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Hyunjin había pensado en llevar a Felix a cenar, por cierto ese era su nombre, se lo había preguntado antes de salir de la sesión, le había dicho que era australiano lo cual no esperó pero entendía porque su cabello no parecía tinturado y porque s...

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Hyunjin había pensado en llevar a Felix a cenar, por cierto ese era su nombre, se lo había preguntado antes de salir de la sesión, le había dicho que era australiano lo cual no esperó pero entendía porque su cabello no parecía tinturado y porque sus ojos y piel eran de un aspecto peculiar, una hermosa obra de arte.

Finalmente después de comentarle la idea al chico, este se había negado al estar utilizando su uniforme y haber comido en el auto, le dijo que prefería algo sencillo como ver una película o conversar un poco, así que terminaron llegando al departamento del pelinegro.

Felix entendía que este hombre tenía mucho dinero, su hogar era realmente grande para ser solo él, no solo el auto y la ropa se lo habían demostrado, sino que él, Hyunjin, amó su nombre con tan solo escucharlo, lo había invitado a cenar a un restaurante elegante bastante nombrado y él se había negado, Felix no era ostentoso, probablemente todo lo contrario, con su uniforme de trabajo, un morral cargado en el hombro y una sencilla chaqueta de hilo, esto es lo que él era, un chico simple y de clase media que trabajaba para mantenerse.

El pelinegro fué tan amable de ofrecerle su mano para bajar del auto, dejar que pasara primero al ascensor y finalmente a su penthouse en el último piso de un enorme edificio en el centro de la ciudad, la vista era sumamente hermosa, Felix no había estado en un lugar así jamás.

- ¿Deseas algo de tomar? - Felix miraba como Hyunjin se aflojaba la corbata y camisa, desde la cocina podía verlo moverse hacia su enorme refrigerador - No he ido de compras pero siempre hay de todo en el refrigerador ¿Qué te gustaría? - el rubio sonrió travieso.

- Creo que un vaso de vodka con hielo y algo muy dulce - el pelinegro asintió y el rubio brincó mentalmente, Hwang ni siquiera había puesto un pero, le daría lo que pidió sin rechistar. Unos minutos después, Hyunjin lo llamó y le dijo que podía tomar asiento donde guste. Felix decidió que la isla de su cocina era hermosa y quería saber que tan cómodas eran esas altas sillas, así que tomó asiento frente al pelinegro que le extendió su vaso.

- Aquí tienes, cariño - dijo con tal naturalidad que Felix estuvo a punto de suspirar ¿era posible caer por un hombre en menos de doce horas? estaba tentado a decir que por supuesto que sí - es vodka con hielo y jugo de arándanos ¿eso está bien? - Felix asintió embobado, el jugo de arándanos era su favorito. Su lengua danzó al degustar su licor, Felix amaba poder disfrutar de una buena bebida, cuando podía darse un gusto compraba algo de calidad y lo degustaba lentamente, Hyunjin le había dado su mejor licor, lo notó al leer la etiqueta de una botella sobre la encimera de la cocina, claro que no olvidaría ese gesto.

- Está perfecto, gracias - Él alto no se le había vuelto a insinuar de forma sexual desde que le pidió salir, el abrazo en el estacionamiento o la forma en que tomó su mano durante el trayecto en auto o la subida en ascensor fue en extremo dulce, Felix ni siquiera estaba seguro de si el pelinegro lo había llevado a su casa para que le haga favores sexuales o para complacerlo, aunque ninguna de las dos opciones le disgustaba.

Masajista » ᴴʸᵘⁿˡⁱˣ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora