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Lisa miraba de reojo a Jungkook, mientras comía y trataba de no hacer un movimiento en falso, pues al parecer, estaba enojado y no quería que se volviera loco y si había posibilidad, de que la lastimara.

—El fin de semana habrá un festival en la aldea, te tienes que poner un vestido blanco, cual sea, no me importa, pero que sea blanco y que sea un vestido — informó, sin mirarla.

Claramente, Lisa no era para nada tonta, sabía que el vestido blanco sólo se usaba en una maldita boda y ella no quería ser la novia, estaba harta de estar aquí, necesitaba volver lo más pronto posible o se volvería completamente loca.

—Está bien — pronunció, aceptando aquello, después de todo, no tenía un plan de escapé y mucho menos tenía ayuda alguna para poder largarse de este lugar. Sólo tenía que resignarse y ya.

Ambos terminaron de comer, aunque, a decir verdad, Lisa no se terminó su comida, sentía un nudo en el estómago y no podía pasar ni siquiera un pedazo de carne, nada, absolutamente nada.

Ya en la tarde, después de que se dió un baño, salió del cuarto a sentarse en la sala, mientras que él, venía de la cocina con dos vasos, al llegar a su lado, le ofreció el vaso, pero ella ni siquiera confiaba en él, quizás la esté tratando bien, pero, ¿Y si le había echado algo a lo que le ofrecía? No quería volver a tener una noche de sexo con él, no, no, no y no.

—No quiero, gracias — él bufó y regreso por dónde había llegado, ella se quedó ahí, sentada en el sofá que parecía estar suavecito ya que estaba forrado con lo que parecía ser terciopelo, pero de color gris.

—Es la piel de un oso — ni siquiera se lo dijo dos veces y ya había salido disparada del sillón, mirando asustada a Jungkook, quien se aguanto la risa, y siguió mirándose serio. —¿Qué? ¿Qué pensabas que era, eh?

—¡Pudo haber sido tela de terciopelo, que bruto eres! — gritó, la molestia estaba a flor de piel.

—Pues ya ves que no, yo mismo mate a ese oso y le quité la piel y finalmente, lo tengo como cubre sofá, ¿Te gusta? — Lisa negó con la cabeza de manera molesta. —Que pena, es lo que hay.

Su gatita interior estaba inquieta, se sentía a punto de explotar por todo lo que le estaba haciendo pasar ese maldito loco, ¿Quién se creía para mantenerla ahí en contra de su voluntad?

Con el entrecejo fruncido, camino hasta la habitación bajo la mirada de Jungkook, al regresar de la habitación ya tenía colgada la mochila con la que Jeon la había encontrado. Lisa estaba completamente dispuesta a irse, ya no le importaba si Jungkook la terminaba haciendo tiritas, eso era lo de menos, tenía que intentarlo y dejar de tenerle miedo, ya que posiblemente por ese pequeño detalle, Jungkook se burlaba de ella. Porque tenía miedo.

Camino con pasos fuertes y pronunciados hasta la puerta, sin embargo una mano tomó su brazo, ella soltó un suspiro antes de girar a verlo con molestia.

—Suéltame — sus ojos se encontraron y sintiendo ese choque eléctrico recorrer sus cuerpos. Ahí estaba la respuesta, una respuesta que Jungkook tanto quería saber, finalmente la había encontrado.

—Tu híbrida me reconoce como su pareja — confesó, Lisa apretó los labios.

—Pero yo no y lo que mi híbrida diga y sienta, es totalmente patético — respondió. Jungkook frunció el entrecejo.

—No hables así de tu lado híbrido — advirtió, mostrándose molesto e intimidante.

—Yo habló como yo quiera, ¡Y es completamente inaceptable que me tengas aquí en contra de mi voluntad! — gritó.

Ambos se miraron por unos segundos, sin embargo, Jungkook captó un olor extraño fuera de su cabaña, inmediatamente frunció el entrecejo.

—Lisa, regresa a la habitación — ordenó, mirando de reojo hacia la ventana, notando a dos sujetos vestidos de negro.

»Amor Enlazado 🌿 +18 [ Lizkook ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora