Capítulo VI.

224 18 1
                                    

"INALCANZABLE"

Armando decidió quedarse en la hacienda unos días, hacia tanto tiempo que no iba, y quería recorrerla, ver los libros de su abuelo, las fotografías antiguas, respirar el aire puro del campo, comer las delicias que preparaba doña Julia, pero sobre todo... quería estar con Betty, ver los atardeceres, y aprovechar lo más que pudieran de estar juntos porque él partiría a Londres y no se verían en algunos meses.
Claro que se molestó cuando Michel le preguntó a Betty detalles de... ¿dónde estudia, dónde vive? Él muy atrevido, ¿cómo se le ocurre invitarla a tomar un café? Después que don Hermes cometió la indiscreción de presumir que su hija estudiaba la universidad en Bogotá, y contarle lo inteligente que es, y enumerar sus cualidades, entonces... Michel le dijo que le gustaría conocerla más, que la invitaría un día a tomar un café, Armando sentía que sus dientes se fracturarían de tanto que apretó la mandíbula furioso, y además apretó sus dos puños con fuerza.

Betty se sentía feliz y halagada, ese hombre tan divino la quería conocer, quería salir con ella y eso la entusiasmó, claro que... en cuanto miró la cara de enojo de Armando cambió su sonrisa por un rostro serio, sus ojos se encontraron por unos instantes, no se dijeron nada con palabras pero... algo pasó ahí...

Michel se regresó a Bogotá con su abogado después de probar y elogiar el buen sazón de doña Julia y sus platillos típicos muy tradicionales, al ser invitados por don Hermes, ya habían cerrado su negocio y todo estaba listo, Armando estuvo en silencio y muy mal encarado en la mesa durante la comida, no podia con los celos al ver a Betty platicando con Michel, y por fin sonrió aliviado al ver que se despedían, así que se acercó a Betty intentando cortar cualquier intento de proximidad de parte de ese rubio atrevido pero no pudo evitarlo, Michel le extendió a Betty una tarjeta de presentación, y anotó el teléfono de los Mendoza que le pidió a Betty para llamarla, además el salón donde estudiaba en la Universidad, le dio la mano a todos para despedirse, y se fueron.

Armando pidió un permiso y se retiró al sanitario, intentaba tranquilizarse porque estaba incómodo, molesto, desconcertado, y muy enojado tenía todos esos sentimientos juntos...

-mija ¿qué le pasa a Armandito?

-no lo sé mamá. - Claro que lo sabía él estaba enojado al escucharla platicar con Michel sobre todo lo notó al momento que dijo querer conocerla, ella vió su reacción de molestia. En ese momento suena el timbre del teléfono, y Julia se acerca a responder-

-aló, hacienda San Ignacio...

-Julia amiga querida ¿cómo están? Será que mi muñeco está en la hacienda, no se ha reportado y estaba preocupada.

-Hola Mago, estamos bien gracias, pues sí tu muñeco está aquí, en este momento salió al sanitario, no debe tardar.

-ah que bien saberlo, ¿Julia sabes si cerraron el negocio con ese francés?

-claro que sí, todo salió bien, ya se fueron hace un rato de regreso a Bogotá.

-que bien Julia, igual pensaba en llamar a Hermes para preguntarle, pero ya que me lo dijiste me quedo tranquila, mi papá así enfermo como está, no deja de estar pendiente de sus cosas, ya mismo le informo que todo salió bien.

-aquí está Armandito Mago, ya le digo que conteste, me despido sin dejar de agradecer todo lo que apoyan a mi hija, Muchas gracias para don Roberto también.

-Julia nada tienes que agradecer mujer, sabes que queremos mucho a mi ahijada, además es tan calladita, no causa ningún problema, mi papá feliz de tenerla acá y que le lea sus libros, que lo acompañe, me dice que le tiene un gran cariño, y todos estamos contentos en tenerla aquí, ahora que está en la hacienda mi papá la busca, la extraña, pregunta siempre por ella, fíjate que... él ya empieza a olvidar cosas... menos su hacienda.

-gracias por todo Mago, que pena por el patrón, deseamos todos su mejoría y que regrese... aquí se pone Armandito.

-aló mamá... ¿Qué pasa?

-¿eso mismo te digo a ti Armando? ¿qué pasa que no te reportas? Esperaba nos llamaras hace horas, y nada, pero ya Julia me enteró de todo, ¿hijo te quedarás unos días allá? mi papá quiere pedirte que le traigas no sé qué cosas de su despacho, pero se durmió, le pregunto y te llamo para decirte ¿vale?

-si mamá, yo le llevo lo que mi abuelo quiera, perdón por no llamar, sinceramente se me olvidó, dile a papá que me quedaré unos días, hace tanto que no venía que veo todo muy bonito y ya que estoy aquí aprovecho.

-bueno hijo cuídate mucho, ya nos estamos comunicando, chao mi amor.

-chao mamá.
Armando siguió muy serio pero no quiso decir nada delante de doña Julia. Prefirió esperar que se le pasara el enojo y decidió salir a caminar solo.

++++++++++

Esos días en la hacienda salieron a pasear juntos, después que Betty ayudaba a don Hermes en la oficina, y recorrían a caballo el cafetal, Betty sabía montar desde pequeña, don Hermes la enseñó, y una tarde se fueron a un rio donde terminaron metidos, luego de empezar jugando, todo era risas y diversión, los dos disfrutaban de su compañía, de sus aventuras campiranas, hasta de una empapada que les dejó una fuerte lluvia, y terminaron con la ropa pegada al cuerpo temblando de frío y el pelo escurriendo, pero nunca dejaron de sonreír divertidos, llegaron a la casa carcajeándose de cómo se veían, se fueron a dar una ducha calientita porque seguro se resfriaban...

Por la noche se sentaban junto a la chimenea, leían un rato mientras Betty ponía los discos de música de don Arcadio que le había enseñado a través de esos años y que eran muy variados, y a los dos les gustaban, platicaban, cantaban, y para Betty era hacer algo diferente en la hacienda, ella siempre estaba sola con sus padres y gozaba enormemente de la compañía de Armando, y cuando ya ella se tenía que ir a su cabaña donde vivían Armando la acompañaba y sin pensarlo la tomaba de la mano, argumentando que estaba oscuro y no quería caerse, que ella conocía perfecto el camino.

Doña Julia se sentía desconcertada al ver como se llevaban, se notaba cierta cercanía y complicidad no le agradaba la idea que Armando quisiera divertirse con su niña y... si te vi... ni me acuerdo, y eso la tenía preocupada, sospechaba que Betty estaba enamorada de él, y él la miraba tan dulce, seguro que le gustaba, pero ella era consciente de sus diferencias, tendría que advertir a su Bettica que no podrían tener una relación, Mago por muy su amiga que fuera, no iba a querer una muchacha pobre, sin abolengo para su único hijo al que adoraba y le llamaba muñeco, solo esperaba que su niña no sufriera.
Así que al día siguiente aprovechó antes que entrara a desayunar Armando.

-Bettica yo... estoy preocupada mija, veo que se llevan muy bien Armando y usted pero no soy ciega, y veo como lo mira, como le sonríe, como lo atiende y espero estar equivocada, pero ¿usted está sintiendo cosas por él? ¿Cierto Bettyca?

-mamá... que cosas dice... somos amigos y nos divertimos mucho estando juntos y quiero corresponder un poco lo bien que se porta conmigo en Bogotá.

-si eso lo sé y lo veo, pero eso no es lo que me preocupa usted me entiende mija, y quiero que sepa que su madrina por mucho cariño que nos tenga, dudo que no desee para su único hijo varón una mujer elegante, rica, bonita, con su misma posición, y yo no quiero que usted sufra, sea consciente que él es el hijo de los dueños y usted es la hija de los empleados.

-ay mamá, despreocúpese... Armando se va a Londres no nos veremos en meses, le agradezco lo que me dice, pero somos amigos, a mí me gusta estar con él, es muy bromista, es tan divertido, me hace reir mucho.

-está bien pero no vaya a confundir las cosas, tenía que decírselo y abrirle los ojos.

-gracias mamá.

Betty entiende perfecto la preocupación de su mamá, pero ya es muy tarde porque ella ya está enamorada de él, no quiere decirlo pero así es, pasa las noches soñándolo, lo extraña, quiere verlo, piensa en él todo el día, y pensar que se va a ir meses le causa tristeza, solo espera que no regrese ennoviado, de ser así sufrirá en silencio, nadie lo sabrá jamás. Será algo muy íntimo que se guardará.

++++++++++

Armando por su cuenta, siente igual... no la deja de pensar, quiere estar con ella, le gusta el tiempo que pasan juntos, se siente feliz a su lado y la extraña mucho, y de que le gusta... de eso no tiene la menor duda, porque al verla siente que se le ilumina el día, y su corazón se acelera como cuando tuvo su primer novia, ese tiempo que pasan juntos es el que más disfruta y lo hace sentir feliz.
En ellos ya había nacido ese sentimiento llamado amor, ahora tendrían que superar todo lo que se presentara, para poder estar juntos.

