Buen tiempo tuvo que pasar para que Martha recuperará el tono natural de su piel, específicamente cinco largos años, aunque es verdad que en todo ese tiempo la sirenita no había ido a clases en una escuela como todos los otros niños, esto gracias a sus padres, quienes, temerosos de las críticas por parte de los demás, decidieron hacer que su hija tomara clases privadas con una institutriz prohibiendole además el salir de casa, esto hasta que las manchas se fueran y su blanca piel volviera a la normalidad.
Aunque amara a su profesora, Martha no pudo evitar emocionarse por finalizar sus clases particulares, le extasiaba la idea de relacionarse con gente de su edad, tanto así, que mientras se peinaba, su mente divagaba en pequeños escenarios en la cuál ella era querida y halagada por todos en el colegio.
La niña hubiera seguido perdiendo su tiempo delirando si no fuera por el extraño ruido que logro percibir en el patio, sobresaltandose nuevamente al ver por su ventana como algunas algas se movían de manera diferente al como lo harían si solo fueran movidas por una corriente de agua sorpresiva.
Asustada pero intrigada al mismo tiempo Martha se dispuso a guardar la costilla de pescado que utilizaba como peine, para rápidamente agitar su cola y dirigirse a la cocina, ya en esta agarro el martillo que su madre utilizaba para ablandar la carne, y se dirigió de manera lenta al patio, mientras iba pasando por los pasillos de su casa Martha no paraba de imaginarse que era lo que podría estar ahí, ella y su familia vivían en una parte alejada de la ciudad, era raro que algo perturbara la calma que predominaba alrededor, siendo justamente cuando Martha se posicionó frente a su ventana que dejó de barajar alternativas tan apocalípticas y se convenció a si misma que seguramente lo que se encontraba ahí era solo una tortuga extraviada.
Ya más tranquila, decidió nadar directo a la alga para posteriormente sacudirla, siendo justamente antes de poder introducir su mano que una barracuda había salido disparada del lugar haciendo gala de su velocidad.
Pero que desafortunada sirenita, sus padres habían salido de emergencia por el trabajo y lo único que tenía a la mano era un martillo lento y pesado con el cuál no podría acertar ni un misero golpe, Martha sin más opcion decidió ponerse en posición fetal y esperar lo peor.
Pero pasaron dos, tres, cuatro minutos y nada, aún asustada Martha decidio abrir lentamente los ojos, sorprendiendose por ver a la barracuda enfrente de ella actuando como un tranquilo pez perro, la barracuda al notar la mirada de la niña, bajo la cabeza pidiendo caricias, la contraria aunque extrañada por el comportamiento del animal decidió acercar de manera recelosa su mano a la cabeza del contrario para así satisfacer sus deseos.
Y que afortunada sirenita, tal parece que la dichosa barracuda era dócil, con renovada alegría Martha empezó a jugar con el pez en el patio, pasaron horas y horas jugando, parecería que nada ni nadie podría acabar ese estado casi que hipnotizante, pero una pequeña sensación se apoderó de ambas criaturas, el hambre, al principio era casi imperceptible pero al pasar los minutos rápidamente este se transformó en una sensación casi que delirante, tanto así que Martha experimento un poco de miedo al escuchar rugir el estómago de la barracuda.
Agarrándose el estómago la sirena le indico con cuidado a la barracuda que la acompañará a su casa, esto con el fin de encontrar comida para saciar el hambre de percebe que los dos compartían, ya adentro del hogar Martha se encargo de buscar algo de comida en la cocina mientras que su compañero se quedaba en la sala esperándola, al mismo tiempo que la niña rebuscaba por los cajones de piedra algo que comer ella pensaba en alguna manera de convencer a sus padres de quedarse con la barracuda, sería complicado, más que nada por la mala fama que tienen estos peces ante la sociedad sirenistica, pero si lograba demostrarles lo inofensivo del pez nada malo pasaría, antes de poder pensar en algo más, sus ojos se fijaron en varias lonjas de jamón enrolladas que justamente aparecieron al abrir un armario... Sin pensarlo mucho Martha agarro un puñado para comerlas con la barracuda.
Pero que sorpresa se llevo la sirenita al pasar de la cocina a la sala, su querida barracuda la esperaba con la boca abierta mostrando sus filosos dientes, aunque la pobre de Martha pensando erróneamente que simplemente había olido el jamón, le había extendido su mano con una sonrisa, dándole a entender que podía comer tranquilamente.
Sonrisa que se desvaneció al instante que la barracuda como una fiera salvaje le mordió la mano, tan rápido como sintió la mordida, Martha aterrada le pegó a la barracuda como un acto desesperado para que está liberará su mano, pero aunque si, logro quitarse a la barracuda de encima, su acto solo ocasionó que está ahora la atacará no solo por hambre si no también por enojo, empezando una persecución en la que la niña nadaba a toda velocidad por la casa mientras le tiraba cosas al pez, mientras que al mismo tiempo su contrincante le mordía o proporcionaba cabezazos.
Un grito de dolor proveniente de la casa de Martha, hizo que su institutriz, que estaba llendo al hogar de su alumna para su última clase se apresurara, siendo que mientras más se acercaba más se aterraba por los gritos no solo de ayuda, si no, también de dolor, estando ya en frente de la puerta la señora empujó está con todo su cuerpo para abrirla.
Pero que afortunada sirena, justamente su querida profesora había llegado, quien después de ver cómo la barracuda le quería arrancar el brazo a su alumna decidió darle una apuñalada en su corazón, matando la en el acto y liberando a Martha de los dientes de esta, aunque las cosas no solo se resolverían así, ya que Martha tenía su brazo casi despegado en su totalidad del cuerpo, por lo que su institutriz no tuvo más remedio que llevarla al hospital e impartir sus clases ahí.
Que infortunio, además de tener que ver su última clase en el hospital, ahora la pequeña sirenita no podría disfrutar sus vacaciones por las heridas ocasionadas por esa endemoniada barracuda.
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𝐄𝐥 𝐀,𝐛,𝐜 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐬𝐢𝐫𝐞𝐧𝐚
Short StoryUna pequeña y desafortunada sirena se enfentra a un abecedario de malas situaciones dentro de un mar plagado de peligros.