Capítulo 4

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Después de un rato agradable y hablar sobre como eran sus vidas decidieron marcharse cada quién a su respectivo hogar. Kakashi caminaba por las calles de Konoha, apenas era pasado el medio día pero ya tenia hambre, pues no había tenido la oportunidad de comer cuando un clon del pequeño Naruto le había informado que Sasuke y Sakura por fin se podían juntar con ellos, se preparo rápido y salio casi corriendo, no sabia cuanto tiempo tenían los ahora niños antes de que sus padres los buscaran, así que aprovecharon el tiempo lo mejor que pudieron, hablaron de lo que sabían ahora y las diosas no habían explicado, fue bueno que se pudieran encontrar, estaban preocupados por todos ellos que fue tranquilizador que por fin se pudieran reunir y saber que todos estaban bien, eran familia después de todo, tal vez de sangre no lo eran, pero para ellos así era, eran familia y nada que los demás dijeran los cambiarían de opinión.

Kakashi iba metido en sus pensamientos hasta que escucho como alguien le hablaba

- ¡Kakashi! ¡Espera!

Volteo a ver y miro que era Rin la que le había gritado, regreso sobre sus pasos mientras ella se acercaba a él, cuando había pasado por ahí no la había notado

- ¡Que bueno que te encuentro, Kakashi!, Te estaba buscando para pedirte ayuda

Después de tener todos sus nuevos recuerdos había llorado y estuvo a punto de ir con Rin como hizo con Obito, fue bueno que logro calmarse y después de esa noche en el departamento de Uchiha se la paso enserrado en su casa sin salir para reflexionar todo, ahora podía controlar el impulso de querer pedirle perdón por todo mientras la abraza

- ¿Ayuda? ¿Para qué necesitas mi ayuda?

- Como ya sabes el cumpleaños de Obito es dentro de dos semanas, y quería pedirte que el día de su cumpleaños lo entretuvieras toda la mañana, mientras que yo y Kurenai preparamos su fiesta, quiero que sea sorpresa, así que nadie más aparte de Kurenai y tú lo saben por el momento

- Te ayudaré, pero dudo poder mantenerlo ocupado mucho tiempo, sabes que no nos llevamos muy bien

- Tú confía en mí, tengo preparadas algunas actividades que tú y Obito podrían hacer

La Nohara parecía muy feliz por haber aceptado ayudarla, después de todo el azabache también era un amigo muy querido por ella, como lo era Kakashi; sintió un nudo en el estómago y su mente empezó a atacarlo, ¿Así hubiera sido desde el principio? ¿Celebrarían sus cumpleaños juntos? ¿Ella le hubiera preparado una fiesta sorpresa si estuviera viva?. Decidió no pensar en eso, solo se terminaría dañando más a él mismo, prefirió hablar un rato con su antigua compañera de equipo para saber que era lo que harían para la fiesta de su otro compañero

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Sasuke 🍅

Estar encerrado en su habitación no había sido lindo, cuando despertó después de haberse desmayado su madre lo mantuvo en cama para que recuperará totalmente, después de tres horribles días sin poder salir más que para el baño, por fin su madre lo dejo salir, le tomo más tiempo lograr que lo dejara solo un rato, así que cuando pudo lo primero que hizo fue tratar de contactar con Naruto, con sigilo llegó al departamento del rubio y con la ayuda de los clones de este se lograron reunir todos, cuando fue su turno de compartir algo de información se sintió mal, en los días posteriores a su encierro paseó por el barrio, Uchiha, vió a varios omegas, pero notó como muchos los traban como si con una brisa de viento se fueran a romper, los trataron de idiotas, como si no supieran nada de la vida, incluso lo vió más de cerca, con su propio padre y su madre, él la trato como una joya, pero, era como si solo sirviera para ser admirada y cumplir con su rol de madre y esposa, se sintió mal por ella, era como si solo la tratara de cuidar para poder presumir de la belleza que ella tenía, nada más una hermosa estatua hecha de cristal, una al que hay que admirar, pero no tocar porque se podría romper con el toque más suave; estudió un poco sobre los demás clanes, y fue mucho peor, en el clan Hyuga estaba prohibido que recibieran educación ninja si se presentaban como omegas, no importaba si habían sido buenos ninjas, había algunos omegas más lastimos de otros clanes menores que los trataban como esclavos sexuales y máquinas para tener hijos, y eso empeoraba. Desde el momento en que se sabía que eras Omega era mejor que te mentalizaras a ser comprometido, utilizado como esclavo hasta que puedas tener hijos, o ser vendido al mercado negro; él odió ese hecho, así que se prometió a si mismo que en el futuro él cambiaría eso y ayudaría a cualquier Omega que lo necesite.

Caminando se encontró un puesto de dangos, no eran sus favoritos, pero sabían bien, aparte por lo que sabía su hermano regresaba hoy en la tarde-noche, así que decidió comprar algunos para él y otros para Itachi, se moría de ganas de poder volver a verlo,  se arrepentía mucho su forma de actuar en el pasado, lo bueno es que tenía una segunda oportunidad y no pensaba desaprovecharla.

– ¡Ay!– al ir en sus pensamientos no se dió cuenta que un ninja había aterrizado frente a él, el ninja tampoco lo había visto al tener en mira el puesto de dangos– Perdón, no fue mi intención, estaba distraído– al levantar la mirada se dió cuenta de que con quién había chocado era su hermano– ¿Aniki?– ¿No sé supone que su hermano llegaría más tarde?

– ¡Sasuke!, ¿estás bien?– preguntó preocupado al ver lo roja que se estaba poniendo su pequeña frente por el golpe, se arrodilló para estar a su altura mientras lo revisaba mejor

– Estoy bien, ¿Qué haces aquí?, ¿No deberías haber llegado más tarde?–mientras hablaba tuvo que cerrar sus ojos porque su hermano empezó a revisar su cabeza en busca de otro golpe

– Sí, pero logré terminarla antes, ¿y tú qué haces aquí?

– Y-yo, bueno, emm– le daba vergüenza decirle que había querido comprarle dangos para recibirlo, no se le ocurría nada, levantó la cabeza pensando en una excusa, hasta que miro a Itachi a los ojos... Por un momento todo se detuvo, sus ojos se dilataron un poco, su corazón se aceleró y su cara se puso roja, no podía ser cierto, ¿verdad?, Sus ojos se movieron a su mano, y como lo temía, ahí en su mano derecha, justo en su dedo meñique se encontraba un hilo rojo, que al seguirlo con la vista lo guiaba hasta la mano de su hermano

– ¿Sasuke? –Itachi se preocupó al ver cómo su hermanito se ponía todo rojo, ¿tendría fiebre?

– ¿Ah?, sí, estoy bien– En ese momento quería que la tierra se lo tragase y nunca lo sacara otra vez, ¡¿Cómo rayos él e Itachi podían ser destinados?!, no tenía idea, pero quería alejarse de él lo más rápido posible– Ahora que recuerdo mamá me mandó a comprar algo, te veo en la cena Aniki– no le dió tiempo a su hermano de decir algo y se hecho a correr tan rápido como sus cortas piernas se lo permitían

El mayor solo pudo observar como el pequeño corría a quien sabe dónde, lo dejó pasar por el momento, tal vez y era cierto lo de su madre, esa mujer daba más miedo que sus misiones cuando se enojaba.

Volvió su vista al puesto otra vez, bueno, ya estaba aquí, así que no haría daño comprarse algunos

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Viaje al pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora