Estaciones

190 4 1
                                    

Tú eras cálido como el sol de primavera, asique el día que te vi me convertí en nieve; nieve blanca y azul, del mismo color que tus ojos.

Entraste en mi vida poniendo todo patas arriba, rompiendo los esquemas que llevaban años establecidos en mi cabeza.
Me hiciste ver que nada es eterno y que solo los recuerdos permanecen para siempre. Y si nada es para siempre, nosotros tampoco pudimos ser inmunes al paso desesperado del tiempo, y el verano nos llevó por delante, ardiente, como una tormenta de arena.

El verano pasó, dejándonos con un triste y solitario otoño con sabor a adiós.

Versos de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora