COMO amante del frío Gigi disfrutaba estar afuera en esa época del año en la que los primeros copos de nieve comienzan a caer, con nada más que su uniforme de Gryffindor y un grueso jersey rojo encima, ya sea leyendo una interesante novela o escuchando música. Fue así como la encontró Remus. Nunca habían sido demasiado cercanos, pero por circunstancias la chica descubrió su secreto y nunca había dicho nada, lo que él hombre lobo apreciaba más de lo que las palabras pudieran expresar.
—Uh-Hola— Remus se acercó a ella, ligeramente nervioso.
Gigi se enderezó cuando lo vio y se quitó los audífonos.
—¿Que hay, Remus?— le saludó amistosamente, sorprendida de su acercamiento, pero como era uno de los mejores amigos de su novio falso supuso que por eso lo hacía.
—Quería darte esto— le extendió un holgado suéter de lana marrón que le pertenecía. —Pensé que lo necesitabas— dijo aludiendo al hecho de que la chica había estirado su jersey para poder cubrirse mejor.
—Oh— entendió y sonrió ampliamente, tomando la prenda. —Es solo una manía, pero muchas gracias. Me agradas, espero que podamos conocernos más ahora que salgo con James.
Si, su relación con James, ese era el problema.
—Por supuesto— asintió inseguro.
—¿Te pasa algo?— le preguntó la chica al verlo pensativo.
—No me lo tomes a mal pero también quería darte un consejo, a ti y a James, de hecho, pero se que él no escuchara— Gigi lo escuchaba atentamente. —Se lo que están haciendo. No los juzgo, ambos están enamorados del mejor amigo del otro, y supongo que el amor te lleva a cometer locuras... Pero tengan cuidado, alguien podría salir herido en este arreglo.
—¿James te lo dijo?— maldito Potter, habían acordado no decirle a nadie. Era literalmente la primera regla.
—No— Remus negó de inmediato. —, pero no es muy difícil de adivinar, para mi. No te preocupes, no diré nada, pero las cosas podrían salir mal, en serio mal. ¿Que pasará si se enamoran de verdad? No lo sé, solo digo que el corazón de alguien se romperá eventualmente.
—Entiendo lo que dices, pero, ¿Enamorarme de James? Es una locura— enseguida se echó a reír, no había posibilidad alguna de que eso fuera a pasar, de ninguna manera. —Te prometo, Remus Lupin, que jamas, jamas, me enamoraré de James Potter.
Remus pensó que las cosas no funcionaban de ese modo, pero aún así espero que así fuera. Por el bien de todos.
—Lo peor que podría pasar es que Lily o Sirius se enteren, y eso no va a pasar— explicó Gigi. El chico parecía más preocupado que ella. —Eres un buen amigo, Remus. Gracias.
James no era ningún aficionado al frío, ciertamente disfrutaba la época de invierno por el chocolate caliente, acurrucarse y la navidad, así como las luces brillantes, la atmósfera de armonía y la alegría general, pero definitivamente no por las bajas temperaturas. Por ello le sorprendió cuando miró afuera y vio a Gigi tranquilamente acostada en una de las bancas, completamente sola, nadie estaba tan chiflado como para estar afuera, excepto ella. Enseguida salió para ver qué es lo que hacía su novia y porqué no estaba adentro, el viento sopló y se encogió en su abrigo.
Gigi abrió los ojos al sentir una presencia allí. No le sorprendió ver que se trataba de James. El chico la veía con incredulidad. Así que prosiguió a quitarse los audífonos, dejando de escuchar la melodía de The Rolling Stones, y lo miró.
—¿Estás loca? ¿Que haces aquí afuera?— James la interrogó casi gritando.
La chica rió al ver la mueca de horror en su rostro.
—¿Que crees que hago? Escucho música— le enseñó el reproductor de casete que tenía en la mano y se enderezó. —No está haciendo tanto frío, de todas formas— se encogió de hombros, mirando a su alrededor.
Le parecieron tiernas las mejillas sonrojadas de James causadas por el frío.
—¿Bromeas? Nos estamos congelando— él chico frunció el rostro, con los copos de nieve cayendo lentamente sobre su pelo.
—Tú amigo Remus pasó a dejarme su suéter, es bastante acogedor. Me agrada— le hizo saber. Tal vez si habían beneficios en tener una relación falsa con James Potter. —Él lo sabe.
—¿Que?— exclamó James, paranoico. Remus también era amigo de los involucrados, por lo que, conociéndolo, preferiría no ocultarles lo que sabía.
—Si, es un chico inteligente— a James le inquietaba que ella estuviera tan tranquila al respecto. —No dirá nada, aunque me aconsejó que dejáramos la farsa. Dice que alguien podría salir lastimado.
James suspiró, más calmado.
—Ah, Remus siempre piensa lo peor. No lo escuches— Gigi rió de lo bien que Remus conocía a James. —Sabes, me parece ofensivo que como tú novio falso no me hayas pedido un suéter...
—Bueno, él me lo ofreció, así que tú debiste ofrecérmelo, técnicamente— James bufó, aún ofendido y se sentó a su lado a pesar de no gustarle la idea de estar afuera cuando había nevisca.
—¿Que escuchabas de todo modos?— le preguntó curioso.
—The Rolling Stones.
—Amo esa banda.
—¿En serio? No lo sabía— a Gigi le sorprendió que tuvieran gustos similares. Tomó el reproductor y le pasó un audífono. James lo aceptó. Y ella se colocó el otro.
She's So Cold de los Rolling Stones comenzó a sonar. Y sin que ella se diera cuenta James la miró por el rabillo de los ojos y sonrió sin saber porqué. Él no tenía idea de que Gigi hizo lo mismo, era agradable escuchar música juntos.
