Amaba el baile, amaba sentir todas las emociones que le provocaba y que podía sacar.
Cuando la música sonaba lo único que hacía era dejarse llevar, su cuerpo se movía al ritmo que más le gustaba y sacaba todo lo que sentía sin exponerse.
Pero cuando...
Amo experimentar con lo que escribo y en esta ocasión tocó con hacer algo relacionado al baile, yeii.
Cómo se trata mucho sobre música y eso, más adelante les estaré subiendo la playlist de esta corta historia (si es que no me extiendo, jajaja).
Sin más que decir, espero les guste y lo disfruten ^^
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La rítmica y movida música sonaba por la estancia junto con los golpes de pies al piso de madera que los jóvenes provocaban al realizar los pasos de la coreografía impuesta por el profesor.
— Uno, dos —la voz del profesor sonaba sobre la música para guiar mejor a los alumnos— y todos atrás. Tres, cuatro, alto todos y... Adelante Izuku.
Un joven de pelo verde avanzó siguiendo los pasos de acuerdo al ritmo lento que había comenzado.
El joven movía su cuerpo con agilidez y experiencia. Los movimientos eran lentos, pero tenían la emoción requerida. Izuku iba de acuerdo al ritmo, se movía por si solo, dejándose llevar por todo lo que le hacía sentir.
El ritmo de la música fue aumentando de poco a poco.
— Shoto.
El mencionado de ojos heterocromaticos se acercó al peli-verde siguiendo los tiempos a la perfección. Se colocó detrás de su compañero y se sincronizó de una manera increíble siguiendo los mismos pasos. Estaban tan bien coordinados que sorprendía al mismo profesor.
— Preparados.
En el alto estribillo Izuku dio un paso adelante y levanto su pierna cómo si fuera a correr mientras estiraba un brazo hacia adelante y el otro hacía atrás dejándose ir al frente, Shoto tomo a tiempo la mano del peli-verde y lo jalo hacia si mismo. Izuku se dejo llevar inclinándose hacia atrás siendo sostenido por su compañero
— Todos.
Al inicio del coro, el resto de jóvenes se acercaron para hacer la parte final de la coreografía, al mismo tiempo Shoto levantó a Izuku dandole una vuelta para colocarlo a su lado y ambos se coordinaron al ritmo de sus compañeros con los movimientos.
— Y... ¡Cierre!
Los jóvenes realizaron los últimos pasos de la coreografía para detenerse en distintas poses justo en el momento que la canción termino.
Sus pechos subían y bajaban demostrando el esfuerzo que habían hecho para aquella coreografía. Un esfuerzo que fue reconocido.
Tres fuertes aplausos sonaron por la estancia.
— Bien hecho, mejoraron demasiado desde la semana pasada —habló su profesor de cabellera oscura levantando la mano, una señal para que sus alumnos dejarán las poses y le prestaran atención—. Tomen agua y siéntense, les traigo noticias.