Betty decidió que llevaría a Armando a conocer las termales, ella quería mostrarle algo bonito, es un lugar con albercas y una enorme cascada le parecía un bello lugar, ya le había comentado a su mamá y si alcanzaban visitarían a las tías Pinzón.

-pero Betty mija si usted últimamente ya nunca quiere ir, sus tías se cansan de invitarla y no acepta, y ahora sí, ¿y eso por qué?

-quiero que Armando conozca mamá, solo por eso.

-bueno pero su papá no va a querer Bettyca.

-pero yo sí, no veo problema en eso.

- mm está bien pero vayan temprano para que estén de regreso antes que caiga la tarde ¿oyó? Sino su papá empezará a ponerse cansón, así que dígale que regresan temprano, y nada de visitar a sus tías, va otro día, y mucho cuidado mija yo sé que ustedes pasan tiempo juntos en Bogotá y se tienen confianza, pero van a ir a ese lugar y yo he visto con mis propios ojos parejas de enamorados haciendo desfiguros en la alberca.

-¡¡mamá pero que cosas se le ocurren!! nosotros no somos enamorados, somos amigos nada más, no tiene de que preocuparse, por cierto tengo que depilarme así que la dejo antes que se haga más noche.

Cuando Betty le propuso a Armando el paseo él aceptó feliz, claro que quería ir y conocer.

-me encanta la idea Betty, entonces debo llevar vestido de baño ¿cierto?

-sí y claro que te encantará, es precioso ya lo verás, ahora es mi turno que te lleve a conocer algo, como en Bogotá siempre es al contrario, ahora me toca a mí.

-cierto señorita, no tengo la ropa adecuada pero supongo ahí venden, bueno ¿a qué hora nos vamos y cuándo?

-mañana desayunamos temprano y nos vamos, de cualquier modo yo preparo comida para llevar hoy por la noche y dejo todo listo-

Don Hermes claro puso el grito en el cielo, como así que su niña iba con un hombre a las Termales cuando preguntó para que preparaba esa comida por la noche.

-¿pero qué se volvieron locas ustedes? ¿Cómo va ir con un hombre usted sola a las Termales hija? es que eso no es bien visto -exclama molesto-

-pues yo lo veo normal, no hay nada malo papá, no olvide que nosotros vivimos en la misma casa en Bogotá y salimos juntos al cine, a comer, a pasear, ¿dónde está lo malo?

-pero hija no me parece, ustedes como que se tienen mucha confianza, andan para arriba para abajo, y el diablo es puerco mija, no quiero que me la hagan sufrir ¿oyó? Además usted es una señorita decente que tiene que andar sola por allá con un hombre.

-pero papá que cosas dice ojojojojo me hace reír con sus dichos, pues nosotros ya quedamos, regresamos antes del atardecer, no se preocupe, somos amigos, no vea cosas que no son, y no por eso dejo de ser decente ¡¡relájese!!

-usted como que me esta cambiando desde que se fue a la capital, y déjeme decirle que no me gusta, no me gusta.

++++++++

Salen al día siguiente a las nueve de la mañana, Armando conduce la camioneta de su abuelo, por el camino Betty le va platicando de los alrededores, llegan Armando se estaciona, bajan las cosas, paga la entrada al lugar, caminan un rato.
Armando ve la tienda de ropa de baño elije y compra uno sencillo, sonríe feliz al ver todo alrededor tan bonito la cascada que había junto a las albercas de aguas termales y los alrededores...

-Betty es precioso el lugar, me encanta tanta naturaleza, gracias por mostrarme un poco de nuestros bellos lugares colombianos.

-si a mí me gusta aunque... no quería venir con mis padres, porque siempre era venir con las tías Pinzón y prefería mejor no, es que es incómodo que me digan a cada momento que hacer y qué no hacer, las quiero mucho, pero me cansan, es como estar tres veces con mi papá ojojojo

-jajajaja me imagino, ¿dónde nos sentamos?

Eligen una mesa de las varias que había cerca de la cascada junto a una de las albercas, aún era temprano y casi no había gente, eran de los primeros en llegar, Betty llevaba una canasta con la comida que preparó, Armando acomodó en una silla su mochila y la bolsa de Betty, donde tenían su ropa, toalla, chanclas, artículos de aseo, y puso en el respaldo de una silla las chamarras de ambos.

Caminan a la cascada aprovechando que el lugar esta vació.

-que belleza de lugar, por cierto sería bueno meternos a nadar antes que llegue más gente, así disfrutamos solos el lugar ¿Qué dices?

-sí creo que es lo mejor, además el cielo está nublado igual antes que llueva-

Betty iba prevenida ya llevaba puesto bajo la ropa su traje de baño, Armando si fue a los vestidores a ponerse el suyo, y cuando Betty lo vio venir es que no daba crédito a lo guapo que lucía Armando, tenía su cuerpo delgado, un poco musculoso de sus brazos y piernas además el torso ahhh suspiró profundamente ante semejante espectáculo, ¿cómo le gustaba Armando?
Ella lucía un traje discreto color negro de una sola pieza, don Hermes le advirtió que nada de andar mostrando cuerpo más de la cuenta, le dijo que se llevara ese traje que le regalaron sus hermanas, era un poco descubierto de la espalda nada más, pero aun así ella lucía bonita, tenía figura delgada bien formada, una cintura breve, busto mediano, trasero levantado, se recogió su pelo en una cola alta que enrolló haciendo un molote.

Cuando Armando la vio le pasó lo mismo que a ella, no daba crédito a verla por primera vez mostrando su figura, y le gustó lo que vio...

-Betty... ¡pero... que hermosa! - dice con ternura sin dejar de mirarla a los ojos-

-Gracias Armando, será que nos metemos ya. -dice ruborizada y avergonzada ante su mirada-

Así se zambullen cada uno a la alberca, Betty sí sabía nadar porque las tías la llevaban siempre que iba en las vacaciones, y poco a poco aprendió, chacotearon mucho rato, jugaron lanzándose chorros de agua con las manos, hicieron carreritas haber quien recorría la alberca de un extremo al otro, hasta que Betty se cansó.

-ya me cansé Armando, descansaré aquí recargada.

Armando se acerca a ella, él ya estaba deseando darle un beso, esa cercanía con poca ropa lo tenía muy nervioso, se recarga junto a ella.

-Betty gracias por esto, ha sido increíble todo, jamás había vivido algo así, en la ciudad es diferente, digo... si está el club pero no es lo mismo, además ahí siempre está la misma gente, aquí estamos solos, rodeados de este bonito paisaje -se mueve y se coloca frente a ella, le toma el mentón y la mira a los ojos- gracias Betty... esto jamás lo olvidaré, tantos momentos que hemos pasado juntos que si me preguntas cual he disfrutado más no podria responderte ¿cuál es el mejor? porque todos ellos tú los haces especiales, en tu compañía todo es perfecto y a mi encanta estar contigo. - dice sin dejar de mirarla a los ojos y luego baja su mirada a sus labios, no pudo resistirse y sin pensarlo más, con cierto temor a su reacción, se acerca despacio, poco a poco y une sus labios a los de ella, que lo mira estupefacta, pero en un acto reflejo cierra los ojos, y se deja besar, para Betty era un sueño eso, Armando al sentir que no lo rechaza, la toma por la cintura y se pega mas a Betty, prolonga el beso, en ese momento se sentía en la misma gloria, pero... al sentir sus pechos recargados sobre el suyo desnudo siente que se empieza a excitar y con mucho pesar se retira lentamente.

Betty está sonrojada muerta de vergüenza, no quiere ni mirarlo, le gustó mucho el beso, era el primer beso de su vida y se lo había dado él, el hombre que le gustaba, en el que pensaba siempre, es que todo le parecía un sueño.

-Armando... yo... no entiendo que pasó, ¿por qué... lo hiciste? -dice apenada y nerviosa sintiendo su corazón latir acelerado-

-Betty lo siento no quise ofenderte, pero... no pude resistirlo, tenerte tan cerca fue mágico, fue algo increible, solo se dio así espontaneo. -él también sentía su corazón latir acelerado-

-no quiero que la relación de amistad que tenemos cambie, así que lo mejor será que no vuelva a pasar Armando.

- Betty, tu eres muy importante para mí y no quisiera que me alejaras de tí, no te imaginas lo que te pienso, lo que te extraño y ahora no podré olvidar ese beso, fue tan especial para mí.

Ambos estaban nerviosos con la confusión que les produjo ese beso, por su parte a Betty le confirmó que estaba enamorada de él, para ella él era un hombre INALCANZABLE, había un abismo entre los dos y estaba consciente de eso.

A Armando le había gustado mucho sentir sus labios, abrir sus ojos y ver los de ella cerrados entregada al beso, sus pestañas crespas, le pareció tan dulce y después ver como los abrió suavemente mirándolo sonrojada, apenada, más linda que nunca, pero sobre todo eso que él sintió le encantó, había sido muy diferente a los besos que había dado a tantas chicas.

Regresaron a la hacienda evitando tocar el tema del beso, ninguno de los dos lo mencionó, hicieron que no había pasado, pero claro que había pasado y eso no podían borrarlo de su mente ninguno de los dos.

Los días que siguieron pasearon a caballo en el cafetal, hicieron lo de siempre pero sus miradas eran diferentes, ellos no lo sabían pero se miraban con amor, delante de los padres de Betty evitaban mirarse. Armando regresaría al día siguiente a Bogotá, ya había dejado listos los encargos de su abuelo, así que esa tarde sería la última puesta del sol que compartirían juntos, fueron caminando a la loma.

-Betty no quisiera irme, pero... debo volver, he pasado unos dias maravilloso a tu lado en este lugar tan bonito.

-sí, tienes que regresar Armando, ahora entiendes porque yo extraño tanto este lugar, me costó mucho adaptarme a la ciudad, pero tu influiste para que poco a poco me sintiera mejor, tus invitaciones hicieron la diferencia, gracias por eso, es hermoso todo esto y siempre anhelo regresar aquí, disfruto mucho los atardeceres, las noches estrelladas, el sonido de los insectos, el despertar con el canto de los gallos, el olor, el color, el sonido del rio en la cabaña, amo todo esto.

Armando se acerca más a ella para contemplar la puesta de sol y el color naranja con amarillo de la nubes y pasa su brazo por sus hombros de ella que se estremece al sentirlo, voltea y lo mira y lo ve admirando el atardecer, mira sus pestañas crespas, sus ojos mirando el horizonte, él voltea la cara y la ve... inevitablemente acerca de nuevo su cara a la de ella, y le da un beso suave, dulce, se pone drente a ella la toma de la cintura, ella está sumida en esos brazos que... es incapaz de reaccionar, de rechazarlo, solo quería estar así con él, sentir su aliento, saborear sus labios.

El beso se alarga, ninguno lo quiere terminar solo desean seguir y seguir. Armando abre los ojos y lo va terminando poco a poco con mucha dificultad, recarga su frente en la de ella, Betty abre los suyos y se miran así... a los ojos, Armando la abraza más fuerte.

-Betty ¿qué me hiciste ah? me tienes volando, ahora ya no puedo dejar de pensar en ti, quisiera estar siempre contigo.

-yo... pero yo no he hecho nada- responde ella ingenuamente.

-me encantas Betty, me gustas mucho, contigo todo me parece maravilloso.

Armando la vuelve a besar, sin soltarla de la cintura, ella no sabe hacerlo con él esta viviendo sus primeros besos y mueve sus labios despacio como puede, y siguen abrazados pero ahora el beso se prolonga más, ella se anima y rodea su cuello con sus brazos, es un momento mágico para ellos.

-Betty no te imaginas lo que siento en este momento, pero quiero que sepas que jamás sentí algo así, toca mi corazón -pone su mano sobre su pecho- es algo especial para mi, es que tú eres especial.

-Armando yo... también tu eres especial para mí, me... gusta estar contigo, yo... nunca había besado a nadie.

-lo sé, no sé como podré estar seis meses sin verte, Betty... mi Betty... -toma su cara entre sus manos y se acerca despacio buscando sus labios y la besa otra vez, con dulzura mueve sus labios despacio, la abraza por la cintura y luego de un momento ese beso va pasando de dulce a ansioso así que lo termina y sin dejar de mirarla a los ojos donde se perdían los dos y las palabras sobraban en ese momento ya que sus miradas hablaban por sí solas.

-los dos ignoraban que unos ojos eran testigos de ese beso, y movió la cabeza con desaprobación, era doña Julia, ahora sí que estaba preocupada...

Volvieron tomados de la mano por los surcos muy sonrientes, y se soltaron antes de llegar a la finca.

Esa noche Betty se veía radiante, contenta, esos besos eran vida para ella, no dejaba de recordarlos, se sentía tan feliz, contrariamente a doña Julia que permaneció callada durante la cena, miró recelosa a Armando.
Él igual estaba sonriente, contento y don Hermes... igual que siempre, contando sus historias que ahora le parecían aburridas a doña Julia, ajeno el hombre a todo lo que les sucedía, porque él vivía pendiente de la hacienda y su trabajo.

Al día siguiente después de desayunar se tenía que despedir, regresaba a Bogotá y cuando llega el turno de hacerlo de Betty como estaban sus padres presentes, solo se limitó a mirarla sonriente y decir.

-Betty no quisiera pero me tengo que ir, gracias por sus atenciones, pasé unos días maravillosos, estamos en comunicación ¿bueno?

Ella disimuló lo más que pudo pero quería llorar, gritarle que no se fuera, pero tuvo que callarse.

-sí Armando, que le vaya muy bien en Londres, nos vemos cuando regrese, manejé con cuidado, y cuidese mucho. -ella sabia que se iba a Londres, una noche antes lo habían platicado y ella sabía que estaba muy entusiasmado, asi que esperaba que pasara el tiempo rapidamente y estuviera de regreso-

Armando se dio media vuelta para dirigirse a su auto, Betty lo miraba apesadumbrada, doña Julia la miró y no dijo nada, Armando antes de subir le dirige una última mirada a Betty, sonríe y levanta su mano diciéndole adiós, ella se muerde el labio para no llorar, ve como arranca el auto y empieza a alejarse despacio, sus padres entran a la casa y ella hasta que lo pierde de vista entra, pero se va a su cabaña donde vivían, no entró a la hacienda porque quiere estar sola no quiere que la vea llorar su mamá, necesita tener privacidad en ese momento, y llora hasta desahogarse, doña Julia la deja, se imagina lo que le pasa y se ocupa de sus quehaceres, solo esperaba que Hermes no le gritara para que hiciera algo en la oficina.

Armando se fue triste, la iba a extrañar mucho, pero no podía hacer nada, ahora se arrepentía de haber desaprovechado tantos meses que pasaron juntos, ¿por qué no tuvo un acercamiento así con ella antes? ¿Por qué perdió tanto tiempo? eran seis meses que no la vería, y ya le parecieron una eternidad, ni como pedirle que fuera su novia si él se iba, y amor de lejos... no quería eso él, esperaría estar de regreso porque ya estaba decidido, y entonces si lo haría, le pediría que fuera su novia.

++++++++++

Armando Llegó a Bogotá y de inmediato fue a buscar a su abuelo, al entrar vio como lo miró sonriente.

-Abuelo ya regresé ¿cómo se siente? Dice Armando triste al verlo mas delgado y desmejorado que cuando se fue a la hacienda.

-hijo, pues mal, unos días mejor, otros no tanto, pero me alegra que estés aquí.

-si abuelo, aquí le traje sus encargos. -abre una mochila y saca un sobre largo y unos libros -tiene unos libros hermosos, con ediciones únicas, espero no le moleste que estuve una tarde revisando su biblioteca, además vi fotografías increíbles de mamá pequeña, de nosotros ahhh

-si hijo, Amalia las guardaba como su tesoro, claro que no me molesta, aquí te hago entrega de este libro tan especial para mí, el quijote, es tuyo hijo, para que me recuerdes cuando lo veas ¿cómo viste la hacienda?

Armando le agradece con un sentimiento de dolor y tristeza, y le cuenta con detalle su estancia en la hacienda, la visita del francés y el negocio que arreglaron, y de cómo había salido la carga con el pedido de la finca él fue testigo, habló de sus paseos por la propiedad, las bellas puestas del sol, la visita a las Termales, y el abuelo suspira al imaginar todo lo que le está contando, la compañía de Betty, de sus padres.

-lamento no haber disfrutado más de tu hacienda antes abuelo, tengo muchos recuerdos de la niñez, pero ya más grande dejé de ir, pero entiéndeme, aquí salía con mis amigos, me iba de rumba en vacaciones y prefería quedarme, además tenia novia.

-si hijo, te entiendo, allá es diferente, y solo iban tu mamá con Cami, de pequeños jugueteaban mucho con Betty, corrían por todos lados, pateaban el balón, montaban bicicleta, jugaban a las escondidas, saltaban la cuerda, montaban a caballo... yo recuerdo que lo pasaban muy bien, solo había risas y gritos de ustedes jugando, le daban alegría y vida a la hacienda, me alegro que Betty te llevara a pasear, a conocer los alrededores y esos bellas puestas del sol, es muy hermoso el campo hijo-

Armando pasa esa tarde con su abuelo luego de comer, lo miró como se estaba consumiendo cada vez más, tenía curiosidad que era ese sobre tan importante para él...

-abuelo te puedo preguntar el contenido del sobre.

-documentos hijo, necesito dejar mis cosas en orden, cuando yo falte... tu mamá tendrá que vender la hacienda, y pienso en la familia Pinzón, perderán el trabajo, y quiero ayudarlos, Hermes ha sido tan leal, tan honrado, Julia muy trabajadora, siempre cumpliendo con sus deberes, don Bonifacio fue mi apoyo mucho tiempo, era un hombre serio, de pocas palabras pero muy trabajador y honesto, y Betty... que te puedo decir de ella, es un sol esa niña, hijo... busca una buena mujer, alguien así como ella, no dejes que los separen las diferencias de clases y esas bobadas, si te enamoras lucha por tu amor, porque no serás feliz si lo pierdes... hijo necesito que venga mi abogado para entregarle estos documentos que me quedaron pendientes...

++++++++++

Armando ya está en el aeropuerto listo para partir a Londres, está tranquilo, relajado, se ha despedido de su familia... de su abuelo con un abrazo largo, y con un sentimiento extraño, su abuelo le dio la bendición y unas lágrimas salieron de sus ojos de los dos al despedirse, ambos presagiaban que era la última vez que se veían.

habló con Betty unas ocasiones pero muy brevemente, doña Julia se encargaba de apurarla, le molestaba mucho que Armando la llamara, pensaba que estaba jugando con ella, sabía por Mago que era noviero, se iba a Londres y dudaba que estuviera solo, así que ellos solo se despidieron con un simple.... Hasta luego Betty contaré los días para volver a verte.... Que le vaya bien Armando.

Betty por su parte regresa a Bogotá una semana después que se fuera Armando, se despidió de sus padres con tristeza, pero por fin ha asumido que necesita irse para poder estudiar, esta vez le ha costado trabajo porque... ahora no estaría él...

Llega a Bogotá y saluda a la familia, a las empleados de la casa, sube a su cuarto, deja su maleta, y empieza a preguntarse ¿cómo estará Armando? Ella lo extrañaba, quería verlo...

Don Hermes había contactado un ex compañero que había sido su amigo en la universidad y le encargó si sabía quién podría hacerle el servicio de taxi, y claro que le dijo que tenía un hijo que sin duda lo haría, que era taxista y así ellos arreglaron todo, Betty ya sabía que la esperaría el taxi cada mañana para ir a la Universidad y por la tarde para traerla cuando saliera...

Enseguida fue a ver a don Arcadio, y se puso muy triste cuando lo vio, sintió enormes ganas de llorar, estaba muy desmejorado, demacrado, muy delgado, los ojos hundidos muy ojeroso...

-don Arcadio, que gusto verlo ¿Cómo se siente?

-hija que gusto verla, pues yo cada vez peor, que le digo... ya estoy cansado.

-no diga eso, usted verá cómo se va a recuperar al terminar el tratamiento.

-no hija eso no podrá ser, pero... yo le quiero comentar, ya le pedía a Margarita que la inscriba en las clases de manejo, para que usted pueda ir y venir a la universidad, así que ya empieza esta semana.

-pero... ¿Cómo así? ¿Yo manejando? no tengo el carnet, ni carro, de que me sirve.

-carro si tiene, yo le regalaré el mío, es más aquí tengo lista la factura, ya está a su nombre, tome ese sobre, ahí esta todo, el abogado ya lo dejó listo, ¿no se fijó en la hacienda que el carro ya no estaba?

-sí claro, pero mi papá solo me dijo que usted había mandado por él.

-si hija hablé con su papá y le pedí que le entregara las llaves a la persona que fue por él, y que es un empleado de confianza de mi yerno Roberto, así que ahí tiene las llaves es todo suyo, tómelas están dentro del sobre.

-pero... que van a decir doña Margarita, don Roberto, Camila, incluido Armando.

-nada dirán hija, ellos están enterados de mi decisión y no tiene por qué oponerse porque esa es mi voluntad, sino dígame ¿como va a ir a la universidad ahora que no está mi nieto Armando ah?

-mi papá arregló con un conocido de él y me llevarán y me traerán de vuelta, no se preocupe.

-eso será mientras aprende y pierde el miedo a manejar, después será independiente para moverse, es necesario en esta gran ciudad, acepte hija, es mi deseo. -dice con una voz ya cansada-

Betty se siente contenta y triste a la vez, él patrón le está regalando su carro, ese carro que tanto cuidaba en la hacienda y que no permitía que nadie lo tocara, se lo regalaba a ella y no a sus nietos o a su hija, pero era su voluntad y no se lo podía negar en las condiciones que lo vio.

-está bien don Arcadio, aceptó solo porque es su voluntad, muchas gracias por su generosidad y por tantas cosas que me ha dado, su tiempo por ejemplo, por enseñarme de música, de libros, de historia, le prometo que lo cuidare, sé el apreció que le tiene a su auto. -dice con lágrimas en los ojos, presintiendo que su final estaba cerca muy cerca-

++++++++++

Camila y Betty charlan más tarde, se ponen al día, pero Betty notaba algo diferente en ella y no sabía que era, quizás estaba disgustada por el regalo de su abuelo.

-Camila no sé si te disgusté que tu abuelo me regalara su auto, yo... siento mucha pena.

-¡¡claro que no!!... ¿por qué me disgustaría? Yo tengo mi carro, pero tengo otras cosas en que pensar, fresca no pasa nada.

Justo suena el teléfono en la sala, y Camila esperaba que la llamaran a ella, pero no... era... Armando.

-¿Armando cómo estás ah? Ya tengo cuñada inglesa jajajaja

-Deja de decir tonterías Camila, no me enfades con eso, ¿ya llego Betty? Entra mañana a la universidad ¿cierto?

-pues no, no ha llegado, quien sabe que pasaría. -dice para molestarlo-

-COMO QUE NO HA LLEGADO ¿POR QUÉ?

-NO ME GRITES, estoy jugando... ya se pone al teléfono... tonto.

-ya decía yo, gracias hermanita...

Betty siente que su corazón se saldrá del pecho, tiene emoción por volver a oírlo.

-aló... Armando hola. -responde tímida-

-Betty... -dice armando bajito dulcemente-

-¿cómo está Armando?

-extrañándote Betty, apenas llevo una semana y me parece que he estado aquí una eternidad, Betty yo no dejo de pensar en... lo que pasó, en esos besos, en ti...

Betty se pone sonrojada y voltea a mirar la pared para que no la vea Camila.

-pues tendrá que hacerlo, es lo mejor.

-no quiero, así siento menos tu ausencia, espero que para ti sea igual de importante, Betty puedo pedirte un favor

-si dígame...

-puedes esperarme a que vuelva y no te hagas novia de nadie... por ejemplo... del... francés.

- ¿Cómo se le ocurre?

-vi como se interesó en ti, y a ti no te disgustó, no quise decirte nada para no empañar ese tiempo juntos, pero admito que sentí celos, y mucha rabia, me contuve cuando solo deseaba golpearlo y echarlo de la hacienda en ese momento.

-si me di cuenta de eso, pero tampoco es así como lo dice. Solo fui amable.

-¿me esperarás Betty? Prométemelo.

-pero Armando...

-por favor dime que sí, que no tendrás ningún novio, menos ese tipo, y a mi regreso hablamos ¿si?.

-está bien a su regreso hablamos. -no podía hablar delante de Camila con libertad-

-gracias muchas gracias ahora sí me quedo más tranquilo, ya me hiciste la promesa y sé que la vas a cumplir. Betty ¿mañana cómo vas a la universidad? Le pedía a mamá que te lleve el chofer, pero dice que papá tiene que estar a las ocho en la empresa, y no le da tiempo, y estoy desesperado pensando en eso, ella me sugirió pedir un taxi.

-tranquilo... mi papá consiguió una persona que me llevara y me traerá de regreso.

-menos mal, bueno Betty me voy que acá es de madrugada, y en un rato tengo clases temprano. Betty... por favor no olvides tu promesa, ni los besos, así me recuerdas pero sobre todo no te olvides de mí, que yo te recuerdo siempre.

-Claro que no... bueno que descanse Armando cuídese mucho, chao.

-chao- mi amor -dijo cuando ella cortó la comunicación. Armando ya no tenía dudas que sentía por ella cosas que lo hacían suspirar y no podía olvidar los momentos que pasaron juntos en la hacienda y donde aclaró sus sentimientos, extrañaba su rostro, su mirada, su pelo, como deseaba tenerla cerca.

++++++++++

Pasaron los días cada quién en sus actividades, Betty lo extrañaba mucho, se trasladaba con la persona que la llevaba a la universidad y hablaba muy poco, ella miraba la ciudad y le parecía gris, triste y desolada sin Armando, como deseaba que fuera él quién la llevara como el año pasado, pero él estaba muy lejos y tenía que adaptarse.

+++++++++

Betty a petición de don Arcadio ya había terminado las clases de manejo, aprendió rápidamente, y empezó a manejar cerca de la mansión Mendoza, poco a poco, hasta que un día animada por Camila por fin se animó a manejar a la universidad, pero la acompañó Camila su primera vez, ella tenía que ir temprano a unos congresos y exposiciones y eso le dio mas valor a Betty quien fue sudando todo el trayecto por los nervios. Camila le decía que iba muy bien, pero igual le fue dando recomendaciones.

Cuando volvió por la tarde a la casa, llegó contenta a contarle a don Arcadio que ya había ido y vuelto manejando a la Universidad y él... solo hizo una mueca de agrado, ya no hablaba, ni comía, tenía sus ojos cerrados, le suministraban via intravenosa vitaminas, y solo parpadeó, Betty pudo ver su reacción de satisfacción, se sentia muy triste al verlo ya de esa manera, su vida se apagaba y ella no podía hacer nada.
Y una mañana desafortunadamente cuando Margarita entró a la habitación a ver a su padre, lo saludó pero sintió algo raro, él ya no hizo ningún gesto, miró a la enfermera en turno que salía del sanitario, se acercaron a él, Margarita lo movió y lo sintió frio, muy frio, la enfermera checo signos vitales, y movió la cabeza con negación, porque don Arcadio... ya había fallecido....

Continuará...


INALCANZABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora