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—¡Somos de último año! —exclamó YeJi, desde la terraza de su hogar, dejando así que todos sus vecinos se enteren, a través del teléfono. —antes no tenía ni una pizca de sentido, pero luego de las vacaciones, ¡Falta poco para la graduación!

—¿Es necesario gritar? —preguntó Hoseok del otro lado, aún tumbado en la cama.

—Bueno, ¡Sí! Vestidos, trajes, parejas, ¡Baile! Hoseok, ¡Baile! —corrió hacia las escaleras. —deja de ser tan amargado y levántate, iré por ti.

—No es necesario, YeJi —volteó a su derecha. —no estoy en casa.

—¿Cómo qué…? —se detuvo en su cuarto, para tomar su bolso y un abrigo. —¿En la cama de quién estás, niñito? ¿Taehyung?

—Eso quisiera —carraspeó. —Baehyung otra vez.

—Como digas —suspiró, ladeando una sonrisa, con su camino hasta la sala. —nos vemos allá entonces, y suerte con quitártelo de encima… Otra vez.

—No será problema —dijo indiferente, cortando la llamada.

YeJi guardó su teléfono, negando ante las desiciones sobre acompañantes de su mejor amigo.

Caminando hasta la puerta, pudo ver a su madre ahí parada, con una de sus manos en el pecho, y a su padre ingresando con maletas.

—Um, ¿Qué suced-¿ ¡Yoonie! —exclamó al distinguir aquella alta figura cerca suyo, corriendo con todas sus fuerzas a abrazarlo.

YeJi se dejó abrazar por su hermano, después de mucho tiempo, mientras apretaba su cintura.

—Te extrañé tanto —se separaron. —¡Mírate! ¿Qué te daban de comer? ¡Estás enorme!

—Lo sé, y tú sigues pequeña —sonrió, desacomodando su cabello. —por fin nos dieron un respiro en la Universidad, me quedaré contigo por lo que resta del año, ¿Qué te parece?

—Música para mis oídos, Yoongi —tomó su brazo. —ahora acompáñame a la escuela, quiero que todas las zorras vean en lo que te convertiste.

Rió, negando. —déjame llevarte en el auto.

—Ah, buen servicio, hermano. ¿Y el helado?

—Te llevo luego —le abrió la puerta al asiento del acompañante.

Por más que intentaba concentrarse en todo lo que se venía para los de último año, la menor de los Min no podía evitar ver a su hermano conduciendo.

Habían hecho millones de llamadas y tal, pero verlo en persona era mil veces mejor.

Lo extrañó demasiado, y se sentía tranquila de por fin tenerlo junto a ella.

No pasó mucho hasta que llegaron al instituto, YeJi dejó un beso en la mejilla de Yoongi, despidiéndose, dejándole en claro que sí no iban por un helado, lo asesinaría.

—Y tenemos que planear esa fiesta —dijo cerrando la puerta. —¿Invitarás a tus amigos universitarios?

—Si se da —asintió. —cuídate, pequeñ-
Yoongi iba a terminar de despedir a su hermana, cuando por encima de sus hombros, pudo distinguir un rostro que se le hacía conocido.

Cabello rojo, su cuerpo se veía deslumbrante y ni hablar del resto de facciones que completaban la palabra perfección; ¿Ese era Hoseok? ¿El pequeño Jung Hoseok?

Tragó saliva pesadamente, dándole una última sonrisa a YeJi antes de arrancar el vehículo y salir de allí.

Seguro se trataba de un simple revuelo, al haberlo visto tan bien, luego de años.

Between us |•Yoonseok/Sope•|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora