Capitulo 1

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Hoy era un día normal como todos pero me encontraba algo emocionado hoy era mi primer día de clases de preparatoria, recién me había graduado de secundaria con unas excelentes notas... Esta bien no tanto así, soy demasiado flojo y pase raspando algunas materias pero al fin y al cabo pase eso es lo que importa ¿no? No estoy nervioso, ya que mis amigos irán al mismo intituto que yo, son unos idiotas pero se que son los únicos con los que puedo confiar ciegamente. Giré mi cabeza para ver la hora en el pequeño reloj digital que había en la mesa de noche junto a mi cama, apenas eras las 5:15 AM, ¿qué hacía despierto tan temprano? Ni yo lo sé, desperté y no pude volver a dormir.

Me dediqué a ver un rato por la ventana de mi cuarto, el dia era perfecto, o lo era para mi, habían nubes cubriendo todo el cielo dando la impresión que pronto llevaría, el viento jugaba con los árboles y se colaba hasta mi habitación, lo sentía chocar con mi rostro, no era un viento exagerado era realmente agradable, amaba cuando amanecía de esa forma, una pequeña sonrisa apareció en mis labios, tenía la impresión que sería un buen día.

El sonido de la puerta abriéndose de golpe me sacó de mis pensamientos, dando un salto enrredandome con las sábanas y callendo al suelo sobre mi hermoso trasero -si, claro- levante mi cabeza encontrandome con la cara de mi mamá intentando contener la risa, siempre disfrutaba el asustarme de esa forma. Fruncí el ceño fingiendo enojo y le pregunte - ¿Acaso quieres matarme? ¿Por qué entras de esa forma? ¿Alguien se murió o que?- Y al parecer no pudo aguantar porque se estaba carcajeando en mi cara.

-Jaja, ay hijo debiste ver tu cara- dijo para volver a reírse de mí, la verdad ya estaba acostumbrado, nuestra relacion siempre fue asi, siempre sentí una gran confianza con mi madre desde que mi padre se fue y no volvimos a saber nada de el, siempre hemos sido muy unidos y estoy muy agradecido con ella por esforzarse tanto por mi. Luego que por fin dejo de reirse, me dijo - Estoy por irme a trabajar, empieza a alistarte que Akira pasará por ti y como siempre no estarás listo- Si bien era alegre y me hacía broma cada vez que podía eso lo dijo en tono serio, no le gusta que llegue tarde a clases.

Me levante del suelo, donde por mi idiotez aún seguía, me acerque a ella y le dí un beso en la mejilla -No te preocupes, la iguana tiene que esperarme- Ella solo rió, sabía que tenía razon. - Ve con cuidado, y no te preocupes yo me prepararé el desayuno- dije al ver la hora y darme cuenta que iba algo atrasada.

-Gracias hijo- me dijo con una dulce sonrisa, se alzó un poco quedando de puntitas con los pies para besar mi frente al ser más alto que ella, lo que hizo reír por lo bajo, - Nos vemos cuando vuelvas- dijo dando la vuelta saliendo de mi habitación. Mi madre era dueña de una cafetería, estudió repostería y en verdad podría decir que preparaba los pasteles más deliciosos del mundo entero, siempre se las arreglaba para estar en casa cuando volvía de clases para recibirme y preguntarme como me había ido. En realidad creo que es la mejor madre del mundo, gracias a ella hasta el día de ahora no me importa la razón por la que mi padre se fue, ni siquiera lo extraño, con ella es suficiente.

Me fuí a dar una ducha para después colocarme mi uniforme, estaba por peinar mi cabello cuando el timbre sonó, dejé el peine sobre la cama y baje las escaleras sin prisa para luego abrir la puerta. Ahí estaba Akira con su típica banda sobre la nariz. - ¿No estas listo?- me pregunto con un tono de resignación, ya estaba acostumbrado a esperarme. -Solo me falta peinarme y cepillarme los dientes- dije sonriendo. -Tú nunca cambias, además quien te manda a tener el cabello tan largo y déjame pasar que no quiero estar afuera hace frío- dijo para "amablemente" empujarme y pasar.

-No seas exagerado que no hace tanto frío, y por lo menos yo no ando todo mal teñido-le dije para luego carcajearme, el solo me miró con enojo. -Ya bajo iguana- le dije para volver a subir a mi habitación y terminar de alistarme. Luego de unos quince minutos bajé y Akira estaba de lo más traquilo viendo televisión en la sala sobre el sillón grande. Dentre al comedor, no tenía mucha hambre asi que abrí el refrigerador y solo tomé una manzana para comermela en el camino. Volví a la sala y ese sujeto con síndrome de Valdemort seguía en la misma posición asi que me acerque a él.

Critical Hope (the Gazette fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora