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EMILIA A

Estoy arriba de un taxi dirigiéndose hacia Avellaneda junto a Merlina que está despierta mirando por la ventanilla la ciudad, algo que le encanta. Con muchas cosas en la mente, demasiadas para ser verdad, pensando en todo lo que debo hacer y, sobre todo, en lo diferente que soy: sin preocupaciones de dinero, con una hija y recordando a esa joven de 18 años que decidió dejar Trelew para irse a Buenos Aires y mejorar su vida.

Llegamos al edificio y busco las llaves, subo las maletas con Merlina que sostiene su muñeca favorita e ingresamos.

Emilia:—No puede ser real —digo en voz alta.

Todo aquí está como la última vez en donde lloré por mi divorcio con Nicolas y toda esa humillación.

Dejo las maletas y comienzo a sacar las cortinas sucias y todo lo que está hace mucho tiempo sin usar, mientras Merlina me observa sin entender muy bien qué está pasando en su vida. Llamé a una concesionaria de autos y hago la compra como si nada, sabiendo todo el dinero que tengo actualmente. Luego enciendo mi notebook, la traje para comprar cosas para este departamento, ya que todo lo que está aquí es viejo y la verdad que no quiero recordar para nada a mi antigua yo. Quiero deshacerme de la cama de algarrobo en la que he vivido noches de pasión junto a Nicolas e intentar que a pesar de lo chico que es este departamento luzca como si fuera más grande.

Mi día fue un caos, buscando todo lo que necesitaba mientras Merlina me ayudaba como diversión. Sin embargo, sentía una angustia enorme por todo esto, sobre todo porque mañana pisaré la empresa después de cinco años. Pensando en eso, trato de hacer todo rápido.

NICOLAS V

No podía evitarlo, mientras trabajaba sabía que mañana volvería a verla después de cinco años. No quise para nada que Laura Yanes se quedara en mi departamento, porque eso nunca sucedió. Me preguntaba cómo estaría y si seguirá tan hermosa y sencilla con ese cabello largo que tanto amaba. Aunque quiera saberlo, Natalia no daba señales de la vida actual de Emilia. Laura Yanes estaba al tanto, y también toda mi familia, sin embargo, pude notar lo molesta que estaba porque ella vio crecer nuestra historia de amor con Emilia.

Fui a almorzar al mediodía y me senté junto a Natalia para que me dijera qué tal estaba todo.

Nicolas:—¿Mañana vendrá?

Natalia me mira.

Natalia:—Sí, ya está en Buenos Aires, sé que se tomó un vuelo, creo que viene de Trelew. Me quise hacer cargo de todos sus gastos, pero me dijo que no era necesario. Es obvio que a ella le corresponde el 30 % de todas las ganancias que queden si resultan los negocios, y tú lo sabes.

Nicolas:—Sí, lo sé.

Emilia:—Falta tu comentario de mierda diciendo "claro, vino por dinero".

Me río un poco.

Nicolas:—¿Has visto una fotografía de ella actual? —me atrevo a preguntar.

Natalia:—No, porque su foto de WhatsApp es una con su madre, antigua.

Nicolas:—Nunca ha superado esa muerte.

Natalia:—Yo creo que sí, lo que nunca va a superar es que deseaste verla muerta —acota.

Nicolas:—Se que debo disculparme con ella.

Natalia sonríe.

Natalia:—Presiento que Emi no es la misma, pero seré feliz de volverla a ver. ¿No sientes nada al respecto? Dale... decime.

Nicolas:—He amado a Paulina, pero Emilia —giro mi rostro—. Mejor no.

Natalia:—Decime, dale —insiste.

Mi error fue "odiarte/amarte"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora