CAPITULO 9: LLUVIA

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- ¿Oh Nong, esto es tuyo? – Una chica muy risueña se acerco a Build con el celular que había aventado hace casi media hora

Build se había quedado dormido sobre la mesa del comedor después de la llamada con sus padres, al escuchar la voz de la chica se desperezo.

- Si, es mío. Gracias, creo que se me cayó mientras dormía –

- Eso es una pena, está totalmente roto –

- Si, no creo que funciones así, pero gracias de todos modos Phi –

- Soy Samantha Coates, consejera estudiantil, del 3° año de ciencias politicas, pero dime solo Sammy –

- Mucho gusto Sammy, soy Build Jakapan, de primer año de economía –

- ¿Si eres alumno de primer grado que haces aquí? –

- No entiendo la pregunta –

- Lo digo porque todos los alumnos de primer año debían presentarse al final de la jornada en el auditorio, para la entrega de libros –

- ¿Qué? ¿cuándo dijeron eso? –

- El primer día, durante la bienvenida –

- Genial, por eso no lo escuche, llegue tarde el primer día – Build empezó a meter sus cosas a su mochila

- Será mejor que te des prisa, la indicación fue para todos los alumnos de primer grado de todas las carreras, la fila ya debe estar larguísima –

- Te lo agradezco mucho Sammy, me voy –

Build corrió hasta el auditorio, pero tal y como Sammy lo predijo, la fila era larguísima, se extendía por los jardines alrededor del auditorio, deberían haber más de 300 alumnos ya formados, más algunos alumnos que seguían llegando.

Build pensó que sus amigos deberían estar adelante en la fila, pensó en rápidamente llamarles para saber donde estaban y colarse, pero al meter su mano al bolsillo del pantalón se encontró con un muy despedazado celular.

Se maldijo, tenía dos opciones, la primera era avanzar revisando en la fila si sus amigos se encontraban adelante, pero corría el riesgo de que ellos ya hubieran pasado o no los encontrara y entonces, tendría que regresar a la fila, y con todos esos estudiantes que estaban saliendo de clases cuando regresara al final, la fila ya se encontraría mucho más larga.

Opto por la segunda opción, quedarse en su lugar y esperar las eternas horas hasta que fuera su turno y si, totalmente aburrido porque ahora ni siquiera tenía su música para escuchar.

¿Cuánto tiempo había pasado? No lo sabía, la intensidad del sol ya había disminuido y la fila apenas había avanzado unos metros, se estaba dando la aburrida de su vida, pensaba en cuantas más horas debía esperar hasta que cayo en cuenta que era mas que probable que ya hubiera pasado la hora en que debía reunirse con Bible en el estacionamiento.

Esto iba de mal en peor, como le avisaba ahora que estaba en el auditorio esperando la lista de sus libros, si dejaba la fila solo para ir a avisarle cuando regresara ahora si era muy seguro que sería el ultimo de la fila y todo el tiempo que ya había esperado hubiera sido en vano.

Pregunto a las chicas que se encontraban detrás de él por la hora, faltaban 4 minutos para las 4 de la tarde, hace casi una hora que debía estar en el estacionamiento, lo mas probable es que Bible ya se encontrara en su casa, así que para que se movía de la fila, ya luego tomaría un taxi de regreso a la mansión Wichapas.

¿Cuántos estudiantes de nuevo ingreso tenia la universidad? No lo sabía, pero si sabía que quién había diseñado esa estrategia de repartirle a todos juntos en el mismo horario su lista de libros había sido una gran estupido. Eran las 5:20 cuando salió del auditorio y aunque aun faltaba una hora para el anochecer, el sol había sido cubierto por aquellas nubes que anticipaban una gran lluvia.

Camino hacia la calle principal de la universidad dispuesto a tomar un taxi que lo llevara de regreso con los Wichapas, pero al sacar su billetera se encontró con su triste y pobre realidad, la mansión estaba muy lejos, el viaje le saldría una fortuna y el apenas tenía unos Bahts, si no hubiera gastado tanto en comida, o talvez en esa sudadera exclusiva, no, la sudadera era importante, si sus padres le hubieran dado mas dinero, si, esa era la verdadera razón de su pobreza, era increíble que sus padres no confiaran en que él pudiera administrarse financieramente.

Empezó a caminar debatiendo todos estos pensamientos en su cabeza, su cuerpo empezaba a exigirle que se cubriera más porque el aire empezaba a soplar frío, si tan solo hubiera tomado una chamarra antes de salir de casa, pero no, tenia un perfecto outfit de verano y el clima gritaba frio.

Se abrazo a si mismo cuando las primeras gotas frías cayeron del cielo, miró hacia arriba y solo veía la oscuridad de la tormenta y como esas finas gotas empezaban a hacerse más gruesas y a bañar todo su cuerpo. Aun faltaba mucho para llegar al centro de la ciudad, su idea era caminar hasta el sitio de taxis y desde ahí tomar uno, le saldría más económico que tomarlo desde la universidad que se encontraba en el otro extremo.

La lluvia se había convertido en una tormenta, era tan fuerte que apenas podía ver lo que tenia al frente, las calles estaban inundadas, su ropa estaba escurriendo y para colmos había patinado al intentar subir una acera y había caído en un enorme charco de lodo. Ahora no solo estaba mojado, estaba sucio, sin celular, con todas las cosas de su mochila mojadas y en el sitio de taxis le habían dicho que no lo podían llevar así.

Como era posible, era solo un estudiante teniendo un muy mal día y los taxistas no se habían apiadado de él, dijeron que ensuciaría las unidades y que, aunque pagara el doble preferían no llevarlo. De todos modos, ya ni siquiera tenia el dinero suficiente para pagar un taxi, la maldita tarifa había subido por la alta demanda y las condiciones climáticas.

Se resigno, camino hasta la parada de autobuses, dejando que el agua de la aun intensa lluvia lavara el lodo de su ropa, tenía hambre, estaba cansado por caminar tanto, adolorido por la caída y ahora muriéndose de frío en aquel asiento de autobús. Estar completamente mojado con el aire acondicionado tan frio del autobús le estaba calando los huesos, incluso había empezado a tiritar, y por mas que se intentaba dar calor con las manos, estas también ya estaban temblando.

Se bajo en la parada y empezó a caminar, desventajas de vivir en un privada tan lujosa, el autobús te deja en la entrada y aun tenia que recorrer algunas cuadras, al menos ya no estaba lloviendo a cantaros, solo una ligera llovizna, pero el frio de la noche se había intensificado.

Solo quería llegar a casa, acurrucarse en su cama y dejarse consentir por sus padres, pero nada de eso pasaría, ahora estaba frente a la puerta principal de los Wichapas esperando que alguien le abriera la puerta. 

Destino - BibleBuildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora