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2, INICIO DEL PLAN
Paulo sonrió con maldad, él sabía que Álex tenía novia, según Martín, era una hermosa morocha con unos ojos verdes y cuerpo perfecto para el modelaje. Él sabía que si se acostaba con Álex, le estaría siendo infiel a su novia, sabiendo aquello no le importo, iba a conseguir como de lugar casarse con Álex.
Álex pidió una habitación en un hotel costoso. Lo guio y dejo que convirtiera su cuerpo en un desastre.
Las gruesas, tatuadas y venosas manos de Álex tocaban y acariciaban todo su cuerpo. El aliento caliente del modelo lo hacía enloquecer, las mordidas y chupetones adornaban su cuello. Chupaba sus pezones jugando con ellos, los mojados y fogosos besos fueron bajando con lentitud, como si lo saboreara. Álex llegó a su zona prohibida, una zona la cual solo dejaría para él.
Su pequeño pene fue masajeado por Álex, podría tatuarse la oscura mirada que le propinaba, de un momento a otro fue volteado dejando su culo a la vista de su amante. Álex se mordió el labio inferior mirando lo redondo y apetitoso que se veía el culo de Paulo. Mordió su nalga derecha ocasionando que Paulo soltara un delicado gemido. Sus dedos bajaron por la raya entre sus nalgas sacando suspiros del argentino, las separo con sus manos dejando ver su hermoso y rojizo orificio.
La lengua áspera de Álex paso encima del orificio de Paulo, quien se removió ante el contacto tan deseoso. Chupaba y lamia como si fuera una paleta de helado. Álex escuchaba los gemidos nada masculinos de su amante y sonría sin pudor. De pronto ingreso un dedo dentro del orificio ignorando el gemido lastimero de Paulo y comenzó a mover, sacando y metiendo el dedo.
Paulo mordía sus labios ignorando lo excitante que se sentía. Álex introdujo otro dedo más y ocasiono que Paulo soltara un gemido más agudo y fuerte. Los movió con más rapidez. Paulo no dejaba de gemir y sollozar; sin embargo, se quedó quieto cuando escucho el sonido de la cremallera de Álex bajarse. Su deseo se convertiría en realidad.
Álex agarró un condón de la mesa que estaba al costado de ellos y se lo coloco. Él debía ser delicado y atento. Sabía muy bien que Paulo, por los sonidos que soltaba, era virgen.
