El cadáver del novio-Serennedy

CAPITULO UNO

El canto de los pájaros, el bullicio de la ciudad, la música suave de fondo. Esas son las pequeñas cosas que tienen un gran impacto en la vida de Leon. Esos ruidos son los que lo tranquilizan, lo que lo ayudan a pasar el día. No podía desear nada más relajante.

Usando movimientos y toques delicados, Leon se sienta en su escritorio, con vista a la ciudad que él llama su hogar. Había innumerables personas caminando y era casi como si estuvieran allí todos los días. El carnicero fuera de su tienda cortando las cabezas de los pescados, los asistentes a la iglesia caminando por la calle en un grupo vestidos con elegantes vestidos y trajes leyendo una biblia. Ni una sola vez han admirado el recuerdo de Leon. Pero había algo nuevo hoy. Había un carro fuera de su propiedad, tirado por uno de los peores caballos grises que jamás había visto.

Verás, era el día del ensayo. Leon se comprometió con una dama, de la que ni siquiera ha oído hablar y mucho menos ha visto. Se dijo que se casarían dentro de dos días. Ada era su nombre. Ada Wong. Sus padres, la duquesa y señor de su apellido, lo propusieron. No tiene ni idea de por qué, de repente, pero él era de "alto" rango. No tuvo nada que decir al respecto, ya que su madre y su padre estuvieron de acuerdo con esto con los brazos abiertos. Su hijo en realidad no iba a vivir solo como habían temido.

Pero en lugar de prepararse para el día, Leon se sentó con las rodillas dobladas contra el pecho con su cuaderno de dibujo sobre las rodillas. Estiró la mano y mojó la pluma en su tinta antes de volver a colocarla en el papel y marcarlo con gracia con la imagen de lo que estaba en un estuche frente a él. Una hermosa mariposa morada. Uno que adoraba absolutamente y estaba encantado de haber atrapado sentado en el alféizar de su ventana. No tenía color, pero tenía tinta y se estaba asegurando de poner cada detalle que pudiera captar del insecto. Y una vez que estuvo satisfecho con el dibujo que había hecho, dejó cuidadosamente su bloc de dibujo a un lado y abrió la ventana de la puerta doble. Con una última mirada de anhelo a la mariposa, finalmente estaba levantando el vaso en el que estaba sujeta, observándola batir sus alas y volar hacia el cielo de la tarde.

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Los Wong no eran la mejor de las personas. De hecho, eran algunas de las personas más engreídas y horribles que podrías tener la audacia de conocer. Sin embargo, esa regla solo siguió hasta Ronin y Sakura los padres de Ada. Eran sin emociones, de sangre fría, tercos. Su legado, de hecho, seguido por el libro y no podrían tener ellos mismos sin una sola onza de orden en sus vidas. Es por eso que necesitaban que este matrimonio sucediera. La cosa es que se estaban volviendo pobres. Y para una duquesa y un Lord, eso era inaceptable. Necesitaban riqueza. Lo ansiaban. Y la única forma de hacerlo era que su hija se casara con una familia rica. Los Kennedy podrían dárselos. Tenían la mayor cantidad de dinero de los otros miembros de la realeza en su país y así tenía que ser.

Ronin y Sakura se habían asegurado de que esta boda fuera lo más simple y significativa posible con la puerta de dos días que se habían dado a sí mismos. Lo que significaba que todo iba a suceder bien y en orden.

-Oh... ¿Qué pasa si Leon y yo ni siquiera... nos gustamos?- Ada le habló en voz baja a la estilista de vestuario, jadeando un poco cuando apretaron las cuerdas de su corsé. Sin embargo, todo lo que obtuvo a cambio fue una risa desde la puerta.

-Como si eso tuviera algo que ver con el matrimonio- Sakura habló, con las manos entrelazadas frente a ella, la cabeza en alto y la espalda recta. Su esposo junto a ella mientras miraban a su hija -¿Crees que tu padre y yo nos gustamos?-

-¡Bueno, seguramente debes hacerlo! Solo un poco- Dijo Ada, sonriendo a sus padres.

-¡Por supuesto que no!- Los dos respondieron al mismo tiempo, voces llenas de veneno y disgusto. Eso hizo que Ada frunciera el ceño un poco. ¿Cómo es posible?