Ushijima Wakatoshi es el alfa jefe de una de las organizaciones criminales más importantes de Japón y por obligación de su madre se encontraba en una subasta de Omegas, debía comprar un "juguete" según las palabras de su progenitora.
Lo que el alfa...
- Keiji -dijo Ushijima a su amigo- ¿Cómo son esos lugares?
- nada del otro mundo, una cantidad absurda de viejos alfas queriendo sentirse superiores, lo habitual en este mundo.
- entiendo -dijo Ushijima que se levantó y fue rumbo a su auto-
Akaashi Keiji era una de los pocos omegas que estaban al mando de alguna organización, un precioso Omega de ojos hipnóticos y un semblante frío.
El único momento en el cual ese Omega se veía feliz y con una sonrisa, era cuando su alfa Bokuto Kotaro hacia presencia frente a Keiji.
La historia de amor de ese par parecía un cuento de hadas, Keiji en la preparatoria quiso pasar desapercibido para las familias la mafia japonesa y por eso sus padres lo enviaron a una escuela "normal" y solo aparecía en la edad apropiada en la cual no sería pretendido como "pareja" de algún viejo o chico caprichoso, con ese inocente aspecto, Keiji era una máquina de matar que no tenía piedad en lo más mínimo, no tenía ninguna debilidad y sus feromonas de Omega dominante lo hacían una amenaza.
En una ocasión el hijo de una familia rival quería a akaashi para él y veía a Bokuto como un estorbo, cometió el error de tocar lo más preciado para el Omega, hasta el día de hoy, esa noche es recordada por toda la Yakuza japonesa, conocieron el verdadero rostro del diablo.
Ushijima dejo de tener esos recuerdos de su amigo y ahora pensaba en sí mismo, pasaba sus celos con una gran cantidad de supresores ya que se negaba a tener sexo con omegas que practicaban la prostitución, pero su madre ya estaba harta de esto, un alfa dominante de 20 años que nunca ha tenido sexo, esa era una humillación para el apellido Ushijima, por eso tomo la determinación de obligarlo a ir a la subasta más exclusiva del bajo mundo, donde seguramente conseguiría una preciosura que le serviría de juguete, hasta que por fin aceptará el matrimonio con Oikawa Tooru.
Al llegar a su habitación su madre le había dejado un traje sastre hecho a la media en su cama, al ponérselo le ajustaba a la perfección y su imagen gritaba poder por todos lados.
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Fue a la cochera y optó por uno de sus autos favoritos
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Al llegar al lugar indicado pudo darse cuenta que lo que decía akaashi era real, un montón de viejos queriendo demostrar su poder, pero nadie pudo evitar no mirarlo cuando ingreso, su feromonas y solo presencia imponían respeto. Tomo su lugar en la mesa reservada y solo tomo whisky, estaba en ese lugar por obligación, no compraría ningún Omega, no era si estilo el someter a alguien para ese tipo de cosas.
Habían pasado casi dos horas y cerca de una docena de omegas vendidos todos con las mismas características, parecían una copia.
- nuestro siguiente Omega -dijo el maestro de ceremonia- ha llegado a nuestras manos por culpa de sus padres, lo dejaron como pago de una deuda -sonrio- que triste -hizo la acción de que se limpiaba unas lágrimas imaginarias y carcajeo-
En ese momento las luces se apagaron y cuando se volvieron a encender, todas apuntaban a un Omega de aspecto peculiar, lo más llamativo era su cabello rojo y sus ojos.
Las personas dejaron de gritar al verlo y un silencio sepulcral se hizo presente, no se escuchaba ninguna oferta por ese Omega y luego de un par de segundos fue que algunas personas se atrevieron a hablar.
- una mierda, es un fenómeno -dijo un hombre-
- no voy a gastar mi dinero en un monstruo -dijo otro-
- saca a esa basura del escenario -grito un hombre-
Ushijima ignoraba todos esos comentarios, podía ver la mirada de desilusión en el Omega, parecía que le habían robado la vida y jamás en su vida había visto ser tan perfecto. Llegó a pensar que el Omega más hermoso que conocía era Akaashi, pero ese pelirrojo tenía algo que le impulsaba a querer tenerlo en sus brazos, era una sensación que jamás había experimentado.
- Me lo llevo -dijo Ushijima con voz grave y sin apartar la mirada de ese pelirrojo-
Todos quedaron estupefactos y al notar que Ushijima lo quería, por algún extraño motivo todos comenzaron a ofertar. Al final de la noche ese Omega pelirrojo fue el más costoso y termino en manos de Wakatoshi.
Cuando finalizó la venta, Ushijima fue por su Omega.
Sentía ganas de vomitar por haberlo comprado, pero ahora el podía tratarlo como se merecía y podría entender que era eso que estaba sintiendo.
Al llegar al lugar donde dejaría el dinero, le fue entregado un desmayado Omega
- ¿Qué le sucede? - preguntó bastante confundido-
- señor Ushijima, había olvidado que es su primera compra -dijo el hombre- los omegas son drogados para que no sepan en donde están y de esta manera eviten tratar de huir, algunas veces son violentos y necesitan disciplina.
Tomo al Omega en brazos y lo llevo a su auto, al llegar a su mansión su madre no hizo preguntas pues no pudo ver el aspecto del Omega, pero tenía unas feromonas espectaculares.
Ushijima lo llevo a su habitación y lo llevo al baño, lo limpió y puso un camisón que le quedan enorme, lo acomodo en su cama y contemplaba desde un sofá al hermoso ser que estaba en su recámara
- ¿Qué hice? -se cuestionó en ese momento-
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Holi Holi
Esperó les guste esta nueva historia que no se de dónde salió