Luna Clara

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La cena fue bastante grata rodeada de personas completamente llenas de amabilidad en todo momento, de dónde yo vengo generalmente por lo apresurado de mis días apenas podía comer con una mano mientras que con la otra terminaba de hacer pendientes, o encima de la computadora para ir adelantando, mi alimento era más como combustible para el cuerpo y no para degustar; en fin era muy poco importante para mí. Mientras estuve sentado en esa mesa observaba el placer de cada uno mientras disfrutaba de cada uno de los platos dispuestos en toda la mesa, las copas de vino, las frutas. Al finalizar sirvieron un whisky Escocés Bowmore veinticinco años, proveniente de la isla Islay  cuya producción se remota desde 1779 de una de las destilerías más antiguas de Escocia, bueno yo no sé de Whisky, eso lo dijo el Señor Harrey, así que sirvieron al finalizar la cena todos brindamos por la señorita Paula.

Paula tomo su trago y me miró obviamente yo ya estaba embelesado observándola, me tomo la mano y caminamos hacia un piano que adornaban la sala, ella levanto la tapa se sento con la intención de tocar, entonces el señor Harrey dijo: seria un honor para nosotros y nuestros invitados escuchar sus suaves notas mi niña Paula; mi ilusión presente tomo sentido cuando sus dulces dedos tocaron una melodía que comenzó acariciar mi alma aquella sonata la había escuchado en otra ocasión pero está vez sentía que estaba penetrando mis coyuntura separando en cada teclada la piel de mi alma, mi cuerpo voló a un lugar donde tomaba a Paula entre mis manos y la hacia unida a mi cuerpo; era una pieza conocida como Claro de luna, fue escrita por Ludwig van Beethoven en 1801 dedicada a Giulietta Guicciardi; Paula finalizo  la melodía y todos inmediatamente aplaudieron con alegria, yo estaba sumergido en la completa ilusión llamada Paula.

Ella se levantó directo a mis labios, el placer de la  melodía finalizo en nuestros cuerpos, Harrey invitó a todos a salir de la sala, quedando Paula entre mis brazos.

Tomados de la manos subimos nuevamente a la habitación, contemplamos los destellos de luna que entraban a la habitación así que no encendimos las luces, más nos acercamos a la ventana y contemplamos la luna clara en su máximo esplendor, agarre unos cojines para sentarnos ahí frente la ventana ella se recostó en mi pecho y después de algunos minutos de observar la infinidad de la noche ella se quedó dormida, yo la cargue en mis brazos y la lleve a la cama, quite su zapatillas y me acosté a su lado.
Llegó la mañana abrí mis ojos, observé alrededor, Paula ya se había levantado, estaba una nota que decía "te espero en el jardín, Harrey te dejo ropa en el sofá", me levanté de la cama fui a ducharme había despertado tan feliz esa mañana  una mañana que en  mucho tiempo había sentido desde niño. Fui al sofá y Harrey había dejado no solo ropa para cambiarme también había perfumes y lociones corporales, era para escoger que ponerme. Dios mío como puede estar pasandome esto, así que me di un pellizco para ver si estaba soñando, pero no, no lo estaba.

Me vestí y salí buscando el jardín en esa casa tan enorme, una de las chicas del servicio me vio, señalo una puerta y le dije gracias, sonreí y seguí. Llegué al jardín adornado con trinitarias de muchísimos colores que hacían especie de carpa sobre las mesas y sillas que estaban ahí, obvio Paula era la flor más hermosa;  me dijo: Alpizar ordene cocoa para ti está bien? Yo respondí gracias mi bebé, ella : quiero que disfrutes del desayuno, hoy vamos a los establos voy mostrarte este lugar que llevo grabado en mi corazón desde niña, aquí fui muy feliz, debes ver los Ualabí, son muy tiernos Alpízar, si pudiera llevarlos a mi casa los llevaría.

Terminamos el desayuno, bueno al menos yo, caminamos un espacio bastante largo pero bonito, durante el camino Paula me hablaba cuando corría con sus hermanos y Harrey detrás de ellos cuidando que no les pasará nada, a los extremos del camino había algunos árboles altos y debajo hileras de café ya con frutos rojos. Llegamos a la entrada y se encontraba otro señor esperando nuestra llegada y dijo mi niña Paula bienvenida, tenemos unos Ualabís bebés que va adorar, ella dijo: que tierno señor Louis, vamos de prisa, quiero verlos.

El primer corral que vimos era de ovejas que provocaba abrazar muy esponjosas, luego una galería de caballos pura sangre y al fondo justo a la derecha estaba un corral cubierto completo con mini canguros, pensé que era una especie experimentos y no pues, son familia de los canguros pero se llaman Ualabís, Paula al verlos los trato como si fueran sus hijos, ellos eran muy mansos y tranquilos así que ella comenzó abrazar a uno, y me dijo no son adorables, yo le dije que si, me pasó uno lo cargue con cierto miedo pero la verdad si eran tiernos, ahí estuvimos un buen rato contando las crías pero Paula encantada.

Cuánto amor y dulzura podría haber en un persona, cuánta humanidad, yo siento que Paula no era de este mundo era una Diosa tan perfecta, tan sencilla, era posible no estar conectado a ella, aunque nuestros mundos eran completamente distintos Paula e incluso tenía mejores valores humanos que yo, como desde lo simple era tan feliz, ahora no comprendía por qué había sido engañada, solo puedo añadir que quien quiera que haya herido su vida era un completo perdedor.

Regresamos a los establos, habían preparado un caballo para cada uno, el señor Louis por supuesto los acompañaba, el recorrido se hizo largo observando los cultivos y el hermoso prado que podía apreciarse desde ahí, llegamos un hermoso árbol, suponía que muy antiguo por la cantidad de musgo que poseía, allí nos bajamos y el señor Louis y dijo llevaré a los caballos a Tomar agua. En una de las ramas de aquel gigante árbol colgaba un columpio Paula me dijo que de niña jugaba en ese lugar muy pocas veces por lo lejos que es, ella se sentó y yo comencé a meserla, me llenaba de energías verla reír, ella se columpio una y otra vez mientras yo la esperaba para impulsarla, ella se bajó y me miró de frente, ya se estaba siendo imposible contenerme, volví a besarla con tanta pasión que ella no paraba y seguía degustando sus ricos labio, me susurro al oído " dónde has estado todo este tiempo Alpízar" y yo les respondí: en el infierno perdido de toda esta gloria mí Paula.

Es posible que el amor pueda provenir desde lo imposible o lo absurdo no lo sé he pasado tantas formas, la mayoría solo me había usado o me había desechado una vez que habían tenido sexo conmigo. La verdad no lo sé, si realmente estaba en el infierno y si Paula era mi gloria, no lo sé la verdad es que, mis horas en el cielo ya tenían nombre, una imagen, un olor, un placer Divino. Por lo menos eso era mi Paula.
Regresamos a la casa después de aquel día  lleno de aventuras que jamás había pensado más que lo corriente o cotidiano de mi  vida, y así como sopla el viento en diversas direcciones, transportando infinidades de cosas, así estaba mi vida en ese momento siendo transportada por el aire a un lugar que ni siquiera sabía que existía.

Yo quisiera decirle si hay alguna reflexión sobre esto pero es que no se que decirle, tal vez era suerte, o si estaba escrito en mi destino encontrar a Paula, solo salí a meditar aquel risco con mi mochila y muchísimas ganas de no existir, pero es precisamente esa existencia le que me había llevado también a una gloria desconocida, ya estaba empezando a sentir algo de miedo ese miedo a perder, a volver a la nada y la nada era sin Paula.

Volvimos a la casa, el señor Harrey se apresuraba para decirle a Paula que su Madre había llegado, pues su ex le dijo que se había ido y no sabía de ella, así que la señora se apresuró a llamar y una de la empleadas le confirmo que desde la noche anterior Paula Había llegado con su Esposo a la casa. La señora le pido no decir nada, por qué les quería dar una sorpresa a su hija, así que ni el señor Harrey está enterado de la actual visita.

Solo les puedo decir que no sabía que se avecinaba, pero la seriedad en la cara de Paula dijo mucho de lo que podría pasar, pero también apretó mi mano como diciendo: " Tranquilo nada pasará"

 

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⏰ Última actualización: Jun 23, 2023 ⏰

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