nuestro pequeño. -se acurrucó en su pecho-. Te gane maldito. Al fin seré la señora Wang.

Mientras tanto Zhan se detenía, sus mejores y peores recuerdos llegaron a su mente. Las lágrimas fueron inevitables no sacarlas pero debía hacerlo.

-sin mirara atrás suspiro-. Adiós amor. Espero seas feliz. 

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