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Un poco más calmado, y con la mente despejada decidió ignorar al nuevo profesor, entre comillas, pues si, efectivamente, estaba en su clase.

Y lo había logrado por una semana completa, dios, estaba orgulloso de el, había luchado con el impulso de quedarse más tiempo en el aula para hablarle, o poner excusas tontas para mantener una conversación.

De hecho, huía apenas tocaban el timbre del termino de clase.

Sin duda era fuerte, a pesar de que su alfa gruñia y lo mantenía de mal humor, lo había soportado hasta ahora, cuando por quedarse dormido justamente en su hora, ahora tendría que esperar para que hablará con el, a solas.

Había sido un buen alumno hasta ahora, no había faltado de entregar ni un solo trabajo justamente para evitar está situación, pues su alfa le lloriqueaba por tan solo tocar al profesor cada que lo veía.

En cuanto sonó el timbre suspiro, cerro su libro y libreta de la materia y espero a que todos sus compañeros abandonaran el aula.

– Suerte Naruto-kun – le dijo suavemente la Omega, con una suave sonrisa, brindándole un poco de alivio en su pecho, más no borrando los nervios que se acumulaban en el.

En cuanto vio que no faltaba nadie, se enderezó de su lugar, y camino hacia el profesor que ponía en orden su pizarrón para su siguiente clase.

Incluso de espaldas le provocaba esas mariposas en su estómago, su delgada silueta, sus delgadas manos, sus dedos delicados al escribir en el pizarrón y su intenso cabello negro atado en una coleta lo hacían ver elegante, hermoso.

Volteo los ojos al sentir a su alfa gruñir, nunca había sido tan pesado.

– Joven Uzumaki, ¿le molesta el cómo doy mis clases? – su voz serena y ligera lo saco de sus pensamientos, el profesor ahora estaba justo enfrente de el, recargado en su escritorio separandolos por un espacio donde podría pasar una persona.

– ¿Que? Si, digo no, no para nada, me gusta, la clase, usted, bueno el cómo la da, si, si, aprendo... Mucho – rasco su nuca, este y más movimientos involuntarios cargados de nerviosismo hicieron sonreír ligeramente al hombre, era un chico raro.

– Bueno eso es un alivio – su rostro se veía más relajado – Siempre huyes de mi apenas termina la clase, no me importa si te duermes después de todo entiendes la materia, pero, se un buen niño y no corras como si fuera una de tus exs novias, ¿si?

El último comentario lo hizo reír en voz baja, pero los anteriores los sintió como cuchillas enterándose en su espalda.
Se sentía avergonzado, sentia sus mejillas encendidas, tenía náuseas y sus manos sudaban.

Quería salir corriendo, pero al mismo tiempo no deseaba deshacer el pequeño contacto que había iniciado su profesor poniendo una mano en su hombro.

El Uzumaki no pudo evitar mirar fijamente al hombre, el sonreía como si estuviera cansado o extremadamente relajado, su profesor siempre emanaba esa aura, y por alguna razón, eso y otras cosas se le hacían irresistibles al alfa.

– Naruto – escucho esa voz, y sin saber porque, se alejo de su profesor como si su mano quemara.

– Gaara... hola – saludo el rubio tallando su nuca, el maestro guardo tranquilamente su mano en uno de los bolsillos de su pantalón.

– Te estuve esperando y como no llegaste, vine – camino adentro del salón, dando solo una mirada al profesor, este se vio confundido sin embargo sonrió simplón.

– Esa fue mi culpa, lo mantuve ocupado, pero ahora es todo tuyo, diviértanse – les guiñó un ojo saliendo del aula.

Había descubierto que molestar a sus alumnos sería su nuevo pasatiempo preferido.

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⏰ Última actualización: Sep 24, 2023 ⏰

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¿Un profesor y...un niño?  [OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora