Capítulo XIV.

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"INALCANZABLE"

Armando por fin iba a hablar con don Hermes, estaba nervioso, Betty lo miraba tratando de darle confianza y tranquilidad, ya lo habían decidido ellos, si ya doña Julia estaba enterada lo mismo que los Mendoza, ya no tenía caso ocultar más su relación, había llegado el momento de revelarle la verdad.

-bueno joven Armando, que es el misterio de querer hablar con nosotros ah.

-don Hermes vea, -dice frotando sus manos nervioso- yo quiero informarles a ustedes que... Betty y yo... somos novios.

-¿qué dice? Pero...

-pues si papá, Armando y yo somos novios hace tiempo.

-¡¡no puedo creerlo Beatriz Aurora!! ¿cómo nos ocultó algo tan importante? ¿y desde cuándo ustedes son novios ah?

- eso no importa, pero queremos que lo sepan.

-sí don Hermes, espero que confíe en mí, porque tengo las mejores intenciones con Betty, de eso no le quepa la menor duda.

-pero es que... ustedes ya pensaron en las diferencias entre los dos ¡¡mija usted como olvidó eso!! nosotros no tenemos su posición, somos gente pobre, que vive con lo poco que da la tiendita más los ahorros, me imagino que sus padres no lo saben ¿cierto joven Armando? -Dice preocupado don Hermes-

-don Hermes por favor solo llámame Armando, pues sí lo saben los dos... pero usted no se preocupe, en todo caso es decisión mía.

-pues claro que me preocupa, no me gustaría que despreciaran a mi hija por su origen, su madrina la quiere pero...

-Hermes, -dice doña Julia interrumpiéndolo- tranquilo mijo, yo hablaré con Mago, tenemos que platicar ella y yo como amigas que hemos sido, porque sé lo que Bettica lo quiere y así conoceré su opinión.

-ahh hasta usted lo sabía el único que lo ignoraba soy yo, ¿Qué tal? El bobo del cuento.

-papá... no diga eso.

-¿ qué quiere que diga? si usted nunca nos platicó nada... jov.. Armando, no me gustaría que jugara con mi niña, usted tiene los medios para tener otras mujeres, su posición, su porte se presta, y no me gustaría que mi hija, fuera solo un entretenimiento para usted por ser ella de origen humilde. -dijo don Hermes-

-no don Hermes como se le ocurre, yo estoy enamorado de Betty, ella es especial para mí, y no necesito a nadie más.

-eso si... opino igual que Hermes, no me gustaría que mi hija fuera su pasatiempo mientras sale por ahí otra mujer de su mismo nivel social, le pido que la respete y le dé su lugar, sino... mejor déjela para que ella no pierda su tiempo y conozca a otra persona.

-les prometo que no, yo amo a Betty, es la única mujer que quiero. Sino no estaría aquí dando la cara.

-tiene razón, espero que mi hija no sufra, me dolería mucho que la menosprecien por su origen, pero entiendo que aunque me niegue ustedes harán lo que quieran y no quiero que se escondan más, me cuesta trabajo aceptar porque no será fácil para mi hija pero... aceptamos ¿cierto Julia?

-claro que si -dice sonriente mirando a su niña nerviosa por el momento que estaban viviendo, y Armando igual, se veía inquieto, no dejaba de mover un pie, y ella lo notó desde que llegó-

Armando y Betty se miran a los ojos sonrientes, contentos, por fin habían hecho público su noviazgo con los padres de Betty, y había sido más sencillo de lo que ellos imaginaron.

+++++++++

Doña Margarita le hizo saber a don Roberto sus temores respecto a Betty y lo que le impedía aceptarla como nuera... a ella le preocupaba que pasara lo mismo que con Susana la esposa de Julio Valencia quien al principio se portaba bien con él, pero después se transformó, y ese fue el comentario que le hizo a Armando, ya que veía a su esposo como máquina de hacer dinero, como ella era de una posición económica inferior quiso tener lo que nunca tuvo, se volvió exigente y soberbia pero él le ayudó a comprender.

-Margarita no compares, son muy diferentes Beatriz y Susana, esta niña es sencilla, bondadosa, agradecida, si quisiera a Armando por interés su actitud sería otra, porque yo recuerdo que Susana desde que la conocí mostraba mucho interés en las cosas materiales, era de aparentar, ya de casados no lo dejaba solo nunca, le gustaba ir a lugares caros, no le agradecía los regalos a Julio, es más le exigía cosas costosas, y le despreciaba lo sencillo, era muy altanera, le hablaba con un tono muy autoritaria, mira mujer yo le tenía un gran aprecio a los dos pero no podemos cegarnos a la realidad, no pienses así porque no hay punto de comparación te aseguro que ella quiere a mi hijo sin más interés que por él mismo.

-es mi preocupación Roberto que mi ahijada cambie y mi hijo pase lo que Julio, yo fui testigo de sus desprecios a regalos sencillos, de como le exigía cosas costosas y mi compadre se quedaba triste y preocupado. Tienes razón... Betty no es así, siempre fue agradecida conmigo, y se emocionada cuando le regalaba cosas por pequeñas que fueran, ¿recuerdas que no quiso aceptar el auto de papá cuando se lo ofreció? ¿cómo pude olvidar eso?papá supo que se atraían y me lo dijo en esa carta, y él no podía estar equivocado, me sorprendió tanto que desde ese tiempo él se dio cuenta de todo, es que yo nunca vi nada, cuando la lei pensé que era por lo enfermo que estaba. Mi ahijada hará feliz a mi muñeco si se quieren, así que... no me opondré más.

Don Arcadio, Roberto, y ella misma sabían que Betty era buena persona, Armando tendría buena vida con ella si formalizaban en un futuro, conocía y quería a Betty y a Julia que junto a Hermes habían educado a Betty para ser mujer de bien. Aclaradas sus dudas decidió que aceptaría a Betty.
Ante su círculo de amistades que tanto le interesaban y que ya conocían a Betty, sabían que era su ahijada, que venía de Santa Rosa de Cabal, les omitiría ciertos detalles para no hacerla sentir mal, la carta que le dejó don Arcadio entre otras cosas le decía:

- Hija si mi nieto se enamora de Betty no te opongas, no permitas que las diferencias económicas lo haga infeliz, porque yo vi como la mira y sé que los dos sienten atracción, ella vale mucho como persona, confía en mí, no olvides que más sabe el diablo por viejo, ella es mujer de buenos sentimientos, con valores y principios, además es muy trabajadora, ¿qué más quieres para tu hijo? no me gustaría pensar que deseas para él una mujer con buena apariencia y posición aunque sea una mujer frívola y vacía, yo deseo que tenga a su lado alguien como tú, que siempre apoyaste a mi yerno Roberto, eras una mujer centrada, que lo ayudó a trabajar y sacar adelante su empresa, eso mismo deseo para Armando... hija esa muchacha Valencia ni se te ocurra, no puedo más que aconsejarte porque te quiero a ti y a tu familia, mis nietos me hacen la vida mejor, pero sobre todo Betty, me acompaña, es tan servicial, siempre pendiente de mí, y eso habla del ser humano que es, será una buena esposa, buena madre, buena nuera, porque buena hija lo es, y tú... eres una mujer justa.

Margarita habló con su amiga Julia, le dijo que nunca pensó que eso sucedería, pero si Armando quería a Betty ellos lo apoyarían porque querían verlo feliz. Y doña Julia se sintió aliviada porque estuvo muy preocupada pensando en su niña.

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Camila habló una tarde con su madre estaba temerosa y muy nerviosa, y le comentó... de su embarazo... estaba embarazada y no les había contado nada, sentía temor pero ya no podía ocultarlo más, aun recordaba cuando se enteró la angustia que sintió, pero Jose Andrés se puso feliz y la abrazó contento haciéndola sentir mejor, la animó, le hizo ver la gran bendición que era tener un hijo que en ese momento su pequeño era su prioridad y lo más importante.

-PERO CAMILA POR DIOS COMO PUDISTE HIJA, NUNCA ESPERÉ ESO DE TÍ, y... ¿con ese muchacho supongo?

-mamá no grites, tranquila, mira ya no puedo retroceder el tiempo, así que ya está de más, me enamoré de José Andrés y pasó, sé que fuimos irresponsables, pero ahora nos toca enfrentar las cosas, y quiero que lo sepan ustedes, porque pensamos volver a Bogotá en veinte días para que allá nazca mi hijo, ya sabemos que es un varón.

-hija discúlpame pero... no me esperaba esto entiéndeme, que alegría saber que viene un nieto varón, nuestro primer nieto de ti lo esperaba pero no así ¿entonces regresas? Que alegría hija.

-sí, nos regresamos mamá, porque estaré con José Andrés, y nos vamos a vivir al apartamento que me dejó mi abuelo.

-pero hija... ese apartamento está vacío, además ¿cómo así? solo vivirán juntos en amasiato.

-mamá por favor que términos tan anticuados son esos, pero no te preocupes, ya nos casamos aquí en el consulado hace un mes, legalmente somos esposos.

-¡¡no puedo creerlo!!, es que estoy a punto del infarto Camila como nos hiciste eso hija, siempre soñamos tu padre y yo en acompañarte en esa fecha tan importante, estar la familia reunida celebrando ese acontecimiento tan importante.

-mamá yo no les hice nada, solo hicimos lo que creímos era lo mejor para nosotros, y quiero que así lo veas tú también.

se llenaron de lágrimas los ojos de doña Margarita, sufría por lo que su hija le decía, ella quería ser participe el día que se casara, pero ahora ya no podría ser, y no quería hablar de boda religiosa, ella no intervendría en nada, pero quería ayudarla.

-hija -dijo con voz quebrada- ¿puedo ayudarte con los muebles o no quieres que haga nada? para que esté listo.

-si mamá, necesito su ayuda, mira no quería decírtelo por pena, pero te prometo que yo les regreso todo en cuanto trabaje.

-hija por favor, eso no importa, quiero hacerlo, quiero que vivas bien, pero también entiende que lo hago por ti y por mi nieto...

-me duele que digas eso mamá, sino aceptas a José Andrés entonces mejor no hagas nada, déjalo así, a ver cómo nos arreglamos solos.

-no hija, está bien, yo me encargó de tener listo todo, ¿cuándo nace mi nieto?

-en dos meses y medio mamá estoy como un balón, esta grande mi bebé, dice el doctor.

-ay hija así estuvieron ustedes, los dos eran muy grandes.

-no mamá sin duda Armando más, es muy alto, yo soy más bajita.

-claro los varones son más grandes, bueno hija entonces me pongo mañana mismo a preparar todo, le diré a tu papá, y a Armando, tienen que saberlo, porque te verán semejante barriga.

-yo quisiera decirles mamá, tengo que hacerlo.

-como tu desees hija, es algo tuyo y tu verás cómo quieres manejarlo.

-gracias mamá.

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Betty veía muy poco a su gran amigo Nicolás, que en esos años de estudiantes fue su compañero, pero sobre todo su amigo, él nunca tuvo oportunidad con esa mujer que le gustaba, porque siempre lo trató mal, y el terminó desilusionado, definitivamente en ese lugar no hubo una chica para él, sin embargo ahora estaba feliz al saber que tenía trabajo, y le iba bien, Betty lo había aconsejado acerca de su vestuario, no es que fuera una autoridad en la materia, pero veía como se vestía Armando y eso le valió para tener idea, Nicolás pudo compararse unos trajes sencillos con un préstamo que Betty le hizo, ella ahorraba lo más que podía y no le costó trabajo hacerlo por él, para que mejorara y no le pasara lo mismo que en la universidad y se burlaran de él, pero un día le comentó algo que la sorprendió:

-oiga Betty, usted también está haciendo los pagos de la beca a la Universidad, yo sí cada mes deposito una parte de mi sueldo.

- ¿qué pagos... de qué me habla Nicolás?

-pues esos, nunca le he preguntado pero... yo firmé al graduarnos una carta de compromiso a cubrir la beca que me otorgaron, ahora debo regresarla, pagando un porcentaje de mi sueldo mensual, hasta que termine de cubrirla.

-pero es que a mí no me dieron nada, absolutamente nada de esos documentos...

-qué raro, porque a mi sí y me explicaron desde el inicio que solicité la beca que uno les reembolsa al terminar y trabajar.

-pues no sé Nicolás, a mi no me dijeron nada de eso, aunque no estaría mal preguntar, no quiero que después me digan que se les pasó, y me cobren intereses.

-hágalo Betty, no le vayan a dar una sorpresita, por cierto ¿cómo va con su Armando ah? usted cada día más enamorada se le nota y me alegro mucho por usted, ah que bonito debe ser que lo correspondan a uno.

-pues sí Nicolás, para que negarlo, estoy enamorada y es lo mejor que le puede pasar a uno, que la persona que usted ama le corresponda, Armando lo hace y mire que... yo jamás pensé que eso podría pasar, pero sobre todo muy feliz con él, usted no se desespere pero no busque esas mujeres como Alicia Solis, busque una chica que lo quiera, que sea buena con usted, y que lo trate bien.

-mm ¿y dónde hay de esas mujeres ah Betty?

-quizás pronto aparezca en su vida, ahí en su trabajo no hay nadie que le interese.

-pues... si hay una pero... no sé.

-no Nicolás, tampoco se trata de estar con la que sea, solo por tener novia.

-gracias Betty, por ser mi amiga, por lo buena gente que se ha portado conmigo siempre, por no burlarse de mí como todos, por apoyarme, gracias.

Betty se dirigió días después a la universidad, solicitó unas horas de permiso en el trabajo los días menos complicados y fue, pidió hablar con la persona de admisiones y cobros ahí le confirmaron que ella no tenía adeudos de nada.

-pero ¿Cómo así? Yo era becada y tengo entendido que los becados tienen que retribuir pagos al empezar a trabajar.

-pues sí pero usted no estuvo becada señorita, solo hubo un alumno becado en su grupo.

-pero ¿no entiendo nada? Yo nunca realicé ningún pago...

-usted no pero... otra persona realizó los pagos.

-¿quién?

-Mm no sé, déjeme checar... repítame su nombre.

-Beatriz Aurora Pinzón Solano.

La señorita, empieza a revisar en su computadora, y luego de un rato le dice...

Sí aquí está... los cheques eran de... Arcadio Sáenz, y después... Margarita Sáenz.

-¿cooomo? No puede ser, yo creí que me habían otorgado la beca por méritos propios.

- si se le hubiera entregado a usted, su compañero que la obtuvo habría sido rechazado, veo que está firmado por el rector de la universidad, él autorizó, seguramente el señor que pagó pidió que se hiciera así, usted... ¿lo conoce?

-claro que sí, que Dios lo tenga en su gloria, era como mi abuelo.

-bueno entonces no se mortifique, usted no debe nada.

Betty se siente decepcionada, desilusionada, don Arcadio se había encargado de su educación y sin duda que dejó la encomienda a doña Margarita de que lo hiciera al faltar él, es que tenía ganas de llorar, y a la vez estaba agradecida con don Arcadio y doña Margarita, sale de la universidad triste, sube a su auto, mira al cielo y dice.

-gracias don Arcadio, gracias patrón por tanto que hizo por mí, no tengo como agradecerle tantas cosas, -y escurren unas lágrimas por su cara-

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Don Roberto y Armando ese mismo día se enteraron del embarazo de Camila que llamó a Ecomoda y los encontró a los dos solos reunidos y aprovechó, servía que estaban ocupados y no la regañaban tanto, ellos se enojaron al primer momento, sobre todo don Roberto, le había dolido y se sentía decepcionado de su hija ya que nunca esperó eso, creyó que caminaría con su pequeña del brazo al altar, aunque la idea de tener un nieto le hizo cambiar de opinión, ¿ya que podían hacer?

Armando entendía perfectamente a su hermana porque si a él y Betty no les había pasado era porque... era cuidadoso.
Armando vivía en la casa que heredó de su abuelo hacia tiempo ya, Betty le ayudó a elegir la sala, algún cuadro, su mamá le eligió la recámara, y casi siempre cada visita de ella implicaba empezar con besos, abrazos, caricias y terminaban haciendo el amor, Armando no había querido que Betty tomara pastillas, pensando que podría afectarle a su salud, ella se lo había propuesto porque no quería tener un embarazo inesperado, recordó como algunas ocasiones no se contuvo para protegerse, y esperaba que no tuviera consecuencias, sería cómico que los dos hicieran a sus padres abuelos al mismo tiempo, no... no podía ser, ¿o sí? Con esa idea se quedó al recordar sus descuidos.

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Betty esa noche cuando Armando la vio en la salida de su trabajo, la sintió triste, no era la misma de siempre, lo abrazó fuertemente buscando apoyo.

-¿mi amor qué te pasa? ¿Tuviste algún problema en tu trabajo?

-me siento triste Armando, me enteré de algo que nunca esperé.

-¿quieres contarme? quizás te pueda ayudar.

Betty le cuenta todo con lujo de detalle, de lo que se había enterado en la universidad.

-pero mi amor, no tienes por qué sentirte así, no llores, -dice limpiando sus lágrimas- mi abuelo lo hizo con buena intención porque te quería mucho, y quiso que te prepararás, solo eso, quiso hacerlo con discreción porque te conocía y sabía que no lo aceptarías.

-pues sí, pero siempre me sentí orgullosa de pensar que era por méritos propios que tenía la beca, y... resulta que no.

-pero eso no importa, fuiste la mejor de tu generación, ahí lo demostraste acaso no obtuviste el mejor promedio y te mencionaron como la alumna más sobresaliente, ¡¡te graduaste con honores amor!!

-si lo sé, sólo me dolió saberlo, pero siempre le estaré agradecida a don Arcadio por tanto que me dio, sobre todo su cariño.

-entonces no te pongas triste, mi abuelo se sentiría feliz de verte graduada y convertida en toda una licenciada en Economia y especialidad en Finanzas.

-gracias Armando por tus palabras, tu mamá está enterada también, ella pagaba cuando falleció tu abuelo.

-que bueno mi amor, yo me siento feliz por ti, y agradecido con mi abuelo por ese gesto, ahora olvida todo eso ¿sí? Mejor digámosle a mi abuelo, gracias abuelo Arcadio, a ver... repítelo conmigo.

Betty repite con él y sonríen.

-ya más tranquila -Betty asiente con la cabeza -me alegro... ahora, yo tengo un chisme que contarte, como dicen las secretarias de Ecomoda y está... ¡buenísimo!... ah si las conocieras verías que son tan simpáticas y muy chismosas, pero buenas personas, si vieras como pelean con el diseñador, que no le gusta que se acerquen a su taller, dice que son un cuartel de feas, y así les apodan el cuartel de las feas, en fin mira....

Armando le cuenta todo lo de su hermana Camila, ante una Betty sorprendida por lo que escucha, Armando le pregunta.

-¿amor tú has tenido tu periodo? No olvides que recientemente no me cuidé ¿recuerdas?

-sí, todo bien, pero según leí, el peligro es cuando hay ovulación pasando diez días que inicia el periodo, y ese descuido pasó ocho días después que inició mi regla, por eso todo bien.

-uff que bueno que me lo dices, porque pensé que quizás tendría consecuencias.

-¿y acaso no quieres?

-claro que quiero, pero planeado, quiero que nos casemos primero, pero si se hubiera dado me volvería loco de alegría, a mí me gustaría esperar, primero quiero pasear contigo, que viajemos, disfrutar la convivencia juntos, crecer más como pareja, y ya que estemos acoplados entonces si, a encargar al chino.

Betty sonríe con agrado, le gustaba escucharlo decir que quiere tener hijos con ella, que sueña con un futuro juntos, y eso es muy importante, porque piensa igual.

su relación iba mejor que nunca ya no se escondían de nadie, incluso lo había acompañado al último lanzamientos de su colección en Ecomoda tres días antes, ante su invitación con insistencia, donde sus padres no estuvieron por una fuerte gripa que los aquejó y el quedó al frente, ahí se hizo pública su relación, él la presentó con la prensa como su novia, ella sabía que él estaba rodeado de modelos guapas, pero por primera vez lo vió y sintió celos al ver como se le acercaban pero a todas se las presentó como su novia y la tuvo tomada de la mano siempre, Marcela Valencia los vio pero no se acercó, al fin la mugrosa esa era la novia -pensó-
Betty prefería confiar en él, era tan especial con ella, se veían casí todos los días, y los fines de semana unas pocas horas porque él se iba al club, así que... ahí tenía el tiempo suficiente o en la empresa para estar con otra, pero él no lo hacia, su intuición le decía que él era sincero con ella y tenia razón, él la adoraba, sus miradas llenas de amor no podían mentirle, tenían una relación con libertad y confianza de ambas partes, ella trataba con muchos hombres en el trabajo incluso le habían mandado flores en dos ocasiones dos personas diferentes, pero ella rechazaba cualquier invitación, ella amaba a Armando, y no iba a poner en riesgo su relación, porque esas invitaciones no eran solo buscando amistad eran hombres que abiertamente le habían dicho que estaban interesados en conocerla, ella respondía que tenía novio pero les agradecía sus invitaciones.

Michel se habia alejado de ella al perder las esperanzas y no la volvió a llamar, a él le hacia daño verla sabiéndola imposible.

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Camila llegó a Bogotá y fue recibida con su esposo José Andrés por sus padres y su hermano que fueron al aeropuerto, se abrazaron cariñosamente los hermanos, y sus padres igual, su madre al verla lloró, su niña estaba embarazada.

-mamá no llores, sé que te decepcioné, que los decepcioné a los tres, pero mi hijo ya pronto llegará y quiero que todos sientan alegría por eso.

-si hija lo siento, pero bienvenidos, ¿Andrés, cómo le va? Dijo doña Margarita.

Armando le había dado un abrazo con una palmada fuerte en la espalda, era más un golpe que un saludo, y don Roberto, solo le extendió la mano.

-Armando hijo ayuda a tu hermana con su bolsa.

-claro que sí, dámela hermanita. -dijo acercándose a ella-

-mm Armando ¿y tú qué... como vas con Betty?

-feliz hermanita, enamoradísimo de mi pequeña, es tan linda.

-me alegra porque siempre me gustó para ti, desde que llegó a la casa, y te lo dije, quiero pensar que ya es algo serio, ya llevan tiempo juntos, ya cásate mira que ya te estás haciendo viejito jajajaja

-tan chistosa tú, solo tengo... ah cierto, pero aún soy joven -dice evitando decir su edad- pero sí, a ella la quiero en serio, ya lo estoy pensando hermanita.

-José Andrés no te quedes atrás -dice Camila a su esposo-

-¡¡déjalo!! no quieras tenerlo pegado a ti todo el tiempo, no seas cansona jajajaja -dice Armando chistoso-

-jajaja ya me conoces, soy posesiva y celosa como... ¡tú con Betty!

-no pues, como así hermanita, tu tan bella y con esas inseguridades, yo... lo acepto... si soy muy celoso y nunca me había pasado antes, ahh es que mi Betty es tan hermosa, ese pelo largo, esos ojos divinos...

-ay ya Armando, ¡ya basta! Jajajaja eres tan cursi, quién lo diría ¿no?

Así fueron todos al apartamento de Camila que doña Margarita ya les tenía listo y amueblado, ese sería su regalo de bodas, tenía los recursos y lo hizo con mucho gusto, el apartamento tenía tres recámaras, era grande, estaba en un 5º. Piso de un edificio de la zona norte de Bogotá, y se sorprendieron todos al verlo, Armando, don Roberto, y ellos ven la sala, el comedor, la decoración, las cortinas.

-¡¡pero mamá que precioso está todo, muchas gracias!! -dice abrazándola con los ojos llenos de lágrimas emocionada-

-me alegro que te guste hija, fue muy apresurado todo, pero conseguí que quedara como lo pedí.

-muchas gracias señora -dice José Andrés.

-con gusto Andrés... por cierto le queremos pedir que cuide mucho de nuestra Cami, y de nuestro nieto, los dos fueron irresponsables pero ya ustedes solucionaron las cosas a su modo, no era lo que deseábamos, esperábamos estar presentes en la boda de nuestra hija.

-Andrés, como dice Margarita, hicieron las cosas a su manera, y tenemos un nieto en camino, espero que te comportes y te responsabilices de tu casa y de tu familia, no me gustaría enterarme que le fallas a mi hija, porque eso no lo consentiré, cuando ya no quieras estar con ella, así como juntos decidieron casarse, de igual manera lo hablan y lo solucionan, pero no quiero chismes ni habladurías que pongan en entredicho a mi hija -dijo don Roberto muy serio-

-si señor no se preocupe, pero confíen en mí, amo a Camila y a mi hijo, ellos son todo para mí, yo me dedicaré a trabajar, para sacarlos adelante.

-ya oyó cuñado a portarse bien con mi hermana, que tiene a todo los Mendoza tras ella, es la niña consentida y queremos verla feliz, muy feliz.

-si Armando, yo... cada día buscaré hacerla feliz.

-bueno vamos a que vean las recámaras, espero que les gusten -dijo doña Margarita luego de que le dijeron a José Andrés eso que era necesario hacerle saber, ellos protegerían a su hija y hermana siempre, contra quien fuera.

Entran a la recámara principal y les gusta todo lo que ven, doña Margarita tiene buen gusto, y dinero, a todos les encantó el color de las cortinas de un tono gris claro, combinado con el edredón, y el terciopelo de la banca a los pies de la cama, y el banco del tocador, todo olía a madera fina y a nuevo.

-pero mamá esta divino todo, me encanta muchas gracias.

-sabía que te gustaría, bueno, bueno, ahora vamos a la otra recámara.

-pero... ¿la otra?

-si hija, la de mi nieto.

Caminan los cinco a la otra habitación abre la puerta y oh sorpresa, estaba lista la habitación con una cuna color blanco, con el móvil de unos ositos ya colgado de la cuna, con una linda decoración infantil, las paredes tenían un papel tapiz de ositos bajo un cielo azul y nubes, una cajonera blanca las jaladeras eran ositos, y un sillón de dos plazas en color azul cielo, un buró con una lámpara en forma de oso, todo estaba de ensueño, Camila no pudo contener su emoción y empezó a llorar abrazada de su esposo.

-¿hija pero que pasa no te gustó? Yo veo todo muy bonito, tu mamá tiene buen gusto.

-al contrario papá, ¡me encanta! jamás me imaginé que tomarían las cosas así, que me darían esta felicidad, que les alegrara tanto la llegada de mi hijo.

-¡¡pero Camila por Dios!! somos tus padres, estamos para apoyarlos a ti y a tu hermano, cuentan con nosotros siempre que nos necesiten -dice doña Margarita sorprendida-

-me gusta todo, creo que de ver esto... ya me están dando ganas... -dice pícaro Armando-

-AHH NO ARMANDO NI SE TE OCURRA-

-pero mamá, ¿por qué no?, viendo esta habitación y de imaginarme a mi Betty con su barriguita claro que me dan ganas, pero... yo si quiero que nos casemos primero, no te preocupes por eso mamá, aunque... uno nunca sabe que pueda pasar.

-¡¡ARMANDO POR FAVOR!! no quiero otra sorpresita de estas, ¿entonces con mi ahijada piensas formalizar,

-jajajaja claro que sí mamá, solo con ella, vete haciendo a la idea que ella será parte de la familia, mi abuelo estaría feliz sabiendo que ese la mujer con la que quiero formalizar, él la quería mucho, y mi Betty se portó divina con él, ¿cierto mamá?

-si hijo, mi papá la quería mucho, me lo dijo varias veces, pero es que yo jamás me imagine que ustedes... tendrían algo, tu tenías novias y siempre andabas con mujeres muy bellas, crees que no nos enterábamos, claro que sí hijo, no olvides que tu papá conoce mucha gente, sé que estarás bien con ella y eso es lo importante.

-eso espero mamá, y eso de que andaba con mujere bellas ya es pasado, me alegra que la aceptes porque tampoco renunciaré a ella por nada, ni por nadie.

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Armando ya tenía días pensando en el matrimonio, lo había platicado con Mario una tarde en su oficina y Mario se sorprendió

-¿cómo? En serio Mendoza, usted ya está dispuesto a renunciar a la libertad de la soltería, me lo imaginaba, ahora ya ni de rumba quiere ir conmigo, ya se distanció de mí, se terminaron nuestras salidas, si será ingrato usted.

-pues si Mario, no sabe el trabajo que siento al despedirme de ella cada noche que nos vemos, todo este tiempo que nos hemos conocido, primero como amigos después como novios, como pareja, me da la certeza que es la mujer indicada, la que quiero para hacer mi vida, ella tiene algo que no sé cómo explicarlo Mario, solo sé que no quiero estar más sin ella, quiero llegar y juntos preparar la cena, tener con quien hablar del día, de mis preocupaciones, con quién compartir una copa de vino mientras escucho música, con quién reír por bobadas, yo... ya no quiero estar solo.

-Así como me lo dice suena muy bien, pero ya está consciente que estará renunciando a todo el repertorio femenino de la ciudad, a las modelos a una Karina Larson, Claudia Bosch, Valentina Rondón etcétera, aun es joven Armando, aunque sé de buena mano que usted ya no considera a ninguna, soy testigo de cómo las rechaza y eso solo puede ser porque lo tienen bien tragadito, pues hermano que le digo, que haga lo que desea, aunque me molesta muchísimo que en todo este tiempo jamás me ha presentado a su Betty, la conozco por lo que me cuenta de ella, y por las fotografías que tiene con ella, pero nada más... es un desconsiderado con su amigo.

-no se queje, cuando intenté que saliéramos para presentarlos usted tenía que viajar, o citas con sus amiguitas del oráculo y me cancelaba no diga que no, así que no reclame nada, pero ya no diga más ¿cuándo puede usted y salimos juntos ah?

-jajaja tiene razón, pues yo esta semana la tengo libre, cuando usted me diga hermano.

-bueno le pregunto a ella y le aviso ¿bueno? Pero ahora hábleme de usted, como va en su vida amorosa.

-hermano esa pregunta ni se pregunta, yo soy feliz saliendo con mis amiguitas, no se imagina lo bien que lo paso sin compromisos.

-¿está seguro? Porque eso me suena a excusa para no formalizar y tomar en serio a alguien, mire Mario los años se pasan muy rápido, vea ya casi cumplimos otro más, pronto empezaremos a tener canas, arrugas, porque no disfrutarlos acompañados de la mujer que elijamos, ya hemos pasado tantas cosas, ¿o qué? no recuerda el viaje a Europa, porque yo sí, hermano vea, yo no quiero envejecer solo, piénselo hombre.

-vade retro satanás, que cosas dice, yo disfruto mi soltería, cuando me aburro de una mujer pues llamo a otra, no me complico la vida escuchando reclamos, ¿qué por qué no llegas? ¿Qué dónde estabas? ¿Por qué no me llamas? No Armando, quizás yo sea soltero toda mi vida.

-yo espero que aparezca en su vida esa mujer que lo haga cambiar de opinión, ¿por qué dígame? ¿Qué va a hacer solo cuando sea más viejo? ¿cuándo se enferme? cuando se canse de esa vida y se sienta solo, hermano no tiene familia, me tiene a mí... sí, y sabe que siempre estaré ahí cuando me necesite, pero... piénselo hombre, no sabe cómo cambia la vida cuando se comparte con la mujer amada, empieza uno el día contento, sonriente, esperando la hora para verla.

Mario se quedó pensativo con esté último comentario, era cierto que no tenía familia, sabía de unos primos de sus padres, pero jamás se frecuentaron, una hermana de su madre había fallecido, la hermana de su padre vivía en Estados Unidos y nunca había tenido cercanía con nadie, es decir que estaba solo, y ahora se preguntaba ¿y si Armando tiene razón? Pero es que a él no le gustaban los compromisos, él quería vivir la vida con libertad, sin ataduras, pero le extrañaba que Armando el don Juan conquistador que era, había desaparecido, ahora estaba todo juicioso dedicado a su Betty como la llamaba, pues vaya que esa mujer era especial y tendría algo que las demás no, porque consiguió lo que muchas desearon y no consiguieron, enamorar a Armando, sería hora de buscar otro tipo de mujeres a las de su catálogo del oráculo, ¿pero dónde?

-don Mario lo llaman de Argentina, que les urge -dijo Sandra Patiño, su secretaria entrando sin avisar.

-pásemela Sandra ya los atiendo.

-bueno Mario lo dejo solo pero piénselo hombre. -dijo Armando-

Continuará...


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