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La madre de Haerin sembró en mí sus últimas esperanzas. Y lo hizo de una forma que me dejó totalmente plasmada a su vida, como si me hubiese amarrado una roca enorme a los pies.

Supongo que tenía miedo de que al decirme la verdad, decidiera huir y desaparecer de sus vidas por siempre y dejar a Haerin, porque yo era la única dueña de mis decisiones, la responsable de seguir con mi camino y no estancarme en un callejón que parecía no tener salida.

Decidió no decirme que tenía un cáncer terminal, que le deterioraba la vida con cada segundo. Creo que olvidó ese pequeño detalle, olvidó decir que moriría y dejaría a Haerin a la deriva.

Lo olvidó y me enteré el día en el que murió.

Y me gusta pensar, cuando lo recuerdo, en que no lo hizo para que cuando llegase el día de su muerte, yo no tuviera opción de elegir y me quedara con Haerin porque no encontraría el valor ni el corazón de abandonarla, me gusta pensar que sólo lo olvidó y que era una mujer en desesperación por su hija.

Para antes de ese entonces, ya teníamos una rutina. Yo estudiaba en las mañanas, Haerin había dejado de asistir a la escuela, yo había conseguido un trabajo de medio tiempo con el que logré costearle unas cuantas visitas con un psicólogo; salía de trabajar a las diez de la noche y llegaba a su casa a las once, estaba con ella un tiempo y terminaba en mi casa a la una de la madrugada, para al final tener que levantarme de nuevo cuatro horas después para repetir todo el ciclo.

Yo hacía un sobre esfuerzo por Haerin. Y jamás me detuve a lamentarlo, hasta el día en el que fui lo único que le quedaba.

Había una chica llamada Hanni, decía ser su prima y la conocí el mismo día que la madre de Haerin falleció. Era al parecer, su único familiar, la última persona en el mundo cercana a ella, además de mí.

"Tú eres muy importante para Haerin. Somos lo único que le queda ahora..."

Y sus palabras me atacaron con una fuerza que casi termina por ahogar mi mente y mi pecho.

Estaría entonces, por terminar viviendo por siempre detrás de un futuro que jamás llegaría, tomada de la mano de Haerin.

latidos - Minrin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora