Era hoy, hoy era el día, martes 28 de octubre, 8:30 de la mañana. Quería que fuera un viernes por la mañana pero el recibir una cubeta de agua fría y un par de golpes en mi rostro hizo que ya no aguantara más. Odiaba esto, odiaba todo lo que me hacían, los odiaba a todos, incluyéndome a mí. Siempre cada mañana me pregunto que es lo que hice mal, no merecía esto pero al parecer a nadie le importaba nadie hizo el intento por defenderme y lo tenía muy en claro, estaba grabada muy bien esa palabra en mi cabeza; todos me odiaban. Y ya tuve suficiente de esto, en cuanto terminen las clases me iré de este maldito pueblo lanzandome desde el segundo piso de la escuela, y dejar que mi cuerpo sea consumido por los insectos y la tierra, una forma muy común de morir pero quiero por lo menos estar junto a las flores.
—— Adelante niño, dinos ¿cuál es tu nombre?
—— Mi nombre es Damien Thorn, es un gusto conocerlos.
Un chico nuevo de aspecto pálido con vestimenta de color negro igual que su desarreglado cabello y de ojos color carmesí brillante habría llamado bastante la atención del chico de cabellos dorados, no podía parar de mirarlo, parecía alguien interesante a primera impresión, lo miraba de pies a cabeza observando y apreciando cada detalle de este.
—— Muy bien Damien, siéntate donde gustes. —— dijo el profesor hacia el chico el cual esté hizo caso y tomaría asiento a lado del chico Pirrup.
—— Uh, mucho gusto Damien, m-mi nombre es Phillip Pirrup, pero puedes llamarme Pip. —— dijo con una sonrisa amable hacia el chico Thorn
—— Pareces niña Pip.—— Jeje.. perdón... —— borra de inmediato su sonrisa y voltea al frente para prestar atención hacia lo que estaba escribiendo el profesor en la pizarra.
La clase transcurrió normal pero no para Pip, que no a parado de ver al peli negro en todo este tiempo que duró de clase.
—— mmm... me pregunto por qué no e parado de verlo... —— caminaba por el comedor susurrando para si mismo
—— ¡Ey, Pip! —— lo estaban llamando un grupo conformado por cuatro chicos; uno pelinegro con gorro azúl y chaleco café, otro pelirrojo de gorro verde y chaleco naranja, uno al cual no se le miraba la cara pero se podía alcanzara ver sus mechones de color rubio debajo de una capucha de color naranja, y uno gordo —— mira sobre lo de esta mañana queríamos disculparnos, enserió.
—— Sí... no debimos de hacer eso en verdad...
Ellos se están disculpando de verdad... Decía para sus adentros, no lo podía creer de verdad, por fin, después de tantos años de tortura se estaban disculpándo con él. Todo el remordimiento que sentía hacía ellos se estaba desvaneciendo poco a poco, ahora estaba sonriendo de manera sincera tanto como por fuera como por dentro, se sentía sumamente feliz, y sentía que todo lo que tenía planeado para irse del pueblo ya no le sería útil, ahora estaba feliz —— Esta bien chicos, los perdonó
Pero un golpe de realidad lo había hecho entender de que todo era falso, por que un cartón de leche podrida estaba escurriendosé por toda su cabeza, manchando toda su ropa y zapatos junto con el olor a putrefacto.
—— Fue un error tirarte solo agua, a eso nos referíamos, por suerte esa es solo de vaca, nos vemos "amigo" —— se irían de ahí los cuatro riendo a carcajadas dejando a un pobre rubio sucio, oloriento y humillado.
Estaba teniendo suficiente de esto, tenía que parar de alguna forma.
—— ¿Estás bien? —— le preguntó una voz con una tonalidad algo ronca pero con una pequeña pizca de pena y preocupación, alza su vista hacia arriba para mirar a quien tenía de frente.
—— ¿Damien?
—— Si ¿que? Odio a los brabucones. —— Del bolsillo de su pantalón sacaría lo que sería un pañuelo de color blanco y se lo entrega al chico —— Ten limpiate y ve a casa mejor, di que estas enfermo o yo que sé. —— Sin más se encamina hacia la salida del comedor dejando al rubio muy desconcertado, intentaba procesar lo que acaba de pasar, alguien le había entregado algo, un pañuelo de color blanco sin ningún tipo de mancha o rasguño, hasta dijo que se limpiara con él, ¿que quería significar eso? ¿acaso...?
—— Bien si dices que te sientes mal puedes irte, y por favor date un baño niño, no quiero que la enfermería huela a basurero.
El chico iría caminando por los pasillos de la escuela recibiendo las miradas de desagrado de los que tuvieron la mala fortuna de pasar por ahí, solo era estar unos pasos cerca de él y ya podías respirar aquel olor tan desagradable, pero a este no parecía importarle, estaba muy concentrado en sus pensamientos que no prestaba atención a los insultos de los demás más bien no los escuchaba, solo siguió avanzando como si fuera zombie solo para así por fin llegar a su querido y solitario hogar, una pequeña casa de colores oscuros y rústicos de madera, en la vivienda no vivía nadie más aparte de él, aún que esto no debería ser así por que seguía siendo menor de edad por suerte había sobre llevado bien las cosas y a sobrevivido con lo poco que tenía y con la ausencia de sus difuntos padres, ya se estaba sintiendo solo en la escuela pero solo cruzaba la puerta de su casa se sentía aún más, pero esta vez decidió no seguir pensando en ello, ya pronto conseguiría la manera de poder seguir coexistiendo y lograr ser amigo de aquel jóven de pelo negro que lo había ayudado.
—— Damien... —— estaba recostado en el sofá viejo de su sala mirando aquel pañuelo blanco, no podía dejar de pensar en aquel muchacho con solo mirar aquel pedazo de tela tan limpio y perfecto.
—— Es perfecto...
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