¿El destino está escrito? || Misaki x Asami

3

capítulo tres

El punto de quiebre llegó tan apresuradamente que lo dejaron desconcertado y tan pálido
de color que estaba a punto del desmayo.
¡Qué carajos estaba pasando! Era inaudito, no se le permitía al destino hacerle esto. ¡No puede ser posible, no puede ser posible!
Esto no puede acabar, aun si desde un principio no tuvo sentido alguno.

¿Acabar con él ? Nunca. Jamás.
En primer lugar no cabía de coherencia, no desde un momento para otro. estaba desesperado lleno de impotencia y un súbito desconcierto e irracionalidad pura.

- Solo... No puede ser posible.

No cuando hasta ahora todo iba tan en perfecta linea. No cuando todo era tan dulce en su vida. Ahora solo quedaban ruinas y desechos.
Sentía el sudor caer por su frente, deslizándose por su clavícula, Continuas gotas de sudor se resbalaban por su cuello para llegar y por fin caer de las yemas de sus dedos al suelo, recordando su tensa situación.
Nada más que para resumir en una sola palabra: Realidad. esto en realidad estaba sucediendo y por mucho que huyera, buscó desesperadamente esconderse de esta irracional realidad. No sucedió. No sucedió. No podía remediarlo. En realidad, por contrario solo su mente parecia volverse cada segundo mas demente por esta tétrica realidad.
Había terminado. Había acabado. Así, sin explicación esto había sucedido.

Asami había terminado con él. Sin razón alguna. Sin anticipo alguno. Mucho menos, sin explicación alguna.

Poco después, Akihito terminó inconsciente en la fría habitación que compartía con Asami. Una habitación que ahora solo la habitaba él y solo eternamente él.

Irracional e idiota. Así sería seguramente catalogado muy pronto al ojo público después de la ruptura de su noviazgo de años y sentimientos profusos, pero como no hacerlo, ¿Cabía en alguna mente cuerda que siguiera en esta relación solo por un hoyo?

Que estupidez.

Siendo el perfecto alfa dominante que era, tomó una acción inmediata al curso de como iba esta relación.

Akihito con seguridad, habría quedado noqueado del shock, pero a Asami eso no le importaba. Ya nada le importaba.

Tampoco era un imbécil para no darle explicaciones, aunque eso con veracidad se había dado a entender contrariamente.
Habían pasado dos semanas en el crucero, y habían pasado exactamente dos horas de haber llegado. Qué insoportable realidad. Era absurda, pero más absurda era su existencia, la de este mísero mundo patético. Eso pensó hace una semana.

Hace una semana empezó todo.

Empezó como una clásica y ruin pesadilla. Regular en él. En realidad era más que nada una desagradable situación en la que se encontraba. Al ser particularmente extraño, porque de hecho utilizó toda su voluntad para reducir su impacto en él, porque era ridículo.

Empezó así con destellos de visiones del futuro, diez años en el futuro. Para luego, él ocupar su cuerpo.

Era escandaloso al principio. Qué maldito sentido tendría después de todo. Nunca creyó en lo místico, nunca.
Pero con anterioridad experiencia en conjunto con Akihito, se sintió a centímetros del cielo, y en esos tiempos agradeció tanto la existencia de lo místico. porque lo fantasioso le había entregado a su etéreo amor, tan reluciente regalo hecho de diamante. En realidad tan confusa su procedencia que terminó resultando en un diamante de cristal. Eran un amor bello, tan profundo y delicado como hermoso, que terminó rompiéndose por lo frágil que era su cuerpo. Ahora eran solo trozos, bellos aun asi, pero ahora representaban recuerdos del bello cristal y falso diamante que creía haber poseído. Creía haber obtenido el mayor regalo hecho por un dios, el destino. Qué jodido era cuando se dio cuenta de la realidad.