Konoha: clase 1A 《Naruto x Boku No Hero》

02

Konoha High School

Pasillo de lockers
1:40 pm

En cuanto la clase terminó, Shoto salió casi corriendo del salón para no toparse con nadie y poder sacar sus cosas del casillero e irse tan rápido como pudiera a casa.

Sentía una rabia crecer en el centro de su estómago, no podía creer que su padre lo obligara a entrar a su escuela solo porque no le parecía correcto que siguiera siendo educado en casa por su mamá; ¿qué tienen de malo estudiar en casa? Sus hermanos lo hicieron y ahora están perfectamente bien y con vidas dichosas, ¿por qué él no podía?

—Hola, Shoto. —escuchó tras la puerta de su casillero y comenzó a lamentarse no haber sido más rápido en tomar sus cosas— ¿Cómo estás? ¿Qué te pareció la clase?

A regañadientes, cerró el casillero y lo medio miró a la cara.

—Bien, estuvo normal. —se limitó a decir— Ya me tengo que ir. Adiós.

Se dio media vuelta y comenzó a caminar rápido; Iida metió sus libros al casillero lo más rápido que pudo y corrió para alcanzarlo.

—Voy contigo. —habló en cuanto pudo ir hombro con hombro— ¿Sabes? Ya que eres nuevo creo que debes tener un tour por el colegio.

—No es necesario. No tengo interés en conocer la escuela. —respondió tajante intentando subir la velocidad de sus pasos.

—Entiendo, pero no creo que tengas mucha opción, es casi ley que los nuevos vayan a un tour por la escuela con la presidenta de la clase. —se explicó, siguiendo el paso del pelirrojo— Y creéme, Momo nunca acepta un no por respuesta.

El Todoroki fingió interés y solo se encogió de hombros: —Ya lo hablaré con ella mañana. Gracias por tu preocupación.

—¡No es nada! Es lo que un buen vicepresidente haría. —mencionó con orgullo— ¿A dónde te diriges? Puedo acompañarte si quieres.

Gesticulando con sus manos, negó repetidamente: —No te apures, debo esperar a mi papá para ir juntos a casa. —mintió— Gracias.

—Bien, te veo mañana en clases, compañero. —con un apretón de manos se despidió y siguió su camino, dejando a un agobiado Shoto detrás.

Parada de autobus
2:30 pm

—¡Espera, espera! —una voz chillona penetraba sus oídos aún cuando traía puestos sus audífonos de diadema con mùsica a todo volumen— ¡Tamaki, espera!

Aún con sus pequeñas piernas logró alcanzarlo y disponerse a caminar a su lado.

—No tienes que seguirme. Puedo ir a mi casa solo sin ayuda de nadie. —respondió sin ser grosero y sin parar su andar.

—Es parte de mi voluntariado el no dejar que absolutamente nadie bajo mi guardia vaya a ningún lado. —respondió con una gran sonrisa— ¡Vamos juntos a casa!

—¿Segura? —murmuró, deseando que la chica cediera y lo dejara solo.

—¡Claro! Vivimos casi en el mismo vecindario, me queda de paso.