Capitulo 3. Estigmas

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Capitulo 3 Estigmas

Gotas de sudor corrían por el rostro de Korra y una camiseta gris empapada hacía notar la fuerte transpiración de la morena quien sólo era cubierta por dicha prenda. Se le ve sentada en un sofá individual con la cabeza inclinada hacia atrás respirando ligeramente agitada.

–        Ah… sé buena y no te detengas – se le escucha apenas decir mientras toma con la mano derecha el cabello de Asami Sato y presiona la cabeza de la mujer entre sus piernas.

Luego de un momento se levanta del sofá, la toma del brazo con fuerza, desabotona la blusa de la arquera, desliza su sostén dejando al descubierto los senos, contempla su obra por un instante y con rapidez levanta su falda y toca con deseo y desesperación las piernas y glúteos de la ojiverde. Korra deja a sus manos explorar debajo de la ropa interior y al sentir el calor y la humedad parece perder más el juicio arrojando sobre la cama de la habitación a una Asami que simplemente se deja llevar por lo que desea la taekwondoina quien inmediatamente se incorpora sobre ella. Besa sus labios sellando con fuertes mordidas y repite esta acción en el cuello, los hombros, la clavícula, los pechos, brazos, abdomen y piernas, dejando a su paso un camino de manchones rojos sobre la blanca piel que anunciaban futuros hematomas.

–        Eres mía Asami Sato… y me aseguraré de que todo el mundo pueda verlo – expresaba tomándola del cuello.

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Un fuerte ruido se escucha y una acalorada Korra despierta de inmediato  sentándose sobre la cama – Ufff…  por Raava ¿qué es esto? – se cuestionaba el sueño que para ella significaba algo bochornoso y vergonzoso – Definitivamente estoy mal – decía al tiempo que tomaba su teléfono móvil para ver la hora. Las 3 AM marcaba el reloj, la ojiazul exploraba las redes sociales para intentar despejarse y volver a conciliar el sueño; sin embargo, internet no parecía jugar a su favor, pues las notas y videos de las declaraciones de Azula Dazzai brincaban ocasionalmente entre el resto de chismes.

–        Es el colmo – expresaba tras un profundo suspiro pasando la mano por su frente y cabello. Por un segundo se dirigió a los mensajes y viendo el nombre de Asami se encontró tentada a escribir. El cosquilleo en el estómago, ese que siempre la acompañaba al pensar en la arquera llegaba puntual, pero nuevamente aquél ruido que la despertó del  sueño inquietante la hacía despertar del deseo de escribirle.

–        <Carajo, Desna ¿Qué haces?> pensaba levantándose de la cama para dirigirse a la cocina donde se encontraba el joven.

–        Hola Ko, buenas noches – saludaba el chico mientras terminaba de licuar.

–        ¿Buenas noches?

–        Oh, perdona, buen día… discúlpame no vi la hora, lamento si te desperté

–        Claro que me despertaste Desna, ya hemos hablado de esto, no puedes ponerte a cocinar a esta hora

–        Lo sé… lo sé… lo siento, salí del trabajo y tenía demasiada hambre, pero no quise distraerme más por fuera, quería llegar a casa y bueno, me pareció fácil y práctico preparar un batido, pero creo que no pensé en lo demás– explicaba sonriendo un poco

–        Ufff… da igual Des… supongo que no estuvo tan mal despertar… dame batido – hablaba Korra con desánimo mientras tomaba asiento en la barra de la cocina y se apropiaba del vaso de su compañero

–        ¿Mala noche?

–        Algo… tuve una pesadilla… bueno, no puedo considerar exactamente que sea una pesadilla… fue más bien…. Ay no sé… olvídalo

SOLO DEBES SOLTAR: El juego (Secuela) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora