11 - [Pedacito de Luna.]

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Despertó con los primeros rayos del sol iluminándole directamente a la cara a través del ventanal en el cuarto de aquella flamante y acogedora cabaña, era tenue, apenas visible a través de los pinos en el bosque atiborrado de naturaleza vieja. Giró el rostro, para que la luz dejara de molestarle en los párpados aún adormecidos y levemente hinchados tras su descanso, tan solo para encontrarse con el de su amante aún dormido junto a él y no pudo evitar que un suspiro se le escapara de los labios.

Estaba de lado, con el pecho aún desnudo, se ruborizó al recordar la noche anterior y tal vez un poco más el enfocar su vista en los brazos entintados del ángel. Delineó suavemente con su yema índice la imagen del Vía Crucis que estaba plasmada en su dermis ¿Era esa la única parte del recorrido que tenía en su cuerpo o había más? No pudo permitirse pensarlo durante mucho tiempo, puesto que al trazar parte de una de las serpientes en su brazo el diablo volteó quedándose boca abajo por completo ¿Tendría cosquillas? Eso era algo que Louis definitivamente iba a descubrir más tarde.

Iba a cerrar los ojos para descansar un poco más, después de todo era la primera vez en mucho tiempo que no despertaba en el mismo lugar en el que trabaja, pero no pudo evitar mirar nuevamente aquella piel, después de todo no había podido ver si tenía tatuajes en su espalda. Le hubiera gustado que lo primero que captase su atención fueran las detalladas y realistas fases de la luna grabadas a lo largo de su columna vertebral, más lo que sus orbes enfocaron primero que nada fueron aquellas cicatrices en cada uno de sus omoplatos.
Se acomodó un poco mejor en el colchón mullido, intentando no despertarlo con el movimiento por más sutil que fuera, si no estuviera tan impactado quizá le hubiera hecho ruborizar ver los pequeños rasguños que había dejado él mismo en aquella ancha espalda pero en su lugar sentía como si se le hubiera ido toda la sangre del cuerpo. Conocía lo suficiente de medicina, lo había estudiado en su carrera, eran cicatrices viejas, parecían estar una sobre otra como si aquella zona hubiera sido lastimada múltiples y diferentes veces. Era una triste mezcolanza entre cicatrices hipertróficas y contracturadas, como si no solo hubieran cortado el lugar sino también hubiera sido quemado. Se le revolvió el estómago un poco, no porque le diera asco ni mucho menos, más bien porque dentro de su cabeza no podía entender o concebir cómo es que alguien pudiera haberle hecho heridas de tal magnitud al mismísimo rey de las tinieblas y no quería imaginar cuánto le había dolido.

No supo exactamente en qué momento había apoyado su mano sobre la espalda, quizá inconscientemente queriendo curar algo que no tenía cura, como si pudiera aliviar algo siquiera.

- ¿Mmhm? – masculló adormilado, despertando ante el suave tacto.

- Lo...Lo siento – alcanzó a murmurar, lamentándose haber interrumpido su sueño – Te desperté.

- No importa – consoló abriendo solo un ojo para espiar un poco – ¿Estás bien? – cuestionó al verle el rostro un poco transfigurado aún, le tomó unos segundos de silencio darse cuenta que la mano de Louis aún reposaba sobre su espalda, una vez que se percató supo precisamente sobre qué estaba – Ah... - soltó quedito - No es nada, no importa – consoló volviendo a cerrar los ojos, más su ceño se había fruncido un poco esta vez.

El sacerdote no movió su mano ni un milímetro, se mantuvo allí, percibiendo la textura contra su dermis y desconfiando totalmente del tono en la voz de Morningstar, preocupándose un poco más por la expresión en aquel rostro que parecía haber sido tallado a mano por su creador.

- Harry... -murmuró, recibió apenas un arrullo casi ronroneaste como respuesta – Dijiste que tú no mientes – recordó, los ojos verdes apareciendo detrás de aquellos párpados tras pensárselo unos segundos - ¿Quién te lastimó así? – cuestionó finalmente, un silencio que le pareció eterno resonó en sus oídos hasta que el rizado respiró hondo antes de cruzar sus brazos por debajo de su barbilla como soporte, evitando seguir mirándole a los ojos.

the devil and the priest - lsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora