"Un roto para un descosido"

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—Bien, llegamos.

Finneas comentó al estacionar el auto y apagarlo.

—¿Hey?

Finneas trato de llamar la atención del menor quien parecía estar sumergido en sus pensamientos.

—¡Lo siento! Es que tuve un recuerdo con relación a este lugar.

Nikolai reaccionó de manera confusa.

—¿Fue algo negativo?

Finneas preguntó un tanto preocupado.

—Pues se suponía que no debería ser de esa manera, pero creo que es mi culpa por tomarme las cosas tan enserio.

Nikolai suspiró al mirar por segunda vez el lugar.

—Si quieres podemos ir a otro lado, no quiero que te sientas mal.

Finneas recomendó sin dudarlo.

—Lo siento, es que en este lugar sé conocieron mis mejores amigos y de alguna manera me siento sentimental.

Nikolai dijo apuntó de llorar pero respiró hondo.

—Creo que ya estoy entendiendo.

Finneas se giró hacia él. Nikolai solo abrió los ojos y lo miró.

—¿Discúlpame?

Nikolai preguntó indeciso.

—Tu amigo, aquel que nos hizo un espectáculo dentro de la cafetería y fue a hacer quien sabe qué cosas en el baño con su
novio.

Finneas sacaba un cigarrillo de su bolsa de la chamarra. Nikolai solo admiraba cada movimiento.

—¿Qué tienen que ver ellos aquí?

Nikolai preguntó un tanto avergonzado.

Finneas solo soltó una risa burlona.

—Tal vez apenas nos estemos conociendo y todas esas cosas, pero yo no nací ayer, notó cosas.

Nikolai abrió sus ojos al punto de que pudieran salir de sus órbitas.

«"¡Oh no! ¡Tal vez ya sabe que me gusta! ¿Que carajos haré? Eso me pasa por mostrar mis emociones."» Nikolai pensó desesperadamente.

—Se que él fue algo así como un platónico para ti. Pero para no arruinar su amistad decidió andar con otro y eso solo te está carcomiendo porque te sientes insuficiente y de alguna manera estafando pues, el amor que sientes o sentiste aun esta en ti y no puedes hacer nada para arreglarlo.

Finneas soltó aquel discurso para sacar un encendedor de su otra bolsa y encender su cigarrillo.

—¿Cómo lo sabes?

Nikolai dijo al soltar un par de lágrimas tímidamente y limpiar sus ojos al contacto con su cara.

Finneas suspiró.

—Amigo, se nota a simple vista. No quería decirlo pero creo que si sigues esperando que termine con tu otro amigo, mejor trae una silla y hazte viejo ahí.

Finneas sacó el humo con suavidad de su boca.

—No deberías soltar ni una lágrima por un tipo así. Entiende que a veces las cosas no son como queremos y no podemos hacer nada para cambiarlas si no están en nuestro alcance.

Finneas culminó antes de darle otra calada a su cigarro.

—¡Tienes mucha razón! En lugar de estar triste por mis sentimientos, debería estar feliz por su relación, es lo que un verdadero mejor amigo hace.

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