Capítulo 36

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"Harry, tenemos que decidirnos ya"

"Mi omega, eres tú quien no tiene claro lo que quiere" 

El bufido del ojiazul le hace reír y besar la planta del pie que masajea lenta y delicadamente como multitud de veces a la semana. Cada vez que su pareja lloriqueaba ante lo hinchado e incómodo que se sentía, él tardaba cinco segundos en recostarlo en la cama y mimarlo como se merece.

Ahora que tiene siete meses, todas las dificultades han aumentado exponencialmente.

Harry sabía que estar embarazado de mellizos debía resultar muy duro, pero no terminó de ser consciente hasta que vio cómo Louis se tambaleaba si empezaba a andar un poco más de la cuenta, pues su enorme barriga fruto de dos cachorros en su interior no era el accesorio perfecto para un omega tan pequeño.

Todos los peligros son más palpables ahora, por lo que Harry tiene miedo las veinticuatro horas del día, obligando a Louis a mandarle un mensaje cada veinte minutos cuando va a trabajar, pues el omega se había negado a dejar de hacerlo hasta un mes antes de la fecha de parto.

Él no sabe cómo va a sobrevivir a eso.

Por lo pronto, esa tarde de viernes ambos la tenían libre, al igual que todo el fin de semana para viajar a Londres por última vez antes de que el menor diese a luz.

Su cachorro mayor está jugando en el nido con sus juguetes, mientras que Louis estaba tumbado en la cama recibiendo su masaje rutinario. El castaño quería estar en el nido, pero Harry necesitaba que su omega descansase bien la espalda al menos unos minutos.

No había sido fácil convencer a su caprichosa y embarazada pareja.

"¿Qué te parece Noah?"

"¿Para cuál de los dos?" Ríe Harry, sin gustarle demasiado ese nombre.

"Mmm, no lo sé" Acariciando su vientre desnudo por su levantada camiseta, Louis sigue mirando con su otra mano la página web de nombres para encontrarle uno a sus cachorros.

"¿Jacob y Emily?" Prueba dudoso, esperando una respuesta mientras sube un poco sus manos para masajear la pierna derecha del omega.

"No me gusta ninguno" Dice Louis con un mohín, escuchándose tan frustrado como desde hace dos meses que supieron el sexo de los cachorros.

Harry se contiene a respirar con pesadez, pues empieza a temer que sus bebés se quedasen sin nombre por la falta de decisión de Louis. A él realmente no le importa sus nombres, pero sí le gustaría que tuviesen uno antes de nacer.

"Mi madre nos iba a llamar a mí y a Gemma de otra manera. Jack e Isabella"

"Amo a tu madre, pero..."

"No te gusta" Contesta fingiendo sorpresa, pero sentándose entre las piernas de su omega, pasando estas por cada lado de sus caderas y echándose más crema en las manos para poder extenderlas por la barriga de Louis.

Es la segunda vez que lo hace ese día, pero si su omega no quiere más estrías, él se va a encargar de que no las tenga.

"¡Ya sé!" Grita Louis, asustando a su cachorro en el nido, que los mira con los ojos muy abiertos y levantándose con dificultad para andar hacia ellos.

"¿Bien?" Pregunta su bebé, preocupado por su madre como siempre. 

Harry y Louis se habían encargado de explicarle todo lo relacionado con el embarazo de la forma más fácil posible, aunque hay muchas cosas que su cachorro aún no comprendía. 

Lo único que sabía es que tendría dos hermanitos y que a mamá hay que cuidarle.

"Sí, lobito. Mamá está bien" Harry deja de extender la crema y sube a Ethan con facilidad a la cama "¿Quieres echarle crema a la tripita de mamá?"

Stop your crying, baby || l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora