3.

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"No creo que el tiramisú merezca ser desperdiciado"
"Sof"
"Puedo ver que viste el mensaje"

"No estoy de humor, Charles"
"Es tarde"

"Por eso sería grosero dejarme en la puerta de tu casa"

Niego sonriendo de lado antes de dejar mi celular sobre mi cama para bajar las escaleras intentando no hacer ruido, suspiro pasando rápidamente mis manos por mi cabello intentando organizarlo un poco antes de abrir la puerta. Ahí está, Charles está apoyado en su Ferrari, tiene sus manos en sus bolsillos mientras con su pie juega con una piedra.

Cuando abro la reja, el sonido de esta hace que levante su mirada en mi dirección, me da una amplia sonrisa y me siento algo ridícula por no haber elegido cambiarme y estar en pijama frente a él.

¿Eres tú quien me sigue ahora? -,levanta sus cejas en mi dirección antes de caminar a la puerta del copiloto sacando la caja de tiramisú que unas horas antes había dejado en nuestra mesa-.

Mamma Rosello me dio tu dirección, está preocupada -,suspiro recibiendo la caja que me extiende, por supuesto que nunca fue mi intención abandonar mi adorado tiramisú-. ¿Estás bien?

¿Quieres pasar? -,la sorpresa en su rostro es notoria antes de que asienta varias veces, sonrío sin decir nada más empezando a caminar de nuevo en dirección a la casa. La sala apenas y esta iluminada por las luz que entra a través de las grandes puertas de vidrio que dan al jardín-. Iré por unas cucharas

No sé en qué momento se deshizo de su chaqueta pero cuando vuelvo está de pie frente a la foto familiar que cuelga sobre la chimenea, sonrío parándome junto a él viendo la foto que no tiene más de un año. Siento un escalofrío cuando no dice nada a pesar de notar mi presencia, mi cabello es más rubio en la foto que cuelga y sin duda me veo más feliz.

Es una linda foto -,al igual que la primera noche sus ojos brillan cuando me mira en la oscuridad, asiento sin saber muy bien que decir, por supuesto ellas son hermosas-. ¿Compartirás conmigo tu tiramisú?

Es tu noche de suerte –,deja salir una risa de sus labios antes de relamerlos y eso hace que sienta algo extraño dentro de mí, muevo mi cabeza en dirección a las grandes puertas de vidrio intentando disimular mi nerviosismo-. sígueme

Al contrario de mi abuelo, el jardín era mi lugar favorito. Los desayunos acompañados por la brisa del verano y el chocolate caliente en las tardes de invierno con nonna mientras le contaba como me adaptaba a mi vida en Milán.

Tienes una casa hermosa -,sus palabras salen con naturalidad cuando se sienta en la silla frente a mí y es imposible que no deje salir una risa de mis labios mientras extiendo una cuchara en su dirección para subir mis pies a la silla, pegando mis piernas a mi pecho-.

¿Realmente me seguiste hasta aquí para decir eso? -,recorro su rostro con mi mirada unos segundos antes de desviar mi atención a sus brazos cuando los apoya en la mesa, dios mi problema con las venas marcadas puede estarse haciendo presente en este momento-.

No sé hasta donde es correcto que diga -,asiento en silencio y eso hace que su sonrisa crezca antes de verme fijamente-. Porque lo nuestro apenas está comenzando como para dañarlo

Cuéntame de ti, Charles -,sé que mis mejillas están rojas y por más que sea de noche no debe ser suficiente para disimularlo, así que muevo mis brazos alcanzando la caja del tiramisú para darle toda mi atención-. ¿Tienes novia?

Esa es una pregunta directa -,no necesito levantar mi mirada para notar que esta divertido, así que tomo una cucharada del postre llevándola a mis labios, Dios bendiga a Charles Leclerc por no dejar esto abandonado en el restaurante-.

Luminescenza - Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora