08

56 8 4
                                    

Sandu apunta contra el mal.

Zidian resplandece con auténtica fiereza.

Jiang Wanyin permanece a la defensiva; con espalda recta, ceño fruncido y postura de combate.

Él lo sabe, él sabe del peligro que se disuelve en el aire, el olor a muerto y a vida, tan familiar y lejano al mismo tiempo. Él lo sabe y no entiende el por qué, ¿Qué es aquella abominación? ¿Qué mal chiste representa aquella figura cadaverica que en el pasado fue su compañero de guerra y que hoy luce como un auténtico fantasma viviente?

Un cuerpo se interpone entre él y aquella horrorosa visión, lo mirá con cautela y enojo:

—Expliquese.

—Baje su espada, Jiang Wanyin.

Él la sostiene con más firmeza sin dejar de apuntar a aquello y alza el mentón en señal de desafío.

La otra parte solo niega.

—¿Hasta donde sería capaz de llegar por salvar a los suyos?

La pregunta del maestro Qiren (quien se mantenía oculto en la sombras) emerge con atrevimiento.

—Dejeme corregir ¿Qué arriesgaría si tuviera la oportunidad de haber salvado a su hermana, a su madre e incluso a su padre? Usted, arriesgó su vida, su núcleo, su fuerza y vitalidad, pero, de haber podido arriesgar más, ¿Lo habría hecho? ¿Habría arriesgado sus principios y valores por los suyos?

Si, lo habría hecho.

»Matame. Mátame maldito perro Wen. Mátame a mi y deja en paz a los míos. Acaba con mi vida y la herencia Jiang, pero deja a los míos en paz. Mátame, de todos modos, no valgo nada...«

—Yo lo hice. Y no me arrepiento. Lo volvería a hacer con tal de que él, de que Xichen, volviera a tener una oportunidad más.

»Usted sabe de la genialidad de Wei Wuxian. De los experimentos desastrosos y revolucionarios de aquel chico del que nunca fuí cómplice y que sin embargo, él día de hoy, me han dado una idea descabellada pero al mismo tiempo, mi última esperanza.

¿Recuerda como regreso el Patriarca Yiling a la vida?

Mediante un sacrificio.

Aquel chico debería de aprender a callar y no a registrar cada pasó en su vida...»

Señala un montón de escritos destrozados.

—¿Usted, realizó el mismo sacrificio?

Qiren negó.

—¿Cómo podría? ¿Lo ve?— señala a aquella figura erguida que mira al vacío —Tiene su propio cuerpo.

—¿Es un cadáver feroz conciente? ¿Un nuevo general fantasma?

La sola idea lo repugna.

Qiren vuelve a negar.

»Xichen no fue un sacrificio como el de Mo Xuanyu. Tampoco uno como el general fantasma. Él es, un nuevo sacrificio o tal vez, la mezcla de ambos.

Al parecer el ingenio de Wuxian no tiene límites. En sus escritos describe un sacrificio, uno completamente distinto. Un uso de cultivo demoníaco básico en el sacrificio de alma, un alma condenada que tomaría el lugar de otra, y la antigua alma sería expulsada y regresaría a la vida.

Fue muy difícil.

El alma de Xichen no quería regresar a la vida.

Inquiry fue un desastre al principio. Una y otra vez fracasó. Y cuando creí que debía rendirme, apareció. El espíritu de mi sobrino se manifestó. Un alma tan rota por la traición y el sufrimiento.

No debía dejarlo así.

Sacrifiqué mi alma a cambio de la suya.

Esa es la verdad.

Su alma está de vuelta, rota y adolorida pero sigue con nosotros. Él seguirá con nosotros. ¿No lo entiende? Xichen tiene una nueva oportunidad de comenzar. Yo le brindé un nuevo comienzo, una nueva vida. Y sé que será prospera.

¿Qué demonios hizo? ¿Se ha vuelto loco?

»¡No, no soy un lunático! ¡Estoy más cuerdo que nunca! ¡Le falle a mi hermano, no cuide bien de Xichen! ¿Que más podría hacer? ¡Él está vivo, él está vivo! ¡Comenzará de nuevo!

Necesito su ayuda.

Lo miró con firmeza.

»Xichen necesitará ayuda en su nueva vida. Necesitará de alguien que lo proteja contra todos y que sea filial. Que le enseñe el sentido de la vida y la fortalezas que habitan en su interior. Usted es el indicado. Lo protegerá y guiará en mi lugar, lo alejará de todo y todos. Nadie puede descubrir de su existencia. Ni Wangi, ni Wuxian y mucho menos otro anciano o dicipulo. Solo usted. Confío en usted.

No seré participe en esto, Maestro Lan— murmuró aún sin poder creerlo —. Esto es una locura. Mire a su sobrino, prácticamente es un cadáver sin vida, ¿Cómo podría ser un buen comienzo? Lo condenó en vida. Condenó a su propio sobrino.

—No. Está equivocado.

—Es una blasfemia.

—Él se recuperará. Él recobrará los sentidos pero olvidará su pasado. Solo contará con usted.

—¿Cómo podría protegerlo?

—Lo hará, Jiang Wanyin. Sé que encontrará la forma.

—Usted debe de hacerce responsable de eso.

Qiren sonrió pero negó.

—No puedo hacerlo. Mi tiempo a acabado.

De pronto. La energía espiritual del maestro comenzó a reducir gradualmente.

—¿Por qué yo? ¿Por qué no alguien más?

—Alguna vez mi sobrino comentó sobre su gran fortaleza ante los golpes de la vida y su gran admiración hacia ello.

Jiang Wanyin soltó su espada.

Xichen...

Qiren se aproximó a la salida.

Antes de retirarse, giró a verlo por última vez.

—Es el último Jiang puro. Intentar lo imposible siempre fue la enseñanza de su padre. Sé que lo logrará.

Y salió.

Nunca volvió a saber de él.

TBHFO © [Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora