En medio de las tranquilas calles de la aldea, los susurros comenzaron a elevarse como un viento inquietante. Los rumores se propagaban rápidamente, envolviendo a los habitantes en una bruma de especulaciones. La noticia del divorcio de Naruto, el renombrado Ninja Naranja, había encontrado su camino en los labios de cada individuo curioso.
Algunos no podían comprender cómo el hombre que estaba destinado a liderar la aldea como el Hokage, el símbolo de esperanza y protección, había llegado a este punto. Se cuestionaban si Naruto era verdaderamente digno de llevar ese papel tan prestigioso. Miradas desconfiadas se dirigían a él y las dudas comenzaron a tomar forma en las mentes de aquellos que una vez admiraron su valentía.
Pero la angustia no solo rodeaba al inquebrantable Naruto. Otros susurros maliciosos se extendieron por la aldea. Las lenguas afiladas corrían como serpientes venenosas, insinuando teorías sobre el abrupto abandono de Sasuke y Sakura. ¿Qué motivó a esa pareja inseparable a seguir caminos separados? El misterio estaba en el aire y con cada pregunta sin respuesta, el velo de la incertidumbre se volvía más denso.
La tormenta de chismes y especulaciones oscilaba en cada conversación, amenazando con pulverizar la frágil paz de la aldea. Pero antes de que pudieran recuperar el aliento, un violento golpe retumbó en los corazones de todos. Un atentado, una atrocidad inesperada, tenía como objetivo a Naruto y sus dos hijos, Boruto y Himawari.
La oscuridad envolvió la aldea mientras las noticias del ataque se difundieron rápidamente. Los suspiros de alivio se entrelazaban con la preocupación y la desolación. Aunque los tres sobrevivieron, sus cuerpos quedaron marcados por las heridas. La sombra del peligro se aferraba a sus espaldas, y la gente necesitaba un lugar donde canalizar su miedo y frustración.
En lugar de unirse en solidaridad, algunos buscaban un culpable. Los ojos se volvieron hacia Naruto y sus hijos como si fueran la raíz del caos. El odio y el desprecio brotaron en corazones que alguna vez fueron leales. Preguntas venenosas llenaron las mentes de aquellos que no podían comprender cómo una familia aparentemente poderosa podía estar al borde del desastre.
Naruto, valiente y resiliente como siempre, instó a sus hijos a permanecer fuertes en medio de la tormenta. A pesar de las miradas frías y los insultos que les llovían, les recordó que no debían dejar que el odio les consumiera. Pero, para Boruto y Himawari, ese fue un desafío desgarrador.
En la academia ninja, la estigmatización les persiguió como una eterna sombra. Las relaciones con sus compañeros se fracturaron y las risas hirientes se convirtieron en una cruel banda sonora. Ser los hijos de Naruto parecía haberlos marcado como parias, atrapados en un mundo donde el prestigio familiar se había vuelto una carga aplastante.
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Protegeremos a Nuestra madre [EDITADO]
عشوائيNaruto a criado solo a sus hijos Boruto y Himawari, desde que sus ex-esposos Sasuke Uchiha y Sakura Haruno le quitaran la custodia de sus otros hijos, la mayoria de la aldea lo volvio a odiar por algo que no hizo, aun asi no desertó, cayó en depresi...